Mariano Molina (25) y su novio se disponía a pasar una divertida noche junto a sus amigos el pasado sábado 21 de julio. Para hacerlo decidieron concurrir a un bar ubicado en un complejo de locales ubicado en Chacras de Coria en el que también se puede bailar.
Pero al intentar ingresar se encontraron con una desagradable sorpresa. Tal como relató el joven, la persona encargada de seguridad les dijo que no podían entrar porque sólo estaba permitido para "mujeres o parejas". Si bien les explicaron que eran una pareja del mismo sexo, luego de una serie de intercambios, les negaron el ingreso por lo que decidieron realizar una denuncia en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi).
A pesar por de los avances sociales y el reconocimiento de los derechos a la diversidad sexual, la orientación sexual y la identidad de género, siguen siendo motivos de discriminación. De hecho, en lo que va del 2018, la diversidad sexual ha sido la temática que ha encabezado las denuncias en el instituto, seguida por discapacidad y en tercero de los migrantes.
"Orientación sexual por ser gays o lesbianas e identidad de género por ser chicos o chicas trans, fue el grupo que más discriminación denunció", manifestó Daniel Di Giuseppe, Delegado del Inadi en Mendoza.
Aclaró además que el hecho de que encabecen las denuncias no significa que sea el grupo más discriminado, sino que está más empoderado en sus derechos y se anima a denunciar. "A medida que avanzan los derechos de un colectivo las denuncias van a creciendo", explicó el delegado.
En cuanto al ámbito en el que se produce la discriminación, el de boliches aparece en el ranking entre los tres más frecuentes, aunque la determinación precisa sobre qué lugar ocupa estará a fin de año, cuando contabilicen el total de intervenciones.
Di Giuseppe, remarcó que la ley de identidad de género está vigente pero falta capacitación desde los organismos del estado. "Claramente hay mucha legislación y derechos adquiridos, pero muchos no se ha enterado", manifestó a la vez que se mostró interesado en realizar capacitaciones a dueños y personal de boliches.
Abusos en el derecho de admisión
Gran parte de la discriminación que ocurre en bares y boliches se relaciona con una mala interpretación del derecho de admisión y permanencia.
"Hay una confusión con los límites del derechos de admisión y permanencia que están regulados por la ley 26.370 que se establece cuando sí se puede impedir el ingreso", aseguró el delegado de Inadi
En el articulado de la normativa se establece que la exclusión por parte del titular del establecimiento debe fundamentarse en condiciones objetivas: "que no deben ser contrarias a los derechos reconocidos en la Constitución Nacional ni suponer un trato discriminatorio o arbitrario para las personas, así como tampoco colocarlas en situaciones de inferioridad o indefensión con respecto a otros concurrentes o espectadores o agraviarlos".
Allí se detallan situaciones que habilitan el impedimento de acceso como, por ejemplo, cuando existan personas que manifiesten actitudes violentas; cuando presenten síntomas evidentes de haber consumido sustancias alucinógenas o estupefacientes o se encuentren en un estado de embriaguez; cuando porten armas, pirotecnia u otros objetos susceptibles de poner en riesgo la seguridad; porten símbolos racistas o xenófobos, entre otras.
"Hay que entender que no todos los casos son efectivamente denunciados", aclaró el delegado. De todas formas, para Di Giuseppe de a poco la situación va mejorando: "Falta muchísimo, pero hoy se denuncia mucho más y este tipo de conductas son cada vez más censurables por parte de la comunidad", aseguró.
En persona
Mariano Molina y su novio decidieron conocer un bar de Chacras de Coria. Luego de que en la entrada les dijeran que sólo podían ingresar mujeres o parejas, ellos le preguntaron al encargado de seguridad qué era para él una pareja.
"Nos respondió 'un hombre y una mujer' y yo pensé que era un chiste", recordó Mariano. Más tarde apareció el dueño del boliche diciendo que el local estaba lleno, pero ellos observaron que a otras personas los dejaron pasar por lo que inmediatamente llamaron al 0.800 del Inadi.
Cuando llegaron a su casa, Mariano compartió lo ocurrido en su Facebbok y también en la página del bar, donde recibió muchos comentarios de apoyo. Al otro día recibió el llamado del dueño del bar.
"Nos pidió unas disculpas, que no eran disculpas. Me llamo justificándose", aseguró Mariano. Así ellos decidieron avanzar con la denuncia del Inadi (hoy realizarán la presentación formal) buscando principalmente unas disculpas públicas y sobre todo la toma de conciencia por parte de la sociedad. A pesar de los intentos de este diario, fue imposible comunicarse con el dueño del bar en cuestión.