El auge de la alimentación natural le abrió el paso a la revalorización de ingredientes ya olvidados o propios de las cocinas étnicas y ancestrales.
Una de estas alternativas es el ghee, una materia prima muy usada en la medicina Ayurveda, que forma parte de las recetas hindúes y paquistaníes y que poco a poco, en los últimos años ganó un lugar dentro de la nutrición consciente.
Rocío Runca, especialista en nutrición natural, nos da la clave para usar con eficacia este producto.
¿De qué se trata?
Consiste en una variedad de manteca clarificada que, en su proceso de elaboración, se mejora la calidad del agua y se elimina la lactosa y la caseína, las sustancias que causan intolerancias.
¿Para qué se usa?
Al soportar altas temperaturas sin quemarse, es apto para cocción. Sirve para engrasar budineras, fuentes y placas. En preparaciones dulces y saladas, reemplaza otras materias grasas, ya sea manteca o cualquier tipo de aceites.
¿Dónde se consigue?
Las dietéticas, almacenes naturales y mercados naturales online más completos ofrecen esta opción. El consejo para elegir es que sea un producto elaborado con leche de vacas de pastura. De esta forma, el aporte nutricional será mayor.
¿Cómo prepararlo?
También se puede realizar de forma casera. El proceso es muy simple, aunque requiere de mucha atención. Te damos los pasos a seguir.
- Colocar la manteca (conviene que sea un producto de un establecimiento pastoril), en una olla mediana destapada, calentar a fuego mínimo revolviendo suavemente con cuchara de madera.
- Observar y retirar la espuma blanca a medida que va apareciendo. Continuar el proceso mientras hierve la manteca, se va evaporando el agua y los sólidos lácteos. Para evitar que se pegue, es importante ir removiendo.
- El contenido se volverá más traslucido y su textura, densa, formando burbujas grandes. Esto indica que el ghee está listo.
- Colar con una bolsa para leche vegetal o microtul y colocar en frasco de vidrio. Esperar a que enfríe para tapar y guardar en una alacena. No es necesario refrigerar.
¿Por qué elegirlo?
Los beneficios son múltiples.
- Brinda una grasa nutritiva, de fácil digestión y con muchas propiedades terapéuticas.
- Es una fuente de vitaminas liposolubles A, D, E y K. Estas células tienen una función antioxidante, regulan la actividad neuronal y la absorción minerales en el intestino.
Además, participan en procesos de fertilidad y hormonal.
- Ayuda a regular la flora bacteriana benéfica y estimula la evacuación.
- Por su alto contenido en ácido láurico, tiene propiedades antivirales y antifúngicas.
- Posee cualidades antiinflamatorias y desintoxicantes.
- Está recomendado para problemas de digestión e intestino irritable.
- Su consumo dentro de un plan de alimentación saludable no aumenta el colesterol. Al ser rico en grasas saturadas, debe consumirse con moderación (la porción depende de cada persona).