Verónica Castro, que lleva casi una década sin aparecer en TV, tuvo un regreso triunfal, ayer, con el estreno de "La casa de las flores" en Netflix.
Nuevo formato, nuevo lenguaje televisivo: en un estilo más moderno que los melodramas que protagonizó desde "Los ricos también lloran" en 1979, Castro interpreta, a los 65 años, a la dueña de un negocio de flores, que descubre que su marido tenía una familia paralela.
“Tengo mucha expectativa, nervios, miedo y tentación de ver cómo me reciben los millennials, ver qué piensa un escuincle (jovencito) de mí”, dijo Castro en el estreno.
La serie dirigida por Manolo Caro ("Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando") constará de 13 capítulos. En el elenco figuran Aislinn Derbez, Cecilia Suárez, Paco León, Dario Yazbek y Juan Pablo Medina.
Castro interpreta a Virginia de la Mora, una mujer de clase alta cuya florería es el pilar de la familia. "La gente dice que somos la familia perfecta", dice en el video promocional, pero las cosas cambian pronto, cuando muere la amante de su marido.
La actriz y cantante interpretó numerosas telenovelas en México que en la década de 1980 fueron exportadas a países de América Latina y a otros como China, Japón y Rusia.
Entre sus trabajos están "Rosa salvaje", "Pueblo chico infierno grande" y "El derecho de nacer".
Después de "Los exitosos Pérez" (2009-2010), donde interpretó a la dueña de un canal de televisión, no había vuelto a estar en las pantallas.
“Cuando me salí de la televisión ya me sentía saturada y creía que el público también ya estaba saturado de mí”, dijo. “Me hacía falta un stop en el camino. Fue cuando me di cuenta que ya el mundo había cambiado, había otra forma de pensar y hasta de actuar”.
La trama de Netflix incluye temas como homosexualidad, triángulos amorosos y coqueteos con la droga.
Una nueva visión del melodrama mexicano
El elenco de "La Casa de las Flores" celebra la apuesta del director Manolo Caro y Netflix por reivindicar el género del melodrama a través de la historia de una familia disfuncional.
La trama -dicen- está plagada de humor negro, donde destacan temas como la comunidad transexual y el uso recreativo de la marihuana.
“Mis viejos, aquellos que están acostumbrados a verme, que saben que nunca dije una mala palabra en pantalla, que nunca fumé en cámaras para no dar ‘malos ejemplos’, que siempre luché por salir adelante, ahora verán otra faceta de mí. Me parece fantástico que Manolo no tenga temor alguno en tocar y explorar el melodrama con ese humor negro, y llevarlo a ese lugar a donde las telenovelas tuvieron que haber ido hace muchos años”, sentenció la diva.
