Susana es la encargada de un departamento ubicado en Penitentes, en plena Alta Montaña, sobre el corredor bioceánico internacional y en la siempre magnética Cordillera de los Andes. Con todos estos condimentos, no resultó extraño entonces que la mujer haya decidido reacondicionarlo para poder alquilarlo el fin de semana largo de Semana Santa. Y fue esta decisión la que la llevó a descubrir a dos intrusos en el interior de uno de los ambientes.
No se trató de un episodio de inseguridad, ni tampoco de dos "okupas" humanos. Pero en una de las habitaciones del departamento en Penitentes, Susana encontró una familia de lechuzas de campanario. Y si bien el hallazgo tuvo lugar hace ya varias semanas, la mujer tomó conciencia de la situación y decidió -en un principio- no alterar en lo más mínimo el lugar donde estaba el nido. Más teniendo en cuenta que se trata de Fauna silvestre protegida en Mendoza.
Lechuzas 2.jpg
Tenía su casa en alquiler y, cuando fue a limpiarla, encontró a una familia de aves protegidas como "intrusos". Foto: Gentileza
Sin embargo, el Fin de Semana Santo se aproximaba, la reserva ya había sido confirmada a los turistas y el departamento tenía que estar disponible. Pero los dos pichones que habían quedado en el nido aún no evolucionaban lo suficiente como para poder abandonarlo por sus propios medios. Y aquí fue donde se puso en marcha un megaoperativo de rescate.
El rescate de las lechuzas
El fin de semana XXL de cuatro días -para aquellos que pudieron descansar jueves, viernes, sábado y domingo- fue una inmejorable excusa para viajar. Y así lo sintió un grupo de turistas, que se contactó con la encargada del departamento en Penitentes tras verlo ofrecido en alquiler.
Tras un prolongado período cerrado y de inactividad en el lugar, la mujer regreso al lugar con la idea de ponerlo en condiciones para sus futuros huéspedes. Y fue allí cuando, en una de las ventanas de las que se habían desprendido algunos postigos de madera en la persiana -probablemente por acción del viento- observó un nido con sus ocupantes. Pero no era un nido común y de aves de las más "comunes", era un nido de lechuzas de campanario con dos pichones en su interior.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/nacho_delarosa/status/1914717581736378845&partner=&hide_thread=false
"Recibimos un llamado urgente de un domicilio particular en Penitentes para avisarnos que se había instalado una familia de lechuzas de campanario. Lo importante a destacar es que quienes vieron a las lechuzas anidando en el lugar, decidieron no tocar nada y dejarlas allí, entendiendo que tenían un rol clave", resumió el jefe de Fauna Silvestre de Mendoza, Adrián Gorrindo.
Los días fueron pasando, los encargados del departamento veían cómo se acercaba la fecha en que tendrían que recibir a los huéspedes en el lugar y que los pichones (un macho y una hembra) no podían abandonar el nido por sus medios, ya que no se habían desarrollado lo suficiente. Y esta suma de factores derivó en el llamado de emergencia y la intervención de especialistas.
Fauna Lechuzas.jpg
Tenía su casa en alquiler y, cuando fue a limpiarla, encontró a una familia de aves protegidas como "intrusos". Foto: Gentileza
De esta manera, en la víspera de Semana Santa, se activó el protocolo e intervino personal de Fauna Silvestre y de los cuerpos de Guardaparques de Puente del Inca y del Parque Provincial Aconcagua para retirar a los pichones, que fueron trasladados al Ecoparque de Mendoza. Allí continuarán su desarrollo hasta que puedan volar por sus propios medios.
La intención es, una vez que esto suceda -y cuando lleguen a su nivel óptimo-, liberar a los dos pichones en el hábitat donde fueron rescatados, en Alta Montaña,
Teniendo en cuenta la dieta de la lechuza de campanario -palomas, roedores y otras especies-, resultaba indispensable retirar a los pichones del lugar (con todos los cuidados correspondientes) para proceder con la limpieza y desinfección del departamento. Y fue algo que la encargada del lugar tuvo en cuenta al momento de dar aviso.
Control natural de plagas, el rol clave de la lechuza de campanario
Si bien en el nido fueron encontrados -y rescatados- los dos pichones, personal del Iadiza (Conicet), de Fauna Silvestre y Guardaparques encontraron en las inmediaciones el cuerpo sin vida de un ejemplar adulto de lechuza de campanario. Se estima que este sería el padre o la madre de los pichones -intentarán determinar las causas de su muerte-, y no descartan que, también por la zona, esté merodeando el otro adulto, y que haya sido quien se haya estado haciendo cargo en soledad de la crianza de los pichones.
Lechuzas 3.jpg
Tenía su casa en alquiler y, cuando fue a limpiarla, encontró a una familia de aves protegidas como "intrusos". Foto: Gentileza
La conservación de la lechuza de campanario (Tyto furcata), también conocida como lechuza común o lechuza blanca, es muy importante por varias razones ecológicas, agrícolas y culturales.
Por un lado, es una especie que cumple funciones de control biológico natural. La lechuza de campanario se alimenta principalmente de pequeños mamíferos, especialmente roedores como ratones y ratas, y un solo ejemplar puede consumir cientos de ellos al año. Se calcula que una familia de lechuzas, en época reproductiva, puede consumir hasta 12 roedores pequeños en una noche.
"Son el principal controlador biológico de roedores en cualquier ecosistema. Los roedores, en su gran mayoría, son reservorios de parásitos, de algunos patógenos que causan enfermedades a los humanos. Entonces, su presencia en distintos ambientes donde hay humanos, es sumamente importante porque controlan estos roedores", destacó por su parte el doctor en Ciencias Biológicas e investigador del IADIZA, Agustín Zarco.
En pocas palabras, esta ave ayuda a controlar las plagas agrícolas de forma natural, reduciendo la necesidad de pesticidas químicos.
La lechuza de campanario también es indicador de salud ambiental, o bioindicadores. Esto quiere decir que su presencia o ausencia puede reflejar el estado de salud de un ecosistema. Si hay lechuzas, es probable que el ambiente sea sano y equilibrado.
"Si bien no es una especie que esté en peligro de extinción, se ha visto que tiene un problema grande relacionado con el uso rodenticidas anticoagulantes, que son venenos para roedores. Por empezar, no son efectivos con los roedores, y quienes lo comen deambulan y son más fácilmente cazados por la lechuza. Pero ese veneno sí tiene efectos en la lechuza. Y le causa una muerte bastante dolorosa, porque se quedan ciegas y se mueren de hambre o atropelladas. O dejan problemas neurológicos hasta la muerte", agregó el especialista, quien también es docente de Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNCuyo.
Guardaparques Alta Montaña.jpg
Tenía su casa en alquiler y, cuando fue a limpiarla, encontró a una familia de aves protegidas como "intrusos". Foto: Gentileza
Las "cajas nido" -receptáculos de madera que se colocan en árboles y postes en altura- es una de las principales maneras de atraer especies de aves a distintos lugares, entre ellas las lechuzas. Según explicó Zarco, esta especie habita en oquedades de árboles, de construcciones antiguas u otras naturales (por ejemplo, una caverna).
"Muchas veces, cuando ese espacio desaparece, la 'caja nido' puede servir como un lugar para que estos animales se instalen. En muchos lugares se las utiliza, tanto urbanos como también productivos. Al comer roedores, son buenos controladores de plagas", sintetizó.
Qué hacer si encontramos lechuzas de campanario u otras especies protegidas
Quienes deseen brindar información sobre ejemplares de fauna silvestre heridos, denunciar casos de caza, tenencia o comercio ilegal pueden hacerlo a través del correo electrónico a [email protected].
También pueden comunicarse telefónicamente al 261 7503417 (Departamento de Fauna Silvestre, Dirección de Biodiversidad y Ecoparque), de 8 a 13 y de lunes a viernes. O al 911, Policía Rural de Mendoza.