Tocaba un nuevo viaje pero no tenía decidido el destino. Busqué un mapamundi para resolver la cuestión y mis ojos se posaron en Africa. Había estado en Sudáfrica, su extremo sur y en Egipto, al norte. Miré hacia el centro y apareció Kenia, el país de los safaris. En ese instante me decidí.
Despegué desde Ezeiza hacia Johannesburgo donde cambié de avión para continuar vuelo hacia Nairobi. Aterrizamos en la capital de Kenia con cuatro millones de habitantes. Tiene fama de ser peligrosa y recomiendan no salir de noche.
Me instalé en un hostel y al otro día bajé al centro en el matatu (bus) 46 que me dejó frente al edificio de los Archivos Nacionales de Kenia. Un lugar ideal para conocer la historia y la cultura de este país que fue colonia inglesa hasta su independencia en 1963.
La tribu más arraigada es la de los Masai, guerreros y pastores. Se exhiben las lanzas, escudos y vestimentas típicas de esta ancestral tribu. Otra importante herencia Masai es la lengua swahili que es el idioma oficial junto al inglés.
Es habitual verlos con su vestimenta a cuadros y rayas caminando por la ciudad. No les gusta que les tomen fotos y en algunos casos piden dinero para dejarse retratar. Ya en la calle presté atención al tráfico antes de cruzar porque al conducir por la izquierda los coches vienen en dirección opuesta.
En la esquina de Moi Avenue y Haile Selassie se alzaba el edificio de cinco pisos de la Embajada de Estados Unidos que fue volado por un camión bomba de Al Qaeda en agosto de 1998 matando a 200 personas. Hoy es un parque memorial. Entré y me senté un rato aprovechando el silencio para escribir las primeras impresiones en mi cuaderno de viaje.
Llegué hasta los jardines Jeevanjee donde la gente descansaba tirada en el césped. Allí comprobé la veracidad de la frase más escuchada en swahili: Pole-Pole. Traducido sería vida relajada, tranquila, sin apuro. Me fui adaptando al ritmo keniano aunque a veces exaspera un poco esperar 40 minutos a que te preparen un desayuno. El exceso de Pole-Pole también cansa. Subí a la terraza del Kenyatta Conference Center de 108 metros de altura donde disfruté vistas estupendas a 360 grados.
Al otro día cambié el cemento por la naturaleza del Nairobi National Park. Durante el Safari Walk avisté búfalos, hienas, rinocerontes, chitas, hipopótamos, cudúes y otros animales típicos. Después abordamos un Toyota Land Cruiser que nos llevaría al Safari (palabra que significa Viaje en swahili) junto con una alemana, Nadine y una austríaca, Bernadette. Fuimos los únicos pasajeros. El simpático Kono nos hizo de guía y chofer.
Lo que diferencia al Nairobi National Park de otras reservas de Africa es que se puede observar la sabana y a lo lejos los edificios de la capital. Curioso contraste. El parque está vallado en el sector que da a la ciudad para preservar a los animales de los humanos, no a la inversa.
A poco de andar aparecieron cabras, facoceros, impalas, jirafas y avestruces. En un momento el ojo avizor de Kono detectó algo que se movía en un matorral y gritó ¡Lion! Acercó la camioneta a solo cinco metros y desde la maleza nos observaba fijamente el Rey de la Selva.
Cuando comenzó a emitir gruñidos nos alejamos satisfechos de observar tan de cerca al animal más emblemático del Africa. Terminamos el Safari y nos dimos un opíparo almuerzo dentro del mismo parque en el restaurante Ranger's con vistas a la jungla. Las chicas pidieron pollo. Yo me solacé con unos espaguetis a la carbonara por solo 9 dólares.
“Africa Mía”
En el imaginario de quienes disfrutamos la década de 1980 la película Africa Mia, ganadora de siete premios Oscar, representa el Africa salvaje, aventurera y romántica.
La protagonizaron Meryl Streep y Robert Redford. Está basada en el libro de la danesa Karen Blixen. Ella vivió junto a su marido en una casona en las afueras de Nairobi en las décadas de 1920 y 1930. Karen es interpretada por Streep. La película comienza con la frase: "Yo tenía una granja en Africa al pie de las colinas Ngong". La casa verdadera es museo y se puede visitar.
Fui hasta allí con las imágenes de la peli dando vueltas en mi memoria y me encontré con una bella y sencilla casona rodeada de palmeras y cipreses. Dentro de la casa no se permite hacer fotos. Se ven objetos utilizados en la filmación como las botas de caña y los cepillos del cabello que usa Meryl Streep y la ropa de cazador de Redford.
Denis Finch-Haton, el personaje de Redford, fue amante de Karen y falleció mientras pilotaba un avión en 1931. Está enterrado en los montes Ngong que se aprecian claramente desde el hall de la casa. Karen regresó a Dinamarca y jamás volvió a pisar el Continente Negro. Murió a los 77 años.
La zona donde se ubica la casa se llama Karen en honor a ella y es un sector residencial muy exclusivo. El presidente de Kenia tiene su mansión allí.
Muy cerca se haya el Giraffe Center donde se protege a la jirafa Rothschild, en peligro de extinción. Lo novedoso es que se las puede alimentar desde una plataforma. Me tocó Helen, una simpática hembra. Le di un puñado de alimento en grano similar al de perros y gatos. Contacto directo con la fauna africana.
Tomé un bus de Easy Coach rumbo al oeste. Tras cuatro horas de atravesar grandes plantaciones de té en vistosos paños de color verde intenso sobre las colinas arribé a la ciudad de Kisumu. Aquí nació el papá del ex presidente Barak Obama. Su abuela todavía vive aquí.
Se ubica junto al lago Victoria, el más grande del continente y el segundo del mundo de agua dulce tras el Superior en Canadá-USA. Es el principal afluente del mítico río Nilo. No toqué sus aguas porque habita en ellas el parásito de la esquistosomiasis una enfermedad muy peligrosa que se filtra en la piel con el simple contacto.
También tuve la oportunidad de estar sobre la línea ecuatorial que atraviesa la ciudad de Maseno. Subí a un matatu donde fui apretado como sardina y tras media hora de viaje en la ruta que va hacia el vecino país de Uganda bajé frente al monumento que marca la divisoria entre Norte y Sur. Allí, en pleno corazón de la llanura africana, coloqué un pie en cada Hemisferio de la Tierra.
Algo más
Hay que vacunarse contra fiebre Amarilla: en Mendoza acudir a Sanidad de Fronteras, Av. España 1425 de 7:30 a 11:30 hs. Es gratuito y dura 10 años.
Visa: cuesta 50 dólares y se tramita en aeropuerto de Nairobi o fronteras terrestres
Hostel Milimani Backpackers en Nairobi: desde 9 dólares
Archivos Nacionales de Kenia: 2 dólares
Azotea del Kenyatta Conference Center: 5, 50 dólares
Safari de medio día en Nairobi National Park: 50 dólares.
Safari Walk (avistaje a pie de animales recuperados): 25 dólares
Casa-Museo de Karen Blixen: 13 dólares
Giraffe Center: 10 dólares
Bus de Nairobi a Kisumu: 8 dólares
Hotel en Kisumu: desde 30 dólares
Tuk-tuk (moto adaptada para dos pasajeros) desde Kisumu al Lago Victoria: 5 dólares
Paseo en barcaza por el lago Victoria: 15 dólares (se negocia con el balsero).