Más de 200 personas, obnubiladas por una luna precisa que se hacía espacio en un cielo límpido, se dieron cita ayer desde el atardecer en el Observatorio Meteorológico del Parque San Martín para iniciar las "100 horas de astronomía".
El evento se lleva a cabo en 72 países en simultáneo y tiene se génesis en los 100 años de creación de la Unión Astronómica Internacional (IAU, siglas en inglés).
El predio natural, amplio y rodeado de pinos se vio invadido por telescopios de aficionados e invadidos por niños que, hacia el atardecer, pugnaban por observar los últimos vestigios de la luna en el ocaso que se dejaba ver a sus 384.400 kilómetros de distancia. Los más de los niños eran estudiantes del colegio Esloveno, institución que tiene a la astronomía en su currícula.
Alma mater de la juntada, la astrónoma y miembro del Conicet, Beatriz García, explicó: "Es la primera actividad de este año, se invita a la gente a venir a sitios como este donde se ponen telescopios para las observaciones".
En el lugar se podrían ver varios de los telescopios que son de diseño newtoniano: artefactos cilíndricos de 1,20 metros de largo basados en espejos reflectores que permiten "leer" el cielo con más facilidad.
A las 21, el Observatorio -que pertenece al Servicio Meteorológico Nacional- estaba lleno de familias -algunas de ellas con binoculares o pequeños telescopios- que se acomodaron en el pasto para escuchar a la experta.
Aficionados
Muchos de los presentes, aficionados a la astronomía, llegaron con la doble intención de hacer un picnic y saber algo más del cielo.
Rafael Fernández, ingeniero especializado en atmósfera, quien llegó con su mujer y sus 4 hijos, contó que "estudio algo vinculado con la astronomía y como mis hijos van al Colegio Esloveno, aprovechamos para venir", decía mientras acomodada los binoculares adaptados que le habían prestado ayer, "un amigo que es astrónomo".
Cuando la tarde dejaba lugar a la noche, los presentes oyeron a los especialistas y luego, de a poco se vieron con constelaciones como Nebulosa de Orión, identificaron la zona de la Cruz del Sur que es la que transforma al cielo en una brújula.
El verano es ideal para que las constelaciones se vean más nítidas y sean reconocidas.
Concluida la charla iniciática, los asistentes fueron a un planetario inflable móvil que fue llevado hasta el predio.
"Allí se hace un simulacro de cielo nocturno que permite ver todo con más nitidez", explicaba Juan Pizarro, de la Fundación Planetarium.
Lo primero que tiene que hacer un entusiasmado en la astronomía es agarrar un mapa del cielo y de las estrellas y tratar de reconocer las configuraciones estelares que son las constelaciones.
Para eso existe una interesante aplicación para celulares llamada"stellarium", que es como tener el universo en la palma de la mano.
Recorte a los científicos
Dentro del recorte presupuestario en las diversas áreas llevado a cabo por el Gobierno nacional, la ciencia es una de las que más ha sentido el embate.
"La situación es muy desesperante para la ciencia en Argentina. Después de algunos años de bonanza, nos hemos quedado demasiado rezagados en las apetencias de los gobernantes", se quejaba ayer la científica García.
"A modo de ejemplo -graficó- este año, después de mucho tiempo, el Conicet no va a subsidiar las reuniones científicas nacionales ni internacionales. O sea que en 2019 los científicos nos nos veremos las caras", se quejó.