“El verdadero proyecto de Inteligencia Emocional es volver a los valores. Y los valores no son algo teórico, sino que se viven, se encarnizan. Y si yo los vivo, los aplico", destaca la especialista a Los Andes.
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Educación: el innovador concepto de Inteligencia Emocional y la importancia de trabajarla en el aula. Foto: Gentileza Norbridge
En ese sentido, la especialista insiste en que, cuando se habla de IE, es una idea relacionada a la capacidad para comprenderse a uno mismo, que tiene que ver con el autoconocimiento de las emociones propias y en cómo las logra gestionar la persona. Se involucra, además, la pregunta de qué siente una persona ante una situación y, a partir de ello, qué hace y cómo las manifiesta.
Es decir, además del autoconocimiento, la IE gira en torno a la capacidad de comprenderse a uno mismo, a la manera en que se expresan las emociones propias y, en simultáneo, a cómo se leen e interpretan las de otros.
"La Inteligencia Emocional también es poder discernir las emociones de los demás, cómo reacciono ante los sentimientos de los demás; es conocerme y conocer", refuerza.
Para Miretti, la IE sólo se da cuando hay conexiones de corazón a corazón, y es algo que requiere empatía, vocación, tiempo, capacitación y ganas. Y no es algo que quede limitado puntualmente al rol como profesor o como alumno, sino que sirve para toda la vida personal.
"Lo básico en la Inteligencia Emocional es no dañar al otro, y para eso tenés que conocerte. Por eso la clave es trabajar en la manera en que nos comunicamos y hacer foco en tres preguntas fundamentales: ¿Cómo digo lo que digo? (quizás mi voz dice algo, mi gesto dice otra cosa y mi tono, otra completamente distinta); ¿Cómo digo lo que necesito? (la forma en que pido las cosas, si uno es empático, mandón o impulsivo) y ¿Cómo digo lo que siento?", agrega la psicóloga.
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Educación: el innovador concepto de Inteligencia Emocional y la importancia de trabajarla en el aula. Foto: Freepik.es
En ese sentido, insiste en que si no se parte desde este punto, los adelantos educativos y de la neurociencia serán en vano. Por ello, consideran el desarrollo de las habilidades socioemocionales es fundamental para motivar a un chico o una chica y que todo salga bien.
La importancia de trabajar con la Inteligencia Emocional en la educación
A nivel mundial, son diversos los académicos, especialistas y referentes que advierten sobre lo "agotado" del modelo educativo tradicional y centenario y traen a escena la necesidad de un replanteo. Y es en estos contextos en que aparecen modelos que asoman como innovadores y proponen trabajar con el foco en el cumplimiento de proyectos, la obtención de objetivos y la estimulación de habilidades.
Para lograr estos objetivos, Miretti deja bien en claro que no se puede descuidar ni dejar afuera a la IE.
"Antes, la inteligencia de una persona se calculaba en base al número del Coeficiente Intelectual (QI) y se priorizaban las matemáticas y la lengua en la educación. Pero hace algunos años se empezó a hablar de la Inteligencia Emocional y a intentar implementarla en las instituciones", resalta la psicóloga y especialista.
La IE prioriza las emociones y los sentimientos por encima de lo teórico y lo que puede llegar a considerarse como un escenario ideal y universal. Por ello es que, de acuerdo al espíritu de lo que se propone trabajar con este concepto, la sanción en sí misma y ante un conflicto no es sinónimo de resolución de un conflicto. Principalmente, porque no se está trabajando desde la prevención.
Al intervenir e intentar resolver todo directamente con una sanción, está faltando la reflexión y el entender que todo lo que una persona hace termina por incidir en el ambiente y en la salud mental del otro. Por ello es que, por medio del autoconocimiento y la conciencia, la IE trabaja en que cada sujeto viva la importancia de ser una buena persona.
De hecho, la vicedirectora del nivel secundaria del colegio Norbridge en Pilar, va más allá y explica que trabajar en Inteligencia Emocional no es simplemente elegir entre tres o cuatro caritas con una sonrisa o gesto de tristeza para describir cómo se siente uno.
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Educación: el innovador concepto de Inteligencia Emocional y la importancia de trabajarla en el aula. Foto: Freepik.es
"Uno tiene derecho y motivos para estar enojado, el tema es cómo manifestarlo. Y siempre aplicar la IE en una situación, que es pensar en que lo que yo haga no afecte a los demás. Hay que trabajar en la conciencia del otro. Si yo llego a un lugar y no estoy sonriendo, por las neuronas espejos transmito esto. Llegar al trabajo con una sonrisa es fundamental", describe Miretti.
Aplicada a la educación, la IE apunta a aprovechar este espacio para convertirse cada día en una mejor persona. Y eso es algo que se logra creando un ambiente socioemocional, contenedor, seguro y libre de amenazas, precisando en ese sentido de un vínculo afectivo y de compromiso entre todos los integrantes de la comunidad.
Claro que también resulta indispensable que eso se extienda en el círculo íntimo y por fuera de la escuela, que se trabaje con los padres y familia como un equipo (docentes, alumnos y padres) y que la IE no quede solamente en un concepto teórico.
"En nuestras escuelas trabajamos de tal manera que hoy hemos logrado que, ante una situación puntual, los chicos vengan y golpeen la puerta para pedir ayuda si algún compañero no la está pasando bien por algo", continúa.
El vínculo de la Inteligencia Emocional con las neurociencias
Según explica la psicóloga y psiconeuroeducadora, Érica Miretti (vicedirectora del nivel secundario del Norbridge en Pilar (Buenos Aires), hay una relación estrecha entre la IE y los avances de la neurociencia.
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Educación: el innovador concepto de Inteligencia Emocional y la importancia de trabajarla en el aula. Foto: Gentileza Norbridge
En ese sentido, detalla que, cuando uno es pequeño y comienza a conocer su cerebro, descubre que hay tres alternativas ante una situación de enojo o molestia: atacar, huir o paralizarse.
"Con la IE y trabajando desde una edad muy temprana, los chicos pueden poner en palabras lo que sienten. Por ello es fundamental diseñar aulas 'cerebrocompatibles', con una didáctica que vaya de la mano con cómo aprende nuestro cerebro hoy", explica la especialista, y aclara que el Norbridge trabaja con este modelo.
Por ejemplo, estudios de la neurociencia sostienen que lo mejor que se puede hacer por la mañana es estudiar con música. Y por ello es que desde el jardín de infantes, cada mañana comienzan el día con música en los parlantes y bailando, ya sea alumnos, docentes, preceptores y padres.
“La IE se une con la neurociencia al momento de evidenciar los valores, y esto es lo que permite la magia de armar un ambiente basado en un vínculo de afecto, compromiso y respeto. Sin eso, no hay aprendizaje posible", sigue. Y ejemplifica con que en la actualidad ningún profesor puede hablar 30 minutos y esperar que el niño esté atento en todo momento.
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Educación: el innovador concepto de Inteligencia Emocional y la importancia de trabajarla en el aula. Foto: Freepik.es
Por ello entonces es que lo recomendable es "cortar" a los 15 minutos con alguna actividad disruptiva, como -por ejemplo- cambiar de lugar donde están los alumnos. Es lo que la neurociencia considera "mental break" o "recreo mental", algo que cada vez tiene mayor valor.
"Yo puedo tener un Coeficiente Intelectual altísimo y estar frente a un profesor de Harvard. Pero si mi cerebro lee que hay una sensación de ataque, se pone en modo 'supervivencia' y no puedo aprender", concluye.