Los aumentos constantes de precios y la caída del poder adquisitivo de los salarios han incidido negativamente en las coberturas de salud de los mendocinos. Las estadísticas demuestran que cada vez menos personas tienen obra social o cuentan con los servicios de una compañía de medicina prepaga. Además, hay una clara tendencia de traspaso hacia las opciones más económicas del mercado.
La última Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), elaborada por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza (DEIE), indica que en 2011 el 66,7% de los ciudadanos de Mendoza tenía algún tipo de cobertura de salud. En 2017 ese número había bajado al 61,4%, lo que demuestra una retracción del 5,3% en el período de los cinco años.
Eso quiere decir que cerca de 92.000 personas se quedaron sin cobertura médica en los últimos años, considerando que la población total de la provincia es de 1.741.610 habitantes, según datos del Gobierno de Mendoza.
Aunque aún no hay estadísticas disponibles para 2018, las propias empresas reconocieron que los problemas surgidos por las alzas de precios continúan.
Si se analiza la cobertura por grupo etario, se encuentra que hay una disminución de la población menor de 14 años con algún sistema de salud, ya sea obra social o prepaga.
En 2011, el 57,3% de la población de entre 0 y 14 años contaba cobertura de salud, mientras que en 2017 el porcentaje de población cubierta de esa edad cayó a 52,7%. Es decir que hubo una baja del 4,4%.
Apenas menor es la caída en el rango de 15 a 64 años. En 2011 el 61,5% de la población en ese grupo etario contaba con un plan de salud, pero seis años más tarde la proporción con cobertura había bajado al 59,1% de la población.
Según economistas consultados por Los Andes, esa situación se explica en parte por el aumento del trabajo informal en la provincia. Es una explicación lógica, teniendo en cuenta que los trabajadores no registrados no cuentan con un servicio de obra social directo. Pueden hacer una contratación por su cuenta, por supuesto, pero una situación de alta informalidad conduce inevitablemente a una caída en la cantidad de coberturas.
Las mediciones oficiales publicadas a partir de 2016 por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) dan una idea clara de como el problema se ha ido agravando para la provincia.
De acuerdo a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), elaborada por el ente nacional, en el segundo trimestre del 2016 el 34,5% de los trabajadores de Gran Mendoza no tenían descuento jubilatorio. Dos años más tarde, en el segundo trimestre del 2018, la informalidad de Gran Mendoza había aumentado al 39,5%. Esos cinco puntos de diferencia pueden explicar gran parte de la caída de la cantidad de mendocinos que cuentan con cobertura de salud.
Hugo Magonza, titular de la Asociación Civil de Entidades Médicas Integradas (Acami), señaló que la precarización laboral ha provocado que una gran parte de la población se quedara sin cobertura, tanto de medicina prepaga como de obra social. "La excepción son los trabajadores que, luego de pasar a la informalidad, se adhirieron al Monotributo. En ese caso, pagando una cuota de $ 536, pueden afiliarse a una obra social. Esa es la causa por la que la población cubierta no cayera más aun", aseguró.
Poca medicina privada
Las estadísticas publicadas por la DEIE muestran la distribución de la población según el tipo de cobertura. Un breve análisis de los números permite reconocer la baja participación que tienen los planes de salud privada en la provincia y la tendencia a desafiliarse.
En 2011 el 60,7% de la población tenía obra social (se incluye en ese grupo a quienes contaban con OSEP o PAMI), el 5,9% contaba con un plan de salud privado y el 33,3% no tenía ningún tipo de cobertura o estaba afiliado solo a un servicio de emergencia.
En 2017, en cambio, el 58,8% de la población tenía obra social (1,9 puntos porcentuales menos que seis años antes), el 4,5% estaba adherido a un plan de salud privada (caída de 1,4 puntos) y el 38,8% no tenía cobertura o estaba afiliado únicamente a un servicio de emergencia.
Cabe aclarar, que aunque la retracción de quienes contaban con cobertura de obra social parece mayor, en realidad es menos significativa que la baja sobre los planes de salud privada. Es que en el primero de los casos, el paso de 60,7% a 58,8% de la población cubierta, representa una caída del 3% en cantidad de personas cubiertas, mientras que la baja del 5,9% al 4,5% en las coberturas con saluda privada, significan una reducción del 24% en la cantidad de mendocinos afiliados a esa clase de servicio.
Los salud en 2018
Según representantes del sistema de salud, en 2018 no se ha registrado una caída considerable de la cantidad de afiliados, pero sí hay migración de afiliados de medicina prepaga hacia las obras sociales.
Hugo Magonza, de Acami, explicó que "en el encarecimiento de las cuotas de la medicina prepaga y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios provocaron que, aquellas personas que no pudieron seguir pagando las cuotas, se cambiaran a los planes de obras sociales, por resultar más económicamente más accesibles".
Francisco Clusellas, vocero de OSDE, no observa una disminución en la cantidad de afiliados, pero sí un claro estancamiento en 2018. "En nuestro caso particular, veníamos creciendo en afiliaciones a buen ritmo, pero este año se ha frenado. Donde sí hemos visto una situación más complicada es en los afiliados individuales voluntarios", apuntó.
"Intuimos que la gente que se va de OSDE busca una opción más económica dentro del mercado de las prepagas. No creo que sean demasiados los que optan por una obra social o quedan sin cobertura", explicó Clusellas.
“Por otro lado, notamos que la preferencia por nuestro plan de cobertura de menor precio ha crecido, mientras que los de mayor precio (son cinco opciones en total) se han estancado o muestran algunos resultados negativos”, agregó.
Martín Galera, director Comercial de la Obra Social de Empleados Públicos (OSEP), explicó que su caso es muy particular, porque la mayoría de sus afiliados deben permanecer obligatoriamente con el plan que ofrece la compañía. "Nuestros adherentes tienen OSEP por obligación, excepto por 7.000 afiliados que nos contrataron voluntariamente durante el período en el que se permitía el ingreso de personas que no son empleados públicos", indicó.
“Esas 7.000 personas no muestran ningún interés en desafiliarse. Esto ocurre porque pagan una cuota sensiblemente más baja que en una prepaga y tienen prácticamente las mismas prestaciones”, señaló Galera.
El representante de OSEP indicó que el aporte promedio mensual entre todos sus afiliados es de $ 1.200, aunque a ese valor se llega contemplando lo que pagan trabajadores con altos ingresos, como los jueces, y empleados de salarios considerablemente más bajos. "Siempre se aporta el 6% del salario", aclaró.
En tanto, los planes de las prepagas superan un valor promedio de $ 3.500 para una persona de mediana edad. "Hemos observado un aumento marcado en la cantidad de consultas para adherirse a OSEP. En su gran mayoría son personas que tienen prepagas y pagan valores más altos. Nos buscan porque las cuotas son menores. Como señalé anteriormente, no podemos tomar nuevos afiliados voluntarios, porque actualmente el ingreso no está permitido", agregó Galera.
Aumentos pronunciados
Según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de la DEIE, en los primeros nueve meses del año la atención médica y los gastos para salud aumentaron 31%. En el mismo período, los salarios privados se incrementaron 20,4% en el promedio nacional, de acuerdo a un informe publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Suponiendo que los sueldos de Mendoza estuvieron dentro del promedio, se deduce que en lo que va del año la salud subió 10,6 puntos porcentuales más que los ingresos familiares. Eso explica por qué hay una tendencia general a migrar hacia las coberturas de salud más económica.
Se puede llegar a la misma conclusión si se analiza puntualmente los incrementos de las cuotas de la medicina prepaga. La Superintendencia de Servicios de Salud autorizó cinco incrementos durante el 2018. Las subas se dieron en febrero (4%), junio (7,5%), agosto (7,5%), octubre (8%) y diciembre (8,5%).
Sumando todos los aumentos, la variación en las cuotas de la medicina prepaga fue del 40,8% en 2018, un valor que "pegó fuerte" en un año con fuerte caída del poder adquisitivo de los salarios.
Francisco Clusellas, de OSDE, opinó que los ajustes en los valores de las cuotas no afecta tanto al bolsillo como se piensa. "Sobre una población de más de 40 millones de personas, el sistema de medicina prepaga tiene 6,5 millones de afiliados. La ponderación que se nos da sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) parece exagerada", consideró.
"Además, nuestros costos han subido mucho este año. El incremento del dólar impactó directamente en toda nuestra estructura", agregó.
Coincidió en ese punto José Luis Sánchez Rivas, presidente de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Provincia de Mendoza (Aclisa), quien comentó que el problema en la salud es que los aumentos de costos son mucho más altos al del promedio de la inflación. "Mientras el IPC acumula una suba del 45,5% en lo que va del 2018, los costos para el sector de la salud se incrementaron entre 65% y 75%", advirtió.
“Excepto por los salarios y los honorarios, el resto de los insumos son dolarizados. El impacto de la devaluación de los últimos meses ha sido muy alto”, continuó Sánchez Rivas.
Esa situación ha llevado a que las clínicas y sanatorios de Mendoza sufrieran un desfasaje entre sus costos y el pago realizado por las obras sociales. "Sus cuotas han subido por debajo de la inflación, lo que hace que sus aportes no alcancen para cubrir nuestros aumentos de costos. A eso debemos sumar que las obras sociales pagan hoy, lo cobramos a 90 días", lamentó.
Menor consumo
Además de buscar coberturas de salud más económicas, los mendocinos están haciendo menor uso de los servicios médicos. Hugo Magonza definió la situación de una forma muy clara: "En épocas de crisis, los asalariados trata de no ir al médico, porque tienen miedo encontrarse con algún problema de salud".
Se mostró de acuerdo José Luis Sánchez Rivas, quien indicó que "la gente retrae su consumo en salud durante períodos de crisis y caída del poder adquisitivo, tal como ocurre con otros sectores".
La visión del Gobierno
Desde el Gobierno de Mendoza hicieron una lectura sobre la situación que describieron los representantes de las empresas de medicina prepaga y las obras sociales. El economista Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de la Provincia, consideró que es esperable que se observe una migración de afiliados de las coberturas más caras hacia las más económicas en período de pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
"Vemos que la situación económica es una de las razones por las que está ocurriendo este fenómeno. En épocas de crisis, se mete más presión sobre el sistema de salud pública", comentó.
De acuerdo a este análisis, se puede deducir que si los salarios siguen perdiendo contra la inflación, la tendencia continuará. De hecho, desde OSDE comentaron que "la perspectiva es que el 2019 sea muy similar al 2018 en lo que respecta al registro de afiliaciones y traspasos".