Ganadería: Mendoza reclamará a la Nación por las pérdidas

El impacto de un nuevo cierre hizo que el precio de la vaca de refugo perdiera el 40% de su valor en un día. Productores, preocupados.

El impacto de la medida nacional fue inmediato en el mercado. / Foto Orlando Pelichotti / Los Andes
El impacto de la medida nacional fue inmediato en el mercado. / Foto Orlando Pelichotti / Los Andes

Luego de que el Gobierno suspendiera las exportaciones de carne vacuna por 30 días, el campo anunció un cese de comercialización desde este jueves 20 hasta el 28 de mayo. Ésas fueron las consecuencias inmediatas y, con casi la misma rapidez, el precio de “la vaca de descarte” (para exportación), experimentó un descenso del 40% en Mendoza, ocasionando pérdidas para 3.600 ganaderos minifundistas de entre $ 2 millones y $ 3 millones.

El descenso en el precio de la vaca de refugo, o la que no está apta reproductivamente, impacta de manera directa en el bolsillo del productor. Según afirmó el titular de Ganadería de la provincia, Damián Carbó, en un día se perdieron todas las referencias de precio, y se suspendió un remate de 9.000 cabezas de ganado.

“No estamos de acuerdo con la decisión nacional. La inflación está dada por otros factores de la economía, y cerrar una exportación está lejos de ser una medida correctiva. Por el contrario, produce un daño inmediato en el sector productivo. En estos días, productores con vacas preparadas (a nivel sanitario), se quedaron sin poder vender”, indicó Carbó. “Los criadores pierden de dos a tres millones de pesos con esta decisión, y en productos que normalmente no demanda el mercado interno (vaca y toro viejo)”, agregó.

El funcionario señaló que esperan llegar a un acuerdo antes de que finalicen los 30 días de suspensión, para que se levante la medida y se “detenga el daño” que se le está generando a los productores.

Contradicción a las políticas públicas

El ministro de Economía, Enrique Vaquié, encabezó una conferencia de prensa en repudio de la decisión del presidente Alberto Fernández, que suspende las exportaciones de carne vacuna por 30 días. Señaló que la historia reciente invita a los actores de la ganadería argentina a desconfiar (en 2006 se tomó una decisión similar que se extendió hasta 2015). Además, destacó que la prohibición es contraria al impulso que se venía dando desde Mendoza al sector ganadero, y que dañará puntualmente zonas del secano mendocino.

“Hemos incluido en Mendoza Activa (el plan provincial de fomento a la inversión que devuelve hasta el 40% para invertir en otros sectores productivos) a la ganadería, y destinado una línea del Fondo para la Transformación para que la ganadería de secano pueda desarrollarse, pero este tipo de medidas provocan un cambio en las políticas públicas”, sumó, por su parte, el subsecretario de Agricultura y Ganadería, Sergio Moralejo.

Señaló que, junto a las Cámaras locales (el clúster ganadero, entre otras), se va a hacer un reclamo a la Nación para pedir que se revierta la prohibición. Al igual que Carbó, el subsecretario insistió en que prohibir que se exporte carne vacuna no evitará que los precios sigan subiendo. Por el contrario, a mediano plazo, un desincentivo al sector puede restringir la oferta y generar una escalada.

“Por cada kilogramo de asado, un 28,9% del precio final son impuestos pero en lugar de atacar los verdaderos problemas, la política nacional está eligiendo ganadores y perdedores. No vemos relación entre las ganancias que se permiten a las petroleras, por sobre otras actividades”, agregó.

Pequeños a medianos productores

Mendoza no exporta directamente su carne al mundo sino que, lo que se cría en la provincia, luego se vende al resto del mundo. Aunque existe un proyecto de frigorífico en Alvear para exportar a China, el mendocino José Brizuela, propietario de La Pradera, aguarda por las últimas habilitaciones de la municipalidad de Guaymallén para poner en marcha su centro de exportación de carnes.

Por otro lado, Carbó explicó que en Mendoza hay diferentes categorías de cría, terneros y vacas de descarte o que reproductivamente ya no están aptas (24% de la producción), y el 70% de los productores tiene alrededor de 100 vientres. Si se considera un ejemplo de actividad exitosa, un productor con 200 vientres y con el campo en buen estado (250 k de materia seca o 200 por hectárea de campo) puede tener una rentabilidad de U$S 1,60 por hectárea (sobre 5.000 hectáreas).

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