En medio de la Semana Santa, entre el dolor del Viernes Santo y la alegría del Domingo de Pascua, el Sábado Santo ocupa un lugar especial para los fieles cristianos. Es un día marcado por el silencio, el luto y la esperanza. Representa el momento en el que Jesús yace en el sepulcro, mientras el mundo espera el cumplimiento de su promesa: la resurrección.
¿Qué pasa el sábado santo?
Este es el segundo día del Triduo Pascual, un período sagrado que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Cristo. A diferencia de otros momentos de la Semana Santa, durante el Sábado Santo no se celebra misa ni se administran sacramentos, con excepción del de la reconciliación y la unción de los enfermos. Las iglesias permanecen austeras, sin flores ni música, con el sagrario abierto y vacío, en señal de luto.
Desde la Agencia Católica de Informaciones (ACI Prensa) describen esta jornada como un día marcado por “la ausencia”. No es solo un tiempo de dolor, sino también de espera activa: “Si la fe, ungida de esperanza, no viera el horizonte último de esta realidad, caeríamos en el desaliento”, aseguran.