La intención de Boca Juniors de ganar en un escritorio la Copa Libertadores al atribuirle a su archirrival River Plate los severos incidentes que forzaron la suspensión del partido de vuelta en Buenos Aires, fue rechazada el jueves por el Tribunal de Apelaciones de la Conmebol.
Boca pidió que River perdiera los puntos como presunto responsable de los disturbios y, por lo tanto, se le otorgara el trofeo a los 'xeneizes', tras empatar 2-2 en la Bombonera el encuentro de ida.
La Conmebol ya había dispuesto, en cambio, que el segundo encuentro se jugase este domingo, pero en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid, en represalia por la falta de garantías en Argentina.
El presidente de Boca, Daniel Angelici, había anticipado que si este fallo le resultaba adverso "apelaría" ante el Tribunal Arbitral del Deporte (conocido como TAS).
Sin embargo, esa instancia jurídica no es tan rápida y su eventual fallo podría convertirse en abstracto después de que se juegue el partido del domingo, siempre y cuando nada lo impida.
La Cámara de Apelaciones de la Conmebol comunicó su decisión de "desestimar el recurso de apelación presentado por el Club Atlético Boca Juniors en fecha 30 de noviembre de 2018 contra la decisión dictada por el Tribunal de Disciplina de la Conmebol de fecha 29 de noviembre de 2018".
Uno de los argumentos claves de Boca fue que no se haya aplicado la misma vara que en 2015, cuando se le dieron los puntos perdidos de la revancha de octavos de final con River en la Bombonera por un ataque con gas pimienta dentro de la cancha en la Bombonera. El partido estaba 0-0 y había caído 1-0 en la ida.
La resolución se difundió tres días antes de que Boca y River disputen la superfinal de la Libertadores, el mayor superclásico argentino de todos los tiempos. Los argentinos han expresado que perder la sede es "una vergüenza, humillación y un despojo", en redes sociales y a través de los medios.
El partido fue llevado a la capital española, en una decisión sin precedentes en las 59 ediciones disputadas del legendario certamen.
El 24 de noviembre pasado, cuando faltaban pocas horas para jugarse la revancha en el estadio Monumental, hinchas 'millonarios' atacaron con piedras y botellas el autobús que trasladaba al plantel de Boca. Varios jugadores sufrieron lesiones.
Angelici había declarado que en caso de un rechazo, tal como sucedió este jueves, el club agotará "todos los recursos".
River Plate, de su lado, también tiene presentado un recurso. Protestó por haber perdido la ventaja de su condición de local, tras recordar que las autoridades de gobierno reconocieron "una falla de seguridad" al no custodiar como correspondía al autobús.
El ministro de Seguridad, Martín Ocampo, renunció después del incidente en una admisión tácita de que el operativo cerca del estadio fue un fracaso.
Consultado Angelici sobre por qué no plantearon junto con River que el partido se jugara en Argentina, con nuevas medidas de seguridad, respondió que "la relación estaba muy tensa como para ir junto a (Rodolfo) DŽOnofrio (presidente de River) a plantearle a (Alejandro) Domínguez (titular de Conmebol) el rechazo de viajar a Madrid".
"La Conmebol tomó una decisión unilateral sin consultar a las partes. Se insistió para que jugáramos. Seguramente se hubiera realizado en la cancha de River", dijo Angelici.
El dirigente admitió que "los dirigentes tenemos que trabajar con los hinchas, porque los argentinos no podemos privarnos de este espectáculo".
La desazón de los hinchas fue tal que River ni siquiera pudo vender el total de su reducido cupo de 5.000 boletos en el Bernabéu, aunque de por medio también está la profunda crisis económica del país.