Dos crímenes en un contexto de inseguridad con cuatro años y medio de diferencia, pero con investigaciones que casi de manera fortuita se vieron vinculadas porque uno de los involucrados está acusado en ambos hechos. Por otro lado, un sujeto que admite su autoría en una de las muertes y que así se convierte un testigo clave de uno de los asesinato más resonantes de Mendoza en los últimos años: el del médico Sebastián Prado (38).
El hombre en cuestión es Ezequiel Orozco, quien este lunes fue condenado a prisión perpetua por el homicidio del artista plástico chileno José Federico Alvarez (70), ultimado de un escopetazo el 5 de enero del 2018 en su casa durante un asalto.
La víctima recibió un disparo en la cabeza durante la madrugada, en la finca donde vivía en el distrito de Colonia Molina, Guaymallén. La señora que hacía la limpieza llegó alrededor de las 7 y lo encontró en el exterior de la propiedad, tirado en el piso ya sin vida. Se cree que el hombre estaba descansando y algo lo llevó hasta afuera. Allí se habría topado con los malvivientes, que le pegaron un tiro con una escopeta.
Su hija señaló el faltante del auto y una notebook, aunque llamó la atención que no le robaron dinero y más elementos de valor. Al respecto, un par de heladeras fueron encontradas casi en la calle. Al parecer, los ladrones se las estaban llevando y a último momento decidieron dejarlas.
Un par de días después del hech,o Orozco y su pareja eran detenidos. Sobre ellos posaron la lupa los detectives, luego de que la familia del fallecido aportara el dato que los jóvenes trabajaban como caseros en la finca y que días antes del crimen abandonaron sus tareas en malos términos con Álvarez. Ambos fueron imputados por homcidio criminis causa-matar para ocultar otro delito-, aunque la situación de cada uno fue cambiando.
El hombre reconoció su participación, mientras que la mujer tiempo después fue desligada del expediente. Claro que Orozco no sería el único acusado, ya que en su declaración incriminó a otro joven. Nada más y nada menos que Jonathan Morales, principal sospechoso del crimen del traumatólogo Prado.
"Él me dijo que si se complicaba (por lo de Álvarez), había que hacer lo mismo que él hizo con el médico", palabras más, palabras menos, esos fueron los dichos de Orozco. Cuando los pesquisas escucharon esto, rápidamente relacionaron los casos y ordenaron la detención de Morales, por la muerte del artista chileno y por la de Prado.
Las dos causas las investiga la fiscal Claudia Ríos, que este lunes concretó la primera condena. Orozco accedió a un juicio abreviado, admitió nuevamente su autoría en el crimen en la finca y recibió la pena de prisión perpetua, única posibilidad por el delito que se le imputó. El acuerdo entre el acusado y la fiscalía fue aceptado por el juez Rafael Escot en la sala 10 de Tribunales.
De esta manera, Jonathan Morales es el único que queda en este hecho para ser juzgado, arriesgando la pena máxima.
El conmocionante homicidio del médico
Morales en poco tiempo deberá afrontar dos debates. Además del episodio explicado anteriormente, aparece como el principal acusado de un asesinato que retumbó en Mendoza
Sebastián Prado fue ultimado de un balazo 6 de septiembre de 2013. Esa noche, cerca de las 21, la víctima salía de su casa –ubicada en Perú y López de Gomara de la Cuarta Sección- junto a su esposa Carla Santarelli y sus dos hijos, para asistir a una fiesta de cumpleaños.
Mientras guardaba cosas en el baúl, su pareja escuchó disparos y vio a un hombre encapuchado huir del lugar. Luego se encontró con su esposo herido. Se supo que tras un forcejeo, un delincuente había intentado robar la camioneta en la que estaban los chicos y le disparó a Sebastián.
Debido a la demora de la ambulancia, el profesional fue trasladado de urgencia por su familiar al hospital Lagomaggiore. Allí tuvo que ser intervenido en el quirófano, pero la gravedad de su cuadro derivó en su fallecimiento minutos después de las 22.
Dos días después, el Ministerio de Seguridad, en ese entonces a cargo de Carlos Aranda, ofreció una recompensa de 50 mil pesos para quien aportara datos relevantes a la causa, ante la falta de pistas.
En diciembre de 2013, dos meses después del fallecimiento del médico, Aranda presentó su carta de renuncia, pese a que el propio ex gobernador Francisco "Paco" Pérez lo había confirmado y respaldado en su puesto aún cuando el homicidio generó estupor en la sociedad.
Tiempo después, el caso tendría dos detenidos: Morales e Ismael Merlo. Sin pruebas en su contra fueron liberados y durante cuatro años el caso parecía extinguirse sin culpables.
Sin embargo, el crimen del artista plástico chileno precipitó todo. Ezequiel Orozco declaró como testigo en la causa Prado y su versión puso otra vez como detenido a Morales en la muerte del médico. Posteriormente volvería a caer Merlo, y ambos hoy se mantienen presos, también con un futuro de perpetua.