Mendoza es la principal provincia productora de nueces. El sector de los frutos secos gana mayor interés mientras crece el consumo interno y mundial. En una agroindustria con varias aristas, el panorama se ve prometedor con una rentabilidad positiva y una calidad destacada, aunque deben esperarse 7 años para empezar a recuperar la inversión.
Los datos del Instituto de Desarrollo Rural (IDR), vinculados al censo nacional de 2018, indican que Mendoza es la principal provincia productora de nueces con más de 5.000 ha cultivadas. Había además 2.085 ha cultivadas con almendros y 32 ha con pistacho. Además, Mendoza producía castaña en poco más de 10 ha y avellanas en una superficie inferior a una hectárea.
Para 2020, Mendoza tenía más de 600 propiedades con un incremento sostenido en la producción. Desde el IDR explican ese crecimiento por un aumento del consumo nacional de frutos secos (con la tendencia de incorporar alimentos más sanos) y una demanda externa que se incrementó en un 60% en los últimos 10 años.
Si se pone el foco en los nogales, Juan Giugno, asesor técnico y parte de la consultora Nogaltech Argentina, explica que “es una planta que requiere de climas frescos” y por ello el Valle de Uco tiene más del 90% de la superficie de Mendoza con nogales. El principal departamento es Tupungato. Le sigue Tunuyán y después San Carlos, en especial con la variedad Chandler muy demandada a nivel internacional.
La nuez implica un desarrollo agroindustrial ya que es importante secarla apenas se cosecha. “No se recomienda secar al sol. Lo ideal es con aire caliente a 38º con hornos adaptados del modelo americano. En Mendoza hay una agroindustria y una oferta de servicios muy eficientes. Tenés empresas locales que exportan líneas de proceso, líneas de secado y también líneas de partido”, detalla Giugno.
Francisco Arturo Soriano, presidente de la Asociación de Frutos Secos de Mendoza (ASFM), agrega datos sobre las almendras: “Lo fuerte en cultivo de almendros es Lavalle y San Martín. Se está desplazando de Maipú por el reordenamiento territorial (barrios privados). En el Valle de Uco se hace poco por el problema de heladas y ahora se avanza en variedades con floración más tardía”.
Respecto de los pistachos, Soriano detalla que hay una producción a pleno de entre 30 y 40 ha, pero hay un interés creciente y ya se han plantado entre 270 y 300 ha (hay que esperar entre 8 y 9 años para que una plantación de este tipo produzca a pleno).
Un mercado interno que crece
Francisco Soriano habla desde el punto de vista de un productor primario de San Carlos. Cuando en 2017 iniciaron con AFSM, eran 12 productores de nueces, almendras y/o pistachos y hoy participan entre 45 y 47, entre productores chicos, medianos y un par con 150-200 ha. Incluyen distintas zonas, desde el Valle de Uco hasta el Este provincial y San Rafael.
“Nosotros, como asociación, estamos haciendo contactos con los mercados internacionales y las perspectivas son buenas en general. Hay mucha competencia pero el consumo aumenta en todo el mundo. En Argentina también. Nosotros tenemos estudios donde el consumo crece y eso se da más allá de las clases sociales, es tentador para todos”, señala Soriano.
En cuanto a la exportación, es necesario contar con un volumen muy grande para que sea redituable y trabajar en conjunto para tener una oferta interesante, así como en mejorar formalidad y el registro del sector. Como asociación además van capacitando a sus miembros en producción, comercialización y conservación del producto que se cosecha.
Si se mira la parte de procesado y comercialización, Renzo Fausti, presidente de Difrusec, sostiene que el consumo interno ha crecido mucho, en especial en CABA, Rosario, Santa Fe y Córdoba. La demanda es tal que Argentina debe importar almendras y se estima que la producción nacional sólo satisface al 50% del consumo.
Fausti explica que hay dos tipos de procesamiento para las nueces: por un lado el partido a mano (que luego se clasifica por colores y da un valor agregado de calidad), y por el otro una partición a máquina. Después de procesar, venden el producto a nivel interno a mayoristas y supermercados o para otras industrias como panadería, heladería y chocolatería.
“Los frutos secos hoy se consumen todo el año. No distinguen rango etario ni sexo. Los consumen hombres, mujeres, ‘centennials’ y adultos. La demanda crece año a año. Los mix de frutos secos son el producto estrella de las dietéticas”, describe el presidente de Difrusec.
Algo que también nota Fausti es la llegada de nuevos inversores en el cultivo de frutos secos y le parece algo positivo porque “mientras más oferta haya, será mejor para el consumidor”. Actualmente importan desde Chile almendras y castañas de cajú (cuesta que se den en la provincia) y también están generando harina de almendra para algunas panaderías.
Un negocio a escala
Algunos empresarios apuestan por un trabajo a gran escala y una integración entre producción, procesamiento y comercialización. Tal es el caso de Grupo Presidente, que desde 2004 ha invertido en nogales y hoy su división Farming Presidente produce alrededor de 1.200 toneladas anuales.
Matías Varas, gerente comercial de Farming Presidente, considera que “en general todos los frutos secos son atractivos y cada uno tiene su característica. Por ejemplo, la nuez con su aporte de Omega 3 para la salud”. Actualmente, están enfocados en sus 200 ha de nueces (más otras 60 ha en plantación) y poseen otras plantaciones experimentales de pistacho y almendras.
Para Varas, es importante integrar los eslabones de la cadena de valor, desde el cultivo hasta la exportación. Poseen tres fincas con secadero propio y en Maipú tienen la planta de procesamiento para selección, partido y acabado final. “Tenemos trazabilidad de toda la cadena, sabemos lo que vendemos y lo procesamos nosotros mismos”, comenta.
Una inversión reciente en Mendoza es la del Grupo Metropol, oriundo de Misiones, que cultivó 126 hectáreas de nogales en Tunuyán y presentó su marca QNUTS. Sebastián Fogal, gerente agrícola de QNUTS, comenta que buscan posicionarse “con una performance y un propósito de calidad en todo lo que es frutos secos”, trabajando “en una profesionalización de vanguardia en todo este sector acompañándonos con una tecnología muy importante”.
Además de tener un objetivo propio de cultivo para llegar a una producción de 500 ha, en QNUTS proponen un sistema asociativo y han invertido en una maquinaria de despelonado y secado por más de 2,1 millones de dólares. La idea que ya están trabajando es procesar también nueces de otros productores y poder exportar en conjunto.
“Ya estamos procesando más de 600 toneladas de nueces esta temporada, 600% más de lo que hicimos la temporada pasada. Estos desplazamientos que hay en la demanda de frutos secos a nivel mundial, hacen de ésta una actividad atractiva no sólo por lo apasionante que es la nogalicultura sino por la importancia de la rentabilidad que hoy está dejando”, señala Fogal.
Para entender estos cultivos
Juan Giugno, asesor técnico y parte de la consultora Nogaltech Argentina, brinda algunos detalles técnicos sobre los frutos secos, en especial sobre la nuez. Es una plantación que se adapta muy bien en la franja de 1.000 a 1.500 metros de altura.
La cosecha de la nuez es a fines de marzo y abril, y se puede conservar bien hasta noviembre. Es importante cosechar lo más rápido posible y secarla para que pase de un 45% de humedad a un 10%, así se conserva mejor.
En el Valle de Uco, durante los últimos diez años han logrado acelerar la plena producción de la planta (antes había que esperar 14 años y ahora sólo 7). Además, han logrado duplicar los rendimientos con riego por goteo, agroinsumos y mecanización: actualmente producen entre 7 y 8 mil kilos de nuez seca por hectárea.
En cuanto a otros cultivos, Francisco Arturo Soriano, presidente de la Asociación de Frutos Secos de Mendoza, comenta que las variedades americanas de almendra presentaban un problema ante las heladas por su temprana floración. Ahora se trabaja con variedades españolas de cáscara dura que florecen un mes más tarde y se aceptan cada vez más en el mercado.
Finalmente, en cuanto al pistacho, Soriano comenta que San Juan es uno de los principales puntos en Sudamérica y allí se cultiva desde hace más de 25 años. En Mendoza se demoró porque una de las complicaciones en su implementación es la complejidad para importar los insumos. Actualmente el INTA está trabajando para producir los portainjertos y semillas en el país.
Desde el gobierno, fomento y seguridad
Para el Gobierno provincial, el cultivo de frutos secos es un valor estratégico y así lo han planteado en las convocatorias al Mendoza Activa. Tres de cinco cultivos frutícolas que se proponen como estratégicos corresponden a los frutos secos: almendras, nueces y pistachos (los dos restantes son cerezos y aceitunas).
Los datos preliminares del Mendoza Activa (que aún sigue abierto), indican que se han implantado casi 140 hectáreas nuevas: 70 de almendras, 41 de pistachos y 26 de nogales. Además se sumaron inversiones de riego presurizado para 195 ha y se presentaron cuatro inversiones en maquinaria industrial como un horno de nueces y un elevador y extractor para almendras (no se incluye la compra de tractores).
“Los frutos secos son unos de los cultivos que queremos potenciar. Son productos con una alta demanda en el mercado interno y externo, más con los cambios culturales alimenticios que estamos viviendo. Estamos en contacto permanente con los productores”, señala Valentina Navarro, directora de Agricultura.
Un tema que trabajan desde la Provincia se refiere a la cantidad de robos de nueces, en parte debido a la falta de formalidad. Una herramienta que ayudaría a evitar las irregularidades es el Documento de Tránsito Vegetal (DTV), un documento de Senasa que ayudaría a llevar un rastreo de la mercadería. Ello implica llevar las nueces a secaderos registrados formalmente.
Al respecto, Navarro comenta que “se está trabajando en la formalización del sector” y han mantenido reuniones con Senasa y con los tres municipios del Valle de Uco para mejorar en el tema. “Trabajamos también con la Asociación de Frutos Secos de Mendoza en formalizar y en cuidar la trazabilidad.
Esto también es importante si se quiere exportar. La idea también es mejorar con capacitaciones”, sostiene la directora de Agricultura.