Entre el deseo de avanzar y las dificultades para invertir. En ese marco se encuentra la agricultura local en cuanto a la mecanización de los cultivos y la compra de nuevas maquinarias. Si bien el avance y el interés vienen creciendo con los años, complican el panorama los aumentos de costos y el valor fluctuante del dólar.
Desde concesionarias oficiales de la región como Diesel Lange SRL (John Deere), Agromaq Virdó (New Holland) y Agromaquinarias SA (CASE IH) afirman que el año que terminó fue muy complejo por la fuerte devaluación y el aumento de las tasas de interés.
En ese sentido, los productores estaban más preocupados en pagar maquinarias adquiridas en 2017 que en hacer nuevas inversiones.
Eduardo Piccolo, Gerente Zonal de Diesel Lange SRL, explica que "es difícil vender equipamientos en dólares cuando los productores no pueden ajustar el valor de su producción". En tanto, Martín Sánchez, gerente general de Agromaq Virdo, cree que "el mercado debe recuperarse para lograr de vuelta una estabilidad que facilite invertir, pensando en que esto es una inversión a largo plazo".
Por su parte, Aldo Tolín de Agromaquinarias SA, afirma que los clientes prefirieron cumplir con compromisos previos y priorizar recursos: "Hoy se piensa en 'pasar' la crisis. Al menos es la perspectiva de mis clientes. Con un tractor viejo podés seguir trabajando mientras que un agroquímico lo necesitás rápido. La plaza va a lo urgente antes que a lo importante", comentó.
Las concesionarias concuerdan en que el panorama es complicado y se necesita tiempo para revertirlo. Para Sánchez, a los argentinos les falta paciencia. "Estamos en un proceso complicado pero tenemos que tener paciencia para poder refundar". En una línea similar, Piccolo suma: "Todas las áreas están castigadas, no tenemos una expectativa clara. Todos han tenido un mal 2018 y no se prevee una mejora en el corto plazo".
El motor no se apaga
Quitando la foto que deja 2018 y mirando a largo plazo, el panorama no es del todo negativo. El interés por las maquinarias continúa y siempre hay clientes con un mayor potencial económico que necesitan "al menos recambiar algo de su flota o inician nuevos proyectos". Otras esperanzas son la reactivación económica que genera un año electoral, la salida de la turbulencia cambiaria y el aumento de exportaciones.
En esa línea, aún queda mucho por mecanizar en la producción local. Por citar el caso del ajo, según números del Instituto de Desarrollo Rural (IDR), en 2018 el 73% de las parcelas se sembraron y cosecharon de manera tradicional, un 9% mecanizó solo la siembra y un 8% lo hizo con la cosecha. El 10% restante se sembró y cosechó de forma mecanizada, lo que habla de un amplio campo para crecer.
Otro tema en que concuerdan los entrevistados y que ayuda a ser optimistas a largo plazo es que los productores vitivinícolas, hortícolas y frutihortícolas se muestran cada vez más conscientes de la necesidad de mecanizar la cosecha para ser más eficientes.
Tolín incluso comenta que hasta la primera mitad del año había un movimiento interesante de consultas.
Piccolo concuerda con ese interés demostrado: "Esto no tiene marcha atrás. La escasez de mano de obra y los costos hacen que la mecanización gane terreno en todas las áreas y todo tipo de cultivo. John Deere como compañía prevé un crecimiento exponencial en Argentina en los próximos cinco años. Estamos convencidos de que vamos a funcionar".
Por su parte, Sánchez afirma que, más allá de las dificultades, el nivel de consulta se mantiene constantes: "Las máquinas llegaron para quedarse. Hay productores que no toman la decisión solo por un tema económico, pero están empezando a darse cuenta de que la máquina soluciona muchas complicaciones y es más cómodo usarla".
Estimular la compra
Ante la incertidumbre actual y las bajas expectativas sobre las próximas cosechas, algunas de las claves para que la rueda siga girando son ofrecer distintos descuentos, opciones de financiamiento y maquinarias más interesantes.
Por parte de CASE, Tolín comenta que "la fábrica está sacando muy buenas promociones que permiten seguir vendiendo. Hay un financiamiento propio con tasas bonificadas al 0% en pesos y promociones de un 30% de descuento". La maquinaria mantiene su precio en dólares, por lo que quienes resignan ganancias son el concesionario y la fábrica.
En el caso de Diesel Lange, también financian a sus clientes involucrando a las fábricas.
"Una ventaja es contar con 'John Deere Financial', una entidad propia con la que tenemos créditos en pesos y en dólares. Nos permite financiar en dólares con una tasa de alrededor del 5%. En pesos, con una tasa a dos años cercana al 30%", describe el representante.
Otra sugerencia que aportan desde Agromaq Virdó es el asociativismo entre pequeños y medianos productores para adquirir maquinarias. Como explica Sánchez: "En Europa se juntan cinco productores y compran una herramienta que después van a compartir. Esto hace que sea rentable para quienes tienen pocas hectáreas".
Finalmente, maquinarias adaptadas a cada segmento son una forma de estimular el mercado. En ese sentido, ya en el rubro local pueden adquirirse tractores más pequeños y económicos adaptados a parrales antiguos. Los nuevos modelos buscan también ser más eficientes en el consumo de combustible para abaratar costos a largo plazo.
“Se ha dado un fuerte despertar”
Desde el IDR consideran que en los últimos años se ha tomado una fuerte conciencia sobre el valor de aplicar tecnología a la producción. Lo que empezó con la implementación del riego por goteo ha evolucionado hacia otras ramas como agricultura de precisión, uso de drones, mapas de radares de suelo, comercio electrónico y cosecha mecanizada.
Armando Camerucci, gerente del IDR, considera que hay dos puntos a tener en cuenta. El primero es la baja rentabilidad por hectárea de muchas producciones debido al costo salarial y a la pérdida de mano de obra especializada. El segundo es poder alquilar una maquinaria en vez de comprar la propia, siendo a veces más rentable y cómodo para el productor.
"Apuntamos el esfuerzo a intentar generar plataformas de servicio. Por ejemplo, si tengo pocas hectáreas, me conviene alquilar un tractor en vez de mantener uno que en mucho tiempo del año estará inactivo. Es necesario que el Estado aliente empresas de servicios y existan inversiones privadas en ese sentido, sobre todo para productores pequeños y medianos", aseguró.
A su vez, el coordinador técnico del IDR, Alfredo Baroni, afirma que queda trabajo por delante en cuanto a cuantificar el campo local: "Empezamos a monitorear cómo está la situación. Aún nos faltan datos respecto a qué hay de mecanización y por ello empezamos a realizar algunos sondeos, especialmente en el ajo para contar con una base estadística".
Por otro lado, desde allí comentan que toman cada vez mayor relevancia la aplicación de otras tecnologías "menos tangibles" como es el comercio electrónico de frutas y verduras, algo que se viene desarrollando con fuerza en los últimos años y que ya cuenta con al menos tres empresas.
Para demostrar el cambio cultural de la agroindustria de Mendoza en materia de tecnología, el IDR difundió algunos números relevados. Entre ellos se estaca por ejemplo que de 2010 a 2018 se crearon en Mendoza más de 100 empresas de base tecnológica para prestación de servicios al agro y se están generando nuevas propuestas.
Por otro lado se han incorporado más de 50 cosechadoras vibradoras para frutales de distinta especie. Otro dato relevante es que en 2008 unas pocas cosechadoras cabalgadoras vitícolas prestaban servicios y hoy son más de 80. Por último, vale destacar que en 2015 no existía el comercio vía web de frutas y hortalizas de Mendoza y en la actualidad, al menos tres empresas ofrecen el servicio.