La semana que viene comenzará en los tribunales de San Martín el juicio a Lucas Fernández (31), el ex empleado judicial de Santa Rosa que a fines de enero fue sorprendido por la Policía con dos niñas en El Carrizal, una de las cuales habría sido abusada por el detenido.
Fernández, quien era considerado entre sus compañeros de trabajo como un empleado "correcto", está acusado de abuso sexual agravado con acceso carnal. La víctima es una niña de 12 años, con la que fue sorprendido en el interior de un auto.
El tribunal a cargo del debate oral estará presidido por Viviana Morici e integrado por Eduardo Orozco y Victoria Franano, quienes en las últimas semanas ordenaron realizar una pericia psicológica al imputado, examen al que en un comienzo Fernández se había negado.
Dos niñas en el auto
El hecho por el que Fernández irá a juicio este lunes ocurrió el 25 de enero pasado. Aquel día, una pareja que paseaba por El Carrizal observó una situación extraña en el interior de un auto Nissan Tiida, estacionado en un descampado en las inmediaciones del dique. Enseguida dieron aviso del asunto en un destacamento policial y un uniformado llegó hasta el vehículo.
Según el expediente judicial, el efectivo se encontró con que en el asiento delantero del auto había un hombre con una niña y en el trasero había una segunda chica que observaba. Poco tiempo tardó el policía en comprender que ambas eran menores y más tarde se supo que apenas tenían 12 años de edad.
Las pequeñas declararon que la noche del 24 de enero se encontraban en una plaza de San Martín cuando Fernández las invitó a subir a su automóvil.
Desde allí habrían ido al departamento del hombre, donde hubo consumo de drogas y alcohol, y después fueron al dique donde, de acuerdo a la investigación, abusó sexualmente de una de ellas.
La defensa, integrada por Juan Rossello y Jorge Cantalejo, intentará demostrar al tribunal que no existió penetración por parte de Fernández, asunto que de comprobarse aliviaría notablemente la situación del acusado, que hoy arriesga una condena de hasta 20 años de prisión.
"En su momento, la chica fue traída desde El Carrizal al hospital Perrupato donde se le hicieron pruebas forenses que no detectaron la presencia de líquido seminal o antígeno prostático", ha subrayado la defensa, que usará esa carta como uno de sus principales argumentos para rechazar la calificación de acceso carnal con que el expediente llega a debate.
Sin embargo, para la fiscalía ese dato no es determinante: "En la mayoría de los abusos sexuales no hay testigos del hecho porque generalmente son casos que ocurren en la soledad del abusador con su víctima", comentó el fiscal Oscar Sívori: "Pero acá tenemos al menos dos testigos, el policía que los sorprendió y la segunda niña que estaba en el interior del auto. La prueba en su contra es contundente". Además y durante la investigación, las menores fueron llevadas a una cámara Gesell donde habría quedado ratificado el abuso sexual, a partir de los dichos de ambas niñas.