En diálogo con en el programa "En el Medio de Todo" de Aconcagua Radio, Laura Missaglia, propietaria de una empresa dedicada a las viviendas industrializadas, arrojó luz sobre las características y ventajas de este tipo de construcción, presentándola como una solución habitacional viable frente a las casas tradicionales y la dificultad de acceso a la vivienda en la actualidad.
Según Missaglia, la distinción clave entre una vivienda industrializada y una construcción tradicional radica principalmente en el precio y la rapidez. A estos dos puntos se suma un importante ahorro energético y un aspecto ecológico. Explica que la rápida construcción "no se utiliza el agua, no se utiliza mucha energía", lo que contribuye a que sean una opción más amigable con el ambiente.
En cuanto a los costos, la diferencia es significativa. Missaglia menciona que el metro cuadrado de una casa básica industrializada, como las de techo a dos aguas, está "así solita 230 mil pesos el metro cuadrado". Aunque no tiene el dato exacto del costo de la construcción tradicional, afirma que "la diferencia es muchísima". La velocidad es otro factor determinante: "se puede entregar a 45 días hábiles", aunque esto puede variar según la cantidad de casas en producción, los días de lluvia u otros factores.
Missaglia detalló el proceso de construcción de estas viviendas, que se entregan en lo que denominan "obra gris", lo que significa que "el cliente hace las terminaciones". La empresa se encarga primero de la platea, que es la única "parte de construcción húmeda que hacemos". Posteriormente, "el 40% de la casa, se hacen fábricas". Esto incluye la creación de paneles y cabriadas -qué es donde se apoyan las chapas para armar el techo- , que son luego trasladados "con un camión hasta el lote del cliente y se va ensamblando todo". Esta prefabricación en fábrica es precisamente la razón de la rapidez en la construcción.
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