Es un caso atípico: el Chaqueño Palavecino es uno de esos artistas que nunca se quedan en lo mismo y que saben mantener su vigencia en los escenarios. En la febril temporada de festivales veraniegos, los escenarios se pelean por él porque bien se sabe que, noche que cante, noche que agota.
Y también es un caso atípico porque, cuando muchos de sus colegas nacidos del semillero folclórico prefieren empezar a borrar los límites y coquetear con otros géneros, el Chaqueño, que este 18 de diciembre cumplirá 60 años, se planta firme en esa trinchera con chupalla y guitarra criolla. Para seguir convocando a sus "misas", no necesita más que aferrarse al folclore más puro.
Y él lo sabe: "Siempre hay que jugarse por lo nuevo, por la innovación dentro de lo uno. Y el día que eso no pase, te tenés que pellizcar y decir 'se acabó'", le dijo a Télam.
Ya en diciembre, el Chaqueño (Oscar Esperanza) Palavecino ya tiene definida en parte su grilla para la temporada 2020, que lo traerá el sábado 8 de febrero a Uspallata, en el marco del festival de Alta Montaña (cuya grilla se comunicará dentro de unos días desde Las Heras). Al día siguiente, domingo 9 de febrero, estará en Rivadavia Canta al País, según confirmó el Municipio el 9 de noviembre vía Twitter, en la misma noche que Luciano Pereyra.
Pero además, este cantante acaba de lanzar un disco doble, que presentará oficialmente el próximo 20 y 21 en el porteño Teatro Gran Rex.
"Soy y seré" (DBN, 2019, $600) se trata, como define el título, en un manifiesto de identidad. De identidad autóctona, además. El repertorio representa "algo que sentía como una necesidad de contar cosas más de uno", definió en esa entrevista a Télam.
Palavecino sostuvo que "siempre le he cantado mucho a la alegría, pero era el momento de hacer algo sobre la vivencia de uno y sobre lo que uno quiere decir".
Así, introspectivo, preparó una lista de canciones que incluyera a “Flores para mi madre” y “Soy”, dos de las piezas centrales del primer volumen del material donde el salteño canta en primera persona sobre asuntos que lo atraviesan.
Como la pérdida de su madre: "Me ha costado grabar el tema sobre mi madre, que se me ha ido joven. Uno siempre tiene ese recuerdo de dónde viene y dónde está y siempre hay una nostalgia. Soy un privilegiado porque cumplí mis sueños viniendo muy de abajo de aquel rincón del chaco salteño y con una música muy ninguneada pero de una riqueza tremenda que ha sido parte de todo este dolor que hubo siempre, que uno ha pasado", fue relatando a la agencia citada.
Nacido en el paraje Rancho El Ñato del chaco salteño, el músico es una de las más populares voces del folclore a partir de un camino discográfico iniciado hace más de tres décadas y jalonado por más de una treintena de álbumes entre los que se cuentan “Apenas cantor”, “Chaqueñadas”, “La ley y la trampa”, “El gusto es mío”, “Abrazando al caudillo”, “De pura cepa”, “Recordando ayeres” y “Falta envido y truco”.
Enfático como siempre, remarcó que este año lo terminará con celebración, pero que no fue fácil. "No la pasamos bien todos lo que producimos. Uno tiene mucha gente alrededor que trabaja con uno y hay que sostener eso y también encontrarse con el público fiel y seguidor al que hay que venir a visitarlo acá", dijo.
Para Palavecino "el escenario es mucho, es sagrado para el artista, es único porque ahí nos mostramos y es el lugar al que nos lleva el entusiasmo de compartir pero siempre hay una responsabilidad, una emoción, un respeto", según describió.
Ya en 2020 y en la temporada de festivales folclóricos de verano, hay confirmadas 15 actuaciones que comenzarán el 10 de enero en Federación (Entre Ríos) y seguirán por Sauce Viejo (Santa Fe, el 11), Diamante (Entre Ríos, el 12), Jesús Maria (Córdoba, el 17), Cachi (Salte, el 18), La Merced (Catamarca, el 24) y en la primera luna del Festival Nacional de Folclore de Cosquín (25)
La agenda de febrero contempla presentaciones en Intendenta Alvear (La Pampa, el 1), La Banda (Santiago del Estero, el 7), Uspallata (el 8), Rivadavia (el 9), el Ullum (San Juan, el 14), Bañado de Ovanta (Catamarca, el 15), Cafayate (Salta, el 22) y Jujuy (el 23). Una caravana agitada.
"Vamos a ir armados de la mejor manera con lo nuevo, los clásicos y unos videos porque los festivales son representativos de cada pueblo y cuando no se hacen se pone triste la gente. Y con esta crisis los artistas no somos necesidad, aunque les alegramos el alma a las personas", comentó el Chaqueño.
Ese lazo incendiario y potente con las audiencias es algo que el cantante atribuyó a que “soy un cantor popular que vino muy de abajo y fui armando la música muy propia que te da coraje, podés llorar, te entristece, te da ganas de bailar”.
En idéntico tono, Oscar añadió a Télam que "hoy me pongo a observar a los míos cuando armo una violineada y lo disfrutan y lo viven y son una enseñanza para los otros que 'mosquetean'. La persona trabaja, se cansa y se distrae con la música, con la diferencia que esa música es la que se hace en el pueblo y por eso la defendemos a capa y espada".
"Todavía me queda bastante hilo en el carretel. Y mirá que lo he gastado al hilo... Creo que con 15 años más estaría bien", dijo en otra entrevista reciente sobre su 60 aniversario.