Después de las acusaciones públicas que Viviana Canosa lanzó en su programa Viviana en Vivo y que también formalizó ante la Justicia, resurgió el foco en su conflicto personal con Lizy Tagliani, con quien compartió una amistad que terminó en malos términos.
Las palabras de Lizy Tagliani
Ante la posibilidad de un encuentro cara a cara, se le preguntó a la conductora y humorista sobre cómo reaccionaría si coincidiera con Canosa en un evento en Palermo, y su respuesta fue tan clara como firme. El evento en cuestión fue la reinauguración de un bar emblemático en la esquina de Aníbal Troilo, ahora transformado por la organización Madres Víctimas de Trata en un espacio laboral para mujeres rescatadas de redes de explotación. Lizy se mostró presente y comprometida con la causa.
Lizy Tagliani, la sensación del Bailando que busca su propio camino
Más tarde, un periodista le preguntó directamente a Tagliani si creía que Canosa podría presentarse también en el evento, a lo que ella respondió: “No voy a hablar de nada que tenga que ver con eso. Soy una mujer de 54 años, con valores y, sobre todo, respetuosa; así que sé comportarme”. Cuando el cronista insistió y le preguntó si evitaría cruzársela, Lizy se mantuvo firme: “Yo no evito, no tengo nada que evitar en esta vida, nada. No voy a hablar de nada más que de este lugar y del trabajo de las chicas”.
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En paralelo, Florencia Peña también quedó involucrada en el escándalo tras las declaraciones de Canosa, que habrían insinuado su nombre en una causa judicial. Frente a estas menciones, la actriz decidió actuar legalmente. Según reveló el programa Puro Show, conducido por Pampito y Matías Vázquez en El Trece, Florencia se presentó en los tribunales federales de Comodoro Py mediante su abogado, Fernando Burlando. Allí entregó un escrito ante el juez Ariel Lijo para aclarar su desvinculación total del caso.
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Florencia Peña rompió en llanto tras ser mencionada en la denuncia de Canosa por trata.
Twitter LAM
El documento incluía pruebas provenientes de su celular personal y expresaba su disposición total para colaborar con la investigación. Esta acción tuvo como objetivo despejar cualquier duda o sospecha sobre su supuesta implicancia. Pronto difundió esta información, destacando el gesto de Florencia de presentarse de forma voluntaria ante la Justicia.
Días antes, Peña ya había mostrado su angustia en televisión cuando visitó el programa LAM. Allí rompió en llanto al hablar del tema: “Se meten con cosas que no solo me dañan a mí. Yo tengo tres pibes, dos escolarizados. Y creo que hay un límite, loco. Hay un límite. Y de esto también es cómplice el periodismo cuando no frena la pelota”, expresó visiblemente movilizada por la situación.
Este episodio demuestra cómo los conflictos personales, cuando se exponen mediáticamente y se mezclan con acusaciones graves, pueden trascender la esfera del espectáculo y tener repercusiones judiciales y emocionales. Tanto Lizy como Florencia buscaron preservar su integridad y centrarse en los espacios donde realmente desean hacer la diferencia: una desde el compromiso social y la otra desde la defensa de su nombre.