Probablemente Sergio Osvaldo Buenanueva, obispo de San Francisco (Córdoba), haya sido uno de los últimos mendocinos en dialogar con el papa Francisco.
El otrora obispo auxiliar de Mendoza y hoy obispo de San Francisco (Córdoba) estuvo con el Papa a inicios de año y recordó su experiencia.
Probablemente Sergio Osvaldo Buenanueva, obispo de San Francisco (Córdoba), haya sido uno de los últimos mendocinos en dialogar con el papa Francisco.
El pasado miércoles 8 de enero pudo saludarlo en la Audiencia General en Roma. “Le di los saludos de la diócesis de San Francisco, enclavada en la ‘pampa gringa’ por tantos piamonteses que emigraron allí. Como sus padres”, contó el prelado nacido en San Martín.
Sergio, de 62 años, exobispo auxiliar de Mendoza, evocó al pontífice con estas palabras.
“El domingo de Pascua, Francisco recorrió la plaza de San Pedro saludando a los peregrinos que se habían dado cita para la bendición Urbi et Orbi. No podíamos saberlo, pero fue la última vez. Pero es una imagen muy expresiva. Eso fue y quiso ser Francisco: un pastor en medio de su pueblo. Como nos dijo tantas veces a los curas y obispos: un pastor va delante del pueblo, para conducirlo; va en medio, porque no se puede olvidar que sigue siendo un discípulo; y va detrás, tanto para animar al que se queda rezagado, como para dejarse guiar por el pueblo que es movido por el Espíritu de Cristo”.
Buenanueva agregó: “Seguramente se dirán muchas cosas de Bergoglio/Francisco. Cada uno recordará algún gesto, alguna palabra, algún hecho. Cristo quiso que guiara a su Iglesia en este tiempo desafiante de cambios vertiginosos".
“De Francisco de Asís, el papa Francisco tomó no solo el nombre, sino también la pobreza y la fraternidad: la pobreza, no como desprecio de las cosas, sino como el necesario despojo del corazón para dar cabida a todos, reconocidos y tratados como hermanos… también a la creación”, resaltó.