Pocos directores han sido tan omnipresentes como Steven Spielberg. Incluso, algunos le achacan que su fuerte más bien es la edificación de universos antes que lo autoral, una acusación bastante oxidada e injusta a esta altura. “Poltergeist” (1982), dirigida nominalmente por Tobe Hooper pero con producción y guion de Spielberg, es un nítido ejemplo para comprobar que la impronta del creador del blockbuster moderno va mucho más allá de lo que unos créditos finalmente le atribuyen.
Para la gestación spielbergiana de este clásico de terror hay que remontarse a finales de los ’70. Columbia Pictures estaba interesado en una secuela de “Encuentros cercanos del tercer tipo” (Close Encounters of the Third Kind, 1977), pero Spielberg tenía en mente un proyecto llamado “Night Skies”, que, si bien era sobre extraterrestres y experiencias sobrenaturales, no tenía relación directa con la película. De todos modos, el director tampoco quería que el estudio hiciera una continuación sin su aval, considerando el desastre de Universal con “Tiburón 2” (Jaws 2, 1978).
Cuando estaba en Túnez por el rodaje de “Indiana Jones y los cazadores del arca perdida” (Raiders of the Lost Ark, 1981), Spielberg leyó parte de sus escritos a la guionista Melissa Mathison, por entonces novia de Harrison Ford. Respetando el espíritu benevolente de “Encuentros…”, la historia era sobre un extraterrestre que establecía una relación de amistad con un chico proveniente de una familia conflictiva. Mathison quedó encantada con la idea, así que Spielberg le encargó un guion y él se decidió a dirigir lo que conocimos como “E.T., el extraterrestre” (E.T. the Extra-Terrestrial, 1982).
El problema es que a Columbia no le interesaba la propuesta ATP, sumado a que había invertido casi un millón de dólares en animatrónicos por el acuerdo pendiente. En la negociación entró Sid Sheinberg, amigo de Spielberg y por entonces presidente de MCA -empresa matriz de Universal-, quien compró los derechos de “Night Skies” (o “E.T.”) y le aseguró a Columbia el 5% de las ganancias posteriores.
A su vez, el costado paranormal de “Night Skies” mutó a “Poltergeist”, un guion firmado por Spielberg, Michael Grais y Mark Victor. Pero Spielberg estaba inhabilitado para dirigir la película: una cláusula de su contrato con Universal le impedía filmar en simultáneo otra, en este caso, para MGM. Con su rol limitado legalmente, el director de “E.T.” convocó a Tobe Hooper, a quien admiraba por “La masacre de Texas” (The Texas Chain Saw Massacre, 1974), para que ocupara la silla vacante.
“Poltergeist” gira en torno a una familia de clase media que reside en Cuesta Verde, un barrio estándar del “sueño americano”. La cotidianidad de los Freeling se ve afectada cuando la pequeña Carol Anne (Heather O’Rourke) entabla diálogo con seres a través del televisor hogareño (“Ellos están aquí”) y es raptada a otra dimensión, lo que desencadena una serie de eventos terroríficos en la casa y la intervención de un equipo de investigadores para dilucidar el secreto que guarda el lugar.
“‘Poltergeist’ es lo que temo y ‘E.T.’ es lo que amo. Tenía diferentes motivaciones. En ‘Poltergeist’ quería aterrorizar y también quería divertir; traté de mezclar las risas y los gritos. ‘Poltergeist’ es el lado más oscuro de mi naturaleza. ‘E.T.’ es mi optimismo sobre el futuro”, definió Spielberg en una entrevista a The New York Times.
Esta pasión compartida se trasladó al rodaje: “Poltergeist” y “E.T.” se filmaron al mismo tiempo, a fines de 1981. La poca distancia entre los sets principales permitió que el cineasta apareciera con frecuencia en el de “Poltergeist”, dando lugar a un mito que todavía carece de una respuesta universal.
La percepción del terror a través de los niños Freeling, la irrupción del elemento fantástico y la aventura para solucionar el conflicto en el terreno de lo desconocido son huellas reconocibles de Spielberg. Hasta hay (algunos) planos de las reacciones de los personajes frente a lo excepcional antes de mostrarlo, una maniobra típica del director para aumentar la ansiedad y la expectativa de los espectadores.
No obstante, el retrato visceral del horror -véase la escena del parapsicólogo con el trozo de carne y su reflejo en el espejo- es propio de Hooper. Y los momentos más recordados, como el ataque del payaso, los esqueletos en el patio o la destrucción de la casa, están ubicados en la sintonía del realizador texano y no en la de Spielberg.
La dirección tácita de Spielberg derivó en una investigación del Gremio de Directores de América (DGA, por sus siglas en inglés) para determinar si Hooper había sido denigrado. Además, el tráiler (disponible en YouTube) tenía como primer crédito a Spielberg, aunque era una estrategia como la aplicada después en los 2000, donde muchas veces la marca se impone sobre el director.
Treinta años atrás, el coproductor Frank Marshall aseguró que la fuerza creativa de “Poltergeist” fue Spielberg, también responsable del storyboard. Hooper negó esta afirmación: aseveró haber realizado la mitad del guion gráfico y que dio el presente en cada día de rodaje. Según el director, el rumor comenzó porque Los Angeles Times visitó el set justo cuando él grababa la escena del árbol detrás de la casa, por lo que Spielberg atendió a los periodistas mientras filmaba el breve momento en el que un grupo de chicos juega con autitos a control remoto.
Harto de las críticas, Spielberg publicó una carta en The Hollywood Reporter y ratificó que con Hooper mantuvo una relación creativa de principio a fin, sin ningún avasallamiento.
“Disfruté de tu franqueza al permitirme, como guionista y productor, un amplio margen para la participación creativa, así como sé que estabas feliz con la libertad que tenías para dirigir ‘Poltergeist’ de manera tan maravillosa. A través del guion, aceptaste una visión de esta película muy intensa y, como director, entregaste la mercancía”, resaltó.
La polémica revivió en 2017, cuando John R. Leonetti -ayudante de cámara en “Poltergeist”- declaró que Spielberg dirigió la película y no Hooper. A modo de “prueba”, compartió una postal del backstage con el productor dando las órdenes al equipo, mientras el director se mantenía al margen de la grabación de la famosa escena del ataque del árbol.
“Poltergeist” se estrenó en los cines de Estados Unidos el 4 de junio de 1982, una semana antes de “E.T., el extraterrestre”. Fue, sin dudas, otro verano boreal del que Spielberg se adueñaba. Y los que faltaban...