La baja rentabilidad de los productores agropecuarios de la provincia no es una temática nueva. Sin embargo, la situación es cada vez más compleja, debido a las dificultades macroeconómicas que afronta el país. Así lo consideró Mario Leiva, presidente de la Sociedad Rural del Valle de Uco.
El dirigente ruralista, que se especializa en el cultivo de ajo y maíz, brindó una entrevista a Los Andes y habló sobre el difícil escenario que tienen los productores por vender a un dólar “barato” y comprar insumos y otros recursos necesarios para el mantenimiento a un precio “caro” debido a las restricciones cambiarias del país.
En un repaso por varios de los cultivos de la provincia, hizo foco en la complicada cosecha de invierno que vivió la zanahoria, las expectativas de la cosecha de ajo, que comenzará en noviembre en el Valle de Uco, los atrasos en los pagos de la vitivinicultura y las heladas de los frutales.
Leiva no dejó de mencionar la complicación que puede significar la escasez de agua y la falta de sistematización del riego de todos los cultivos. Asimismo, dedicó unas palabras al financiamiento para el sector, donde resaltó la conveniencia de Mendoza Activa para la compra de maquinarias.
-¿Cuál es la mayor complicación económica para el agro mendocino?
-En general, tanto en el ajo como en frutas, hortalizas y vid, aunque tienen realidades distintas en la construcción del precio, hay un problema que atraviesa todo y es que compran a $180 y venden a un dólar de $100.
En la estructura de costos eso genera una distorsión muy grande y ha tirado abajo muchas producciones. Pasó con la cosecha invernal de la zanahoria, que dejó pérdidas para el productor por los bajos precios. El que concentró el negocio tampoco sacó tanta ganancia por la diferencia del dólar.
Como economía regional estamos muy complicados por la macroeconomía y la asimetría con el dólar que funciona como una retención a la producción. Si nuestros productos se exportan, como sucede con casi todos los productos de Mendoza, hay una diferencia que equivale a una retención del 50%. No sólo tenemos la inflación, también está la brecha cambiaria.
-¿Cuál es el sector más afectado este año por este escenario económico?
-El sector hortícola. Nosotros con la zanahoria tenemos dos cosechas al año. Con la invernal nos fue muy mal. Ahora estamos con expectativas de que con el ajo no nos pase lo mismo. El problema es que no se trata de un tema local, sino que depende de condiciones macroeconómicas.
En fruta tuvimos la desgracia de sufrir una helada muy fuerte, pero todavía no podemos hablar de porcentaje de pérdida.
Estamos evaluando con los ingenieros cuál ha sido el daño. En la vid, el principal problema que tenemos es que los bodegueros pagan muy tarde. Con una inflación del 50% anual pagan con un atraso de siete u ocho meses.
-Teniendo en cuenta que este problema con la vitivinicultura se arrastra desde hace tiempo. ¿Cuál sería la solución?
-Una alternativa se dio la temporada pasada con el contrato con las bodegas para fijar el precio de la uva. A través de varios estudios que se hicieron se pudo demostrar cuál tenía que ser el precio de la uva y eso levantó los niveles, pero no se pudo mejorar el plazo de pago.
Ahora, la industria enfrenta la falta de vidrio. Hasta que no se arregle la macro, las economías regionales van a tener muchos problemas que se reflejan en la expulsión de productores y pérdida de mano de obra.
-¿Cuál es el escenario que esperan para la cosecha de ajo?
-Empezaremos en noviembre. En cuestiones de producción estamos bien, con muy buena calidad, pero en términos de precios todavía no podemos definir cómo será la temporada.
-¿Cómo está hoy el financiamiento del sector?
-Si no hay rentabilidad, los créditos no sirven. Hay opciones, pero con muchas dificultades por las tasas que tienen. Nosotros no aconsejamos tomarlos porque son de un costo muy alto. Una buena opción son aquellos vinculados con Mendoza Activa, donde hay una devolución de dinero que amortigua un poco las tasas respecto de créditos normales. Muchos productores los han tomado para la compra de maquinaria.
La mejor solución para el sector primario del país sería que no existiera una asimetría con el dólar como la que hay hoy. Básicamente toda nuestra producción se exporta.
-¿Cuál es la alternativa a las complicaciones con el dólar?
-La única salida es que la política cambie. Sin ningún tipo de inclinación política, si la economía no cambia con una baja en los costos de producción, no hay camino de vuelta. El problema lo tienen todos los productores del país. Tiene que haber cambios estructurales para que podamos producir. Hoy trabajar en el campo es casi una misión imposible, por eso cada vez se van más productores.
Se necesita un cambio donde esté bien estructurada la relación del productor primario y la industria, con contratos o precios de referencias. Hay que ir por ese lado, algo que se logra con estudios, negociaciones y una economía general que avance.
-Saliendo un poco de la economía sectorial, ¿qué consecuencias han traído las contingencias climáticas en los últimos meses?
-Ha sido un invierno muy frío y con escasez de agua. Estamos reclamando al Gobierno provincial una mayor ayuda para la implementación de tecnología en el riego, que los productores tengan un acceso más directo a un riego sistematizado. Ahí es donde tenemos que hacer pie para que todos puedan economizar agua y regar mejor.
Esto se tiene que aplicar en todos los cultivos. Las reservas hídricas son escasas y, si no sistematizamos el riego, vamos a tener serios problemas. En Valle de Uco es una realidad que hay menos agua.