Recetas. Paso a paso de pocos ingredientes y económico, ideal para disfrutar en una merienda con amigos o familia, acompañando ese buen mate.
Las rosquitas son una de las recetas más queridas para compartir en la merienda, especialmente si querés sorprender a tus invitados con una comida casera y deliciosa. Con pocos ingredientes y de forma fácil, podés hacer hasta tres docenas de estas dulces delicias, perfectas para acompañar un buen mate.
Prepara el fermento: En un recipiente, mezclá la levadura con el agua tibia, una cucharada de harina y media cucharada de azúcar. Revolvé hasta que se forme una mezcla homogénea. Reservá.
Formá la masa: En otro recipiente, colocá la harina, el azúcar, los dos huevos, la manteca, la ralladura de limón y la esencia de vainilla. Agregá el fermento que preparaste y mezclá bien hasta que todos los ingredientes estén integrados.
Amasá: Comenzá a amasar durante 5 minutos, hasta que la masa se vuelva suave y elástica. Dejá reposar durante 15 minutos.
Formá las rosquitas: Pasado el tiempo de reposo, estirá la masa con un grosor de aproximadamente 1 cm. Cortá círculos y hacé un agujero en el centro de cada uno para formar las rosquitas.
Dejá reposar: Colocá las rosquitas sobre una superficie con bastante harina y dejá que descansen durante 40 a 60 minutos.
Freír: En una sartén con grasa o aceite caliente, freí las rosquitas a temperatura media hasta que estén doradas por ambos lados. Escurrilas bien.
Endulzá: Pasá las rosquitas por un poco de azúcar mientras aún están tibias, para darles ese toque dulce irresistible.