El dato es clave: según los registros de la Cámara del Libro, las ventas en el territorio de la Literatura Infantil Juvenil crece año a año. Van así a contrapelo de la tendencia de la crisis, que llevó a que - en el cuarto mes de este año- se midiera que la producción mermó un 48% respecto a 2015. Aún así, los libros infantiles, juveniles y didácticos ocupan el 23% de todo lo publicado en 2018, según un informe de la Cámara fechado en octubre (en 2017 había sido el 20%).
El interés de este público crece y crece. Y lo escrito y editado va a la par también, sumando nuevas formas de financiarse y de producir. A continuación, el panorama en Mendoza.
Bambalí
Fue la primera editorial mendocina especializada en LIJ. Surgida allá por el 2016, se planteó responder a una demanda que recién estaba comenzando en Argentina. Había, sí, evolucionado mucho en España. Fue ese el fenómeno que comprobaron Mariela Slosse y Fabiola Prulletti, quienes fundaron - junto a María Luz Malamud- Bambalí. "Cuando comenzamos en 2016 nos propusimos crear una editorial que estuviera constituida formalmente como las de Buenos Aires: que tuviera escritores profesionales o con el interés de profesionalizarse, que tuviera ilustradores, diseñadores y la importantísima figura de un editor", nos cuenta Prulletti.
Ese emprendimiento, trazado con tanta convicción y seriedad, inspiró la confianza de Bodoc, Chanti y Fabián Sevilla, quienes firmaron los primeros títulos. Como nos cuenta Prulletti, el proyecto nunca quiso perder la pata local y están totalmente abiertos a recibir material, que ellos evalúan en base a sus necesidades e intereses a la hora de publicar.
Desde 2018 está asociada a la CAL y a la Alija (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil Argentina), lo que le permitió competir este año en su certamen, en el que resultaron ganadores con dos títulos: "Juegos macabros", de Slosse, con ilustraciones de Fernando Carmona, y "Mi querida Planta Carnívora", de Sevilla, con ilustraciones de Ernesto Guerrero. Veintisiete escuelas leyeron, comentaron y votaron sus libros preferidos. "Hemos competido con editoriales muy grandes y con mucha trayectoria. Nosotros, nuevos y del Interior, sacamos dos primeros lugares. Se nos han abierto varias puertas porque nos han llamado de varias librerías de Buenos Aires y de otras provincias que quieren los libros", evalúa.
Agrega: "Durante 2018 y 2019 hemos trabajado fuertemente en las escuelas. Desarrollamos un proyecto, Hacedores de Libros, que es una especie de premio que les damos a las escuelas que nos compran los libros a nosotros o las editoriales amigas con las que trabajamos". ¿En qué consiste?: dan talleres de escritura con el escritor, el ilustrador y el diseñador, que les cuentan el proceso productivo de un libro. El desafío después es que cada uno de los niños y niñas, con el apoyo del docente, escriban un cuento que luego se publicará. "La gente dice que los chicos ya no leen, pero a nosotros nos ha sorprendo cuánto leen: desarman los libros y se los saben de arriba a abajo, con cada detalle", apunta.
Los libros de Bambalí se pueden adquirir solo en la propia editorial (Belgrano 1093, Ciudad), y en las librerías SBS y Gildo d’Accurzio.
Pez Menta
Surgió en febrero bajo la dirección de arte de Fernando Carmona (ilustrador y diseñador) y la dirección editorial de María Luz Malamud, otra referente en LIJ en Mendoza. "Lo insólito, lo diferente, lo absurdo, lo inesperado, lo poético, lo desafiante, lo artístico, son las características de los libros de este sello", se presenta esta editorial.
Malamud, que perteneció también a Bambalí, cuenta que este proyecto surgió de un taller de poesía para niños que había dado. De ese ámbito brotó un poemario, "RimaLimón", que fue también el primer libro de Pez Menta. Este libro saldrá de la imprenta la próxima semana y ya hay otros en fila: "Donde vive la música", "¿Usted, sabe?" (ambos de Malamud) y "Hay duendes", de Nelvy Bustamante (Premio Nacional de Poesía).
Una novedad de Pez Menta es que para editar trabaja con el método de crowdfunding, "porque por la situación económica no podemos afrontar los costos de la edición", explica ella. "A través de la suma de voluntades hemos podido concretar el proyecto de publicar los libros, y creo que así vamos a seguir manejándonos con los próximos títulos".
El proceso es así: primero lanzan los libros en formato de preventa y, cuando se llega al costo de la edición, se manda a imprenta.
Malamud explica por qué, según ella, se da este auge de la LIJ: "Hay varios factores. No es casual que uno vaya a las ferias del libro de Buenos Aires y hayan colas infinitas de adolescentes para comprar su saga y hacerla firmar por sus autores favoritos. Es un fenómeno en el momento en que muchos adultos dicen que los chicos no leen. En realidad yo creo que los que no leen son los adultos, quienes no saben mediar entre los chicos y la lectura, entonces es mucho más fácil decir eso".
Amplía: "Y el formato libro papel sigue ganándole, al menos por ahora, al formato digital. Es otra experiencia, que tiene que ver con los sentidos: con el tacto, el olor, lo visual. Muchos libros de hoy prestan mucha atención a lo visual e invitan a otras experiencias".
Pero además, la literatura infantil juvenil empezó a ser considerada literatura "en serio" no hace mucho. "Se la consideraba algo menor, que estaba solo para entretener. Libros livianos con ilustraciones que reflejaban lo del texto y no proponían otra narrativa visual. Esta literatura ha crecido mucho en complejidad y en propuestas", cierra Malamud. Para contacto: pezmenta.com.ar.
Los libros de Pérez
Esta editorial, coordinada por Brenda Sánchez, tiene la particularidad de que tiene un importante trasfondo social. Ella desde hace años viene estudiando la LIJ de autores mendocinos, con el propósito de llevarla a las aulas.
Pero este año fue más allá, dando la posibilidad de que proyectos surgidos en las aulas de diferentes escuelas (sobre todo en contextos de vulnerabilidad social) terminen siendo libros. "Tenemos una concepción integral, queremos que los chicos se conviertan en autores, porque es la posibilidad de construirse y de pensar otras posibilidades para sí mismos y para su entorno", dice Sánchez.
La confección se realiza de forma artesanal, desde el primer proyecto que motorizó Romina Benavídez en la escuela Jorge Luis Borges de Guaymallén. Ella le propuso a sus alumnos trabajar en base a sus miedos, luego dibujaron sus relatos y armaron el libro que presentaron en la Feria del Libro en el Le Parc. El segundo fue "El fantástico viaje de Homero", de la escuela Homero Manzi de Las Heras, con cuentos fantásticos. El tercero surgió de un taller en la escuela Manuel Láinez de Ciudad, un poemario en verso libre inspirado en una salida del curso al Divisadero Largo.
Más información en la página de Facebook: "La literatura mendocina va a la escuela".
Otras editoriales
Un bastión importante para la literatura mendocina es Ediciones Culturales, de la Secretaría de Cultura, enfocada en la literatura local. Y un caso muy inmediato es el de "N y Sombra", de María Belén Cherubini, dedicada al teatro infantil, quien lo presentó el jueves pasado en el Museo Carlos Alonso.
Belén define su libro "N y Sombra" así: "Es una obra de teatro, con acotaciones narradas, descriptivas. Es una historia de viaje donde una niña junto a su sombra se animan a salir de ese encierro y descubrirse. Habla mucho de la identidad, saber quién es ella y que en este viaje va a ir encontrando diferentes personajes".
Otras editoriales abiertas a la LIJ son La Aldaba, Jagüel Editores. El sello que define todos los proyectos es, siempre, la autogestión.