The Humans: una experiencia cinematográfica del terror que llevamos dentro

Si bien la lista de transposiciones teatrales al cine es bastante nutrida y en su mayoría con resultados aceptables, son pocas las películas que aciertan al aportar una reflexión cinematográfica sobre el texto del espectáculo. Expandir espacios y redimensionar personajes siempre son logros celebrados, pero “The Humans” (2021), adaptada y dirigida en pantalla por su propio dramaturgo, el estadounidense Stephen Karam, traslada la experiencia inmersiva de la sala a un filme claustrofóbico y orgulloso en lo formal del género de terror, pese a un disparador que dista de aparentarlo: una cena de Día de Acción de Gracias en Nueva York.

La de los Blake es una familia oriunda de la rústica Scranton, Pensilvania. A simple vista, sus conflictos no resultan demasiado profundos. El patriarca Erik (sólido trabajo de Richard Jenkins) y su esposa Deidre (Jayne Hoydyshell, actriz que repite de la obra teatral) viajan a Manhattan junto a su hija solterona Aimee (Amy Schumer) y la abuela Momo (June Squibb) con la excusa de cortar el pavo y conocer el nuevo departamento de Brigid (Beanie Feldstein), la menor del clan y aspirante a compositora, y su erudito novio Richard (Steven Yeun). Lo que parece ser una visita protocolar muta paulatinamente en una pesadilla para cada uno de los implicados: el lazo familiar comienza a revelar cicatrices sin tratar por años.

Damnificado indirecto del ataque terrorista a las Torres Gemelas en 2001, el padre no termina de comprender por qué su joven hija quiere vivir en las malas condiciones de un dúplex en pleno Chinatown y la presiona a volver a su ciudad natal. ¿Acaso cuántos artistas realmente triunfan? La madre atraviesa por una crisis laboral de su edad, mientras que Aimee acaba de separarse de su novia y padece una enfermedad intestinal que le impide relacionarse como quisiera. En tanto, la adorable Momo cada vez está más lejos de este mundo por el acelerado Alzheimer y requiere de la paciencia de sus -ahora desconocidos- familiares.

“The Humans” ha sido laureada en teatro desde 2016, cuando Karam la presentó en Chicago y, luego, la ubicó con éxito en la cartelera de Broadway. La obra no solo ganó un premio Tony, sino que también llegó a ser finalista en los Pulitzer. A24, productora y distribuidora indie de la que tanto solemos hablar en Videoclub, acordó con Karam una adaptación cinematográfica con un elenco envidiable.

Buena parte de la ganancia de la película proviene directamente de la producción escénica: una cacofonía exagerada y ruidos misteriosos que surgen desde el piso de arriba, gotas de agua que caen quién sabe dónde, cañerías que gimen, cenizas que simulan ser copos de nieve y un largo etcétera que cada uno puede descubrir, experimentar y sufrir durante poco más de 100 minutos de metraje dentro del deteriorado edificio. Sí, así sea un cliché asumirlo, el lugar funciona en “The Humans” como un personaje en sí mismo.

Bajo las directivas de Karam, el director de fotografía Lol Crawley (el mismo de la hipnótica “Vox Lux” [2018] con Natalie Portman) sitúa el ojo de la cámara en pasillos angostos y habitaciones en distintos niveles cual casa de los sustos, presionando a sus seres hasta atraparlos en un trance que enorgullecería a David Lynch.

Grabada totalmente en interiores, el filme utiliza mayoritariamente tomas largas, con una edición económica que descansa sobre la ansiedad de los espectadores. Apenas al inicio tenemos un plano nadir hacia unos rascacielos que dejan pasar el cielo azul, advirtiéndonos de la cárcel a la que vamos a asistir. Y aunque la exquisita tarea de los intérpretes es la que sostiene el vínculo emocional (se agradece ver a Schumer apartada de lo caricaturesco), no hay primeros planos: todo recae en la relación que ellos establecen con los rincones del departamento, así estos sean una lámpara defectuosa, una canilla oxidada o una pared sin revestir.

Por último, es inevitable recordar en puntuales tomas la estética del recordado Saul Leiter, con ventanas que escapan al reflejo de los humanos y ofrecen una Nueva York mohína, indiferente al bullicioso autobombo de la prosperidad.

Cada quien podrá hallar en “The Humans” una representación de sus pesadillas, a medida que las conversaciones basadas en tópicos de frecuente debate (religión, enfermedad, salarios) erosionan a los humanos de su título. Tan incómoda experiencia, sin embargo, propone una salida, la de romper con los fantasmas internos y aceptar los errores de nuestra condición.

“The Humans” estará disponible para ver en MUBI desde el 12 de agosto.