El valor de lo estratégico. Desde el vamos, la gestión Milei mostró un fuerte rechazo a la obra pública. Con la excusa -o el argumento, en el mejor de los casos- de que se venía de décadas de corrupción a la hora de licitar obras (prioritarias o no), se las frenó completamente y las pocas que se terminaron o están en vías de concluirse se logró apelando a las cajas provinciales. El diputado Julio Cobos, quien integra en el Congreso la comisión de Obras Públicas, lo dijo sin medias tintas: "El presidente no entiende la importancia de la obra pública para el desarrollo del país”. El mendocino confiaba en que la paralización de la obra pública fuera temporaria, hasta que el gobierno libertario se acomodara, pero eso claramente no ocurrió y la preocupación va en aumento. El pésimo estado de las rutas (de lo cual Mendoza puede dar cátedra) va de la mano de la inseguridad vial y es aquí donde Cobos pone sobre la mesa que Argentina tiene el doble de muertos por accidentes en la ruta que por homicidios. En esa línea del Ejecutivo de sacarse de encima los temas, sobre todo si implican echarle mano a su bolsillo, la Nación traspasó los trabajos de mejora y mantenimiento de varias rutas nacionales. En el caso de la provincia, se trata de dos tramos de la ruta nacional 7: uno que pertenece a Vialidad Nacional (de Agrelo al límite con Chile) y otro en manos de Corredores Viales SA (desde Desaguadero a Palmira, San Martín). Por lo pronto, la firma CEOSA (la misma del Metrotranvía) suena para hacerse cargo de los trabajos en la Ruta Nacional N° 7 desde el límite con San Luis hasta la entrada al Túnel del Cristo Redentor. Esto, lógicamente, implicaría el pago de peaje. ¿No sería lo mínimo que cualquiera estaría dispuesto a pagar si por fin se transitaría por rutas seguras y con servicios, sobre todo para menguar el calvario del cruce a Chile? Ante la especulación mileista, el exgobernador Cobos le respondió: "Hay que terminar con la corrupción, no con la obra pública”.
Tarea de todos. Adolescencia no sólo se ha convertido en una de las series más vistas de Netflix sino que son de esos contados casos que muy de tanto en tanto calan hondo por lo poderoso de la historia que toca pero más por los debates que abren. Escuchar al creador y actor de la serie, Stephen Graham, cómo se le ocurrió darle forma a este drama habla de alguien preocupado por el mundo que le toca vivir. Más que por él, por los más jóvenes. Adolescencia relata -en capítulos enteros sin cortes ni edición- la historia de Jamie, un chico de 13 años acusado de asesinar a una compañera de colegio. Lo que lleva a ese conmocionante final, que no es un gratuito spoiler sino el emergente de todo, es la pregunta que se hizo Graham en su momento y después todos aquellos que vimos los cuatro capítulos: qué ocurre no ya en el mundo de un adolescente sino en la sociedad toda para que un pibe reaccione de manera tan extrema. Misma pregunta podría aplicarse al reciente femicidio de Rivadavia donde un joven de 32 años mata a su novia de 28 y se suicida. Ficción y realidad se unen para poner en primer plano la imperiosa necesidad de que la salud mental ocupe otro lugar en la salud pública. El bullyng, la soledad, el destrato, la violencia, el sexting, son ingredientes en la vida de cualquier personaje y cualquier espectador, de ahí la natural empatía con lo que se está viendo. "Hace falta un pueblo para criar a un niño", dijo el protagonista de la serie y eso, traducido en criollo, significa que nadie puede hacerse el distraído. Sea en la familia, la escuela, la calle. La vida toda.
El trabajo sucio. El lunes próximo vencerá la resolución que mantiene congeladas desde diciembre las dietas de los senadores nacionales. De no interponerse una nueva medida restrictiva, desde mayo pasarán a cobrar más de $9 millones por mes. A manera de complemento del impactante dato y la maldición mileista a la "casta", la frase del escritor y periodista británico John Carlin viene a aportar fuego a tanta nafta: "Seamos más indulgentes con nuestros políticos. No los desdeñemos a todos. El precio de la democracia es aceptar concesiones a la pureza ideológica y moral. La política es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo".
Maridaje de la semana. Educación y tecnología. Talento y trabajo. En base a estos maridajes, estudiantes de 12 a 18 años del Colegio Tomás Alva Edison, la UNCuyo y el ITU, obtuvieron el premio Rising All-Star en el clasificatorio Mundial de Robótica en Brasil. Fuerte ese aplauso.
* El autor es secretario general de redacción del diario Los Andes. [email protected]
