En los últimos 20 años, los aviones de pasajeros han aumentado su capacidad, pero no son más rápidos. Incluso, estiman los especialistas, vuelan "más despacio". En este contexto, hay cuatro proyectos en marcha que prevén poner en el aire aviones mucho más rápidos en un plazo de cinco años.
Con aeroplanos subsónicos que ya vuelan muy por encima de los 800 km/h, los vuelos supersónicos que rompan los 1.235 km/h de la velocidad del sonido son el objetivo que se proponen Aerion, Spike Aerospace, la nave experimental de la NasaX-59 QueSST, y Boom Supersonic.
El gran desafío es que la tecnología y las leyes medioambientales actuales -de emisiones y ruidos-, y especialmente la rentabilidad económica hagan viable que la aviación supersónica comercial vuelva a surcar los cielos, tal y como ya hizo hasta 2003 el Concorde, capaz de volar a poco más de 2.100 km/h.
Para poder volver volar a la velocidad del sonido será necesaria una gran adaptación legal que no será ni fácil ni rápida, ya que los índices que manejan la UE o la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) están absolutamente desactualizados, aseguran
Por otra parte, los sueños, sueños son, pero la física es inapelable y lo supersónico tiene la suya. "Al volar a la velocidad del sonido, el aire se comporta de una manera distinta, y los motores también", afirma un especialista.
Ninguno de los aviones proyectados tendrá una gran capacidad de pasajeros. Nada comparado con la de los aviones actuales y menos de la mitad de la del Concorde. Incluso el AS2 de Aerion está concebido como medio de transporte privado corporativo.
Hombres y mujeres de negocios para los que viajar de Madrid a Nueva York en tres horas y media, y poder volver el mismo día sea un aliciente, y, claro, que pueden pagar los altos precios de los billetes.