Al igual que el grueso de la provincia, San Martín carece de legislación que regule la cría de cerdos en el departamento, una actividad que la comuna estima por encima de los 300 emprendimientos, la mayoría de ellos relacionados con el consumo familiar o los pequeños corrales informales.
Sin datos oficiales, el municipio solo puede hacer una estimación de la actividad, por lo que la comuna espera aprobar en los próximos días una ordenanza que le permita corroborar esa cifra y regular la cría de porcinos. La norma se convertirá en una de las pocas de la provincia, detrás de departamentos como Alvear y San Rafael.
"La cría de cerdos es una actividad vigente en San Martín, especialmente en las zonas rurales, donde aún se acostumbra el carneo de cerdos criados en la misma propiedad", explica Bartolomé Robles, presidente del HCD y autor del proyecto, elaborado junto con Promoción Económica: "Pero esta norma no solo apunta a ellos sino a los productores que hacen de la actividad un negocio".
Así, el proyecto tiene varios objetivos. El primero es hacer visibles a los criadores, muchos de ellos anónimos propietarios de pequeños corrales en los fondos de alguna propiedad; el segundo es aportar la seguridad jurídica de que a los productores de cerdos los guíen las mismas reglas; finalmente, el municipio busca generar condiciones para la asociatividad, con la idea de reducir gastos y de esa manera, posibilitar una mayor ganancia.
Luis Morales es productor de lechones, tiene sus animales en Alto Verde y considera que reglamentar la actividad beneficiará a los que como él, buscan hacer de la cría de porcinos un negocio rentable: "Hoy, la competencia desleal es grave y nadie la controla; hay animales que son criados con sobras y en condiciones de hacinamiento, factores que bajan los costos pero a riesgo de la salud pública", dice.
Efectivamente, la falta de una legislación específica deja fuera de control las condiciones de los criaderos, las zonas en las que se ubican y la alimentación, que muchas veces es a base de residuos.
En 2014, cuando según datos del gobierno provincial existían en Mendoza más de 39 mil cabezas de cerdos y la ingesta anual per cápita era de 12 kilogramos, Alvear fue el primer departamento en legislar la cría de porcinos, tanto para consumo familiar como emprendimientos comerciales. Una ordenanza que establece parámetros para la ubicación geográfica del establecimiento y normas de higiene, además de reglas para la alimentación y sanidad de los animales.
En esa ordenanza está basada la que aprobará San Martín en los próximos días y que tiene apoyo de la oposición. Así, la futura legislación establece categorías por actividad y por cantidad de animales, que van desde los criaderos familiares hasta las grandes producciones de acopiadores o cabañas especializadas.
Además, se marcan condiciones para su instalación, se prohíben establecimientos en zonas urbanas o a menos de 200 metros de una vivienda, salvo en el caso de criaderos familiares, los únicos que no requerirán habilitación municipal y donde el límite mínimo de la porqueriza es de 50 metros hasta la casa.
Los criadores consultados, entre ellos el grupo de Procesam, una joven asociación de productores formada en el este, coincidieron en que el costo del alimento es el factor que mayor influencia tiene sobre la rentabilidad, ya que representa el 80% del costo de criar un cerdo. El 90% de esa alimentación es maíz y expeller de soja, cuyo precio está directamente relacionado con cotización del dólar.
Es por ello que la comuna tiene entre los objetivos de la ordenanza, alentar la asociatividad para la compra de alimentos o la búsqueda de mercados: “No es lo mismo comprar mil kilos de alimento que diez mil, donde el costo puede reducirse hasta un 30%", dice Morales, que se entusiasma con que el Estado municipal pueda darles una mano: “No queremos subsidios, pero sí reglas claras. Hoy, la mayor parte de los productores locales no podemos vivir de la cría de cerdos”.
Seguridad rural, clave para desarrollar la actividad
La inseguridad rural es un elemento que atenta contra la cría de cerdos a escala familiar y un problema que ha crecido mucho, no solo en San Martín. El caso de Ricardo Sosa, vecino de Tres Porteñas, es un ejemplo: "Tuve chanchos toda la vida pero en 2015 me quedé sin animales, porque me los fueron robando todos. En seis meses me quedé con el corral vacío y hoy, con la inseguridad que hay, criar un lechón es arriesgarse a perderlo en cualquier noche".
El radicalismo acompañará la iniciativa en San Martín porque coincide en la necesidad de legislar la actividad y poner reglas básicas, aunque admite que la inseguridad rural es un escollo: "Aunque no existan datos oficiales en San Martín, está claro que hoy es mucha menos la gente que cría cerdos en el fondo de una finca que hace 20 o 30 años, sencillamente porque se los roban", señala el concejal radical Mauricio Petri.
El consumo en la provincia es de 14 kilos per cápita
Según datos oficiales de la Provincia, el consumo de cerdo en Mendoza ha crecido en los últimos años hasta alcanzar un promedio anual de 14 kilos por persona, lo que incluye fiambres y embutidos.
Pero la producción local solo abastece el 15% de esa demanda y el resto de los animales llegan de provincias como La Pampa, Córdoba y Entre Ríos.
A nivel país y según datos del Ministerio de Agroindustria, el sector porcino ha mostrado signos de prosperidad en los últimos años. La Argentina duplicó su producción y ya dispone de un kilo de carne de cerdo por cada cinco kilos de la tradicional carne vacuna.