Este año, debido a las tormentas graniceras que afectaron distintas partes de la provincia y las reiteradas lluvias, el rinde promedio de las plantaciones de tomates se ubicará en los 90 mil kilos por hectárea.
Esto es, por debajo de los 100 mil kilos por hectárea, que los productores mendocinos y sanjuaninos alcanzaron hace un par de años (y que fijan estándares internacionales), aunque similar a la del año pasado. Sin embargo, la preocupación de quienes cultivan tomate para industria es si el precio acompañará el aumento de los costos.
Es que cuando empieza la temporada, los productores firman un contrato con las industrias que les compran la materia prima, con un precio de base que es el que se pagó el año anterior, explica Fabián Malatini, quien tiene una finca en Fray Luis Beltrán, donde hace más de 20 años se dedica al cultivo de tomate.
Recién cuando está terminando, generalmente en marzo, se define el que efectivamente se pagará.
Guillermo Quiroga, presidente de la Asociación Tomate 2000, detalló que en 2018 sufrieron un incremento marcado en los costos, vinculado a la variación en el tipo de cambio. Es que algunos insumos, como los fertilizantes y las cintas de riego por goteo, están dolarizados. Por otra parte, el precio de la energía subió casi un 100% el año pasado y el gasoil también aumentó de modo considerable.
La mano de obra, siguió Quiroga, no ha tenido una variación tan significativa pero cada vez tiene una menor relevancia en el costo de producción, porque se ha extendido la tecnificación de las labores culturales: son muchos lo que utilizan maquinarias para el trasplante y la formación de la cama, y optaron por el riego por goteo (el 80% de los productores asociados a la entidad han adoptado este sistema).
"En general ha subido más de un 75% el costo con respecto al año pasado", planteó Quiroga, al tiempo que manifestó que esperan que este incremento se vea reflejado en el precio que se le pague al productor. Sin embargo, también reconoció que, con la caída del poder adquisitivo, es difícil trasladar el ajuste a las góndolas y se trata de un sector que casi no tiene presencia en el mercado internacional.
Pese a eso, indicó que el riesgo es que, si se acorta el margen del productor, el año próximo se verá reducida la superficie cultivada. A diferencia de lo que ocurre con las vides o los frutales, que son cultivos que no sólo producen en varias temporadas, sino que además hay que esperar un tiempo para obtener la primera cosecha, el tomate es estacional. De ahí que el horticultor decida cada año si colocará esta planta u otra.
De hecho, la superficie cultivada en la provincia se redujo casi a la mitad en la última década y se incrementó en la vecina provincia de San Juan. En la actualidad hay unas 2.000 hectáreas con tomate para industria en Mendoza y un número similar en San Juan. Pero como destaca el ingeniero Cosme Argerich, del INTA y asesor técnico de Tomates 2000, faltan unas 2.000 hectáreas más en el país para abastecer la demanda interna, a las que deberían sumarse dos fábricas importantes. Desde hace un tiempo, esta brecha para autoabastecerse se cubre con pasta importada.
Aunque tampoco es tan sencillo el cambio. Fabián Malatini explicó que ha ido adquiriendo maquinarias y que son específicas para el tomate, por lo que le resultaría difícil abocarse a otra producción. El horticultor estimó que si bien el precio puede quedar un poco relegado, lo que habitualmente ocurre es que acompaña bastante el aumento de costos.
Guillermo Quiroga también advirtió que a las industrias les está resultando difícil financiar al productor en la primera etapa del cultivo y la cosecha, aunque aún lo están haciendo. Por eso, desde la Asociación Tomates 2000 están buscando fuentes alternativas de financiamiento.
Rodolfo Bianchetti, quien se dedica a la industrialización, explicó que el precio internacional del tomate se ubica entre los 7 y los 8 centavos de dólar. Sin embargo, mientras la economía argentina estuvo cerrada a las importaciones, el valor que se pagaba en el mercado interno era superior: en 2018 los productores obtuvieron de $ 1,70 a $ 1,75 el kilo (más cerca de los 10 centavos de dólar). Este año, estimó el industrial, es probable que el precio se ajuste más al externo.
En cuanto a las posibilidades de insertarse en el mercado internacional, Bianchetti comentó que es un proceso que toma su tiempo, en particular después de muchos años de cambio no competitivo y que, además, el arancel de $ 3 por cada dólar exportado desalienta esta posibilidad. Por otra parte, resaltó que se compite con países como los europeos, en donde la cadena completa de producción está subsidiada.
El clima
La incorporación de tecnología ha permitido ir mejorando los rindes de los cultivos, pero hay un elemento que permanece fuera del control de los productores: el tiempo.
Argerich señaló que el granizo impactó sobre todo en Lavalle y que unas 500 hectáreas resultaron afectadas, con diverso grado de daño, lo que implica que se perderán unos 20 millones de kilos (la media anual es de unos 450 mil millones).
Malatini fue uno de los que vio su producción reducida, al punto que está cosechando un 50% de lo que había estimado, antes de la tormenta granicera del 19 de diciembre. Por estar asociado a Tomates 2000 cuenta con un seguro que le permitirá cubrir los costos.
Cómo es el panorama mundial y qué oportunidades hay para Mendoza
Según un informe pulicado por la Secretaría de Agroindustria, en rasgos generales, aproximadamente el 90% - 92% del total producido se cultiva en el hemisferio norte: Estados Unidos (mayormente California), China, Italia y Turquía. El resto se cosecha en el hemisferio sur (Chile, Brasil, Argentina, Australia).
La recolección en estos hemisferios está claramente diferenciada; mientras en el norte se concentra en los meses de julio, agosto y setiembre, en el sur se cosecha en enero, febrero, marzo e incluso abril.
El reporte sostiene que unos 10 países concentran el 90 % de la producción mundial, ocupando la posición líder Estados Unidos, seguido por China, Italia, y Turquía.
Argentina, que ocupa el puesto 13 del ranking participa en promedio con el 1% del total mundial.
En el negocio, en los últimos años el hecho más relevante es el crecimiento de la producción china, impulsado por su desarrollo económico y su enorme población.
Dentro del negocio que gira en torno a los derivados del tomate existen dos mercados que actúan de manera bien diferenciada: el del tomate entero o en trozos y el de la pasta de tomate.
El tomate pelado entero o en trozos es un producto terminado y con alto valor agregado que requiere materia prima de buena calidad. Por sus características, una vez pelado, el tomate no debe estar marcado ni rajado y tiene que mantener la firmeza que posibilite su envasado sin hacerle perder la forma.
El extracto doble o pasta de tomate, tiene características decommodity industrial con bajo grado de diferenciación. Es un producto sin terminar, que se comercializa entre fábricas y requiere un proceso adicional para transformarse en un bien consumible, tal como puré, jugo o salsa de tomate. Se comercializa a granel en mercados internacionales.
Día de campo
El jueves 21 de febrero, en la oficina del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) en La Consulta se realizará el tradicional Día de Campo del Tomate para Industria, que desde hace 25 años organiza la Asociación Tomate 2000.
Se trata de un encuentro en el que suelen participar unas 400 personas y en el que se dan a conocer los resultados de las investigaciones que se realizan en ese organismo, sobre ingeniería de cultivo, variedades y otras innovaciones que permiten mejorar el rendimiento y la rentabilidad de los cultivos.