17 de marzo de 2025 - 10:07

César Litvin: "Nuestro sistema tributario tiene un sesgo anti-inversión"

El tributarista visitó la provincia y analizó cuáles son los impuestos más distorsivos, que se deben eliminar, y cuál es el requisito para lograrlo.

César Litvin vino a Mendoza por su “segunda pasión”, después de los impuestos: los autos. Fue uno de los participantes del Rally de las Bodegas y cuenta que no se ha perdido ninguna edición. Pero Los Andes aprovechó la visita del tributarista para llevarlo a su profesión y a hablar sobre la carga impositiva en el país, cuáles son los tributos más distorsivos y si entiende que están dadas las condiciones para transitar un camino de disminución.

- Por estos días el foco está puesto en ganar competitividad y se está dando una seria discusión sobre los impuestos…

- Efectivamente, los impuestos tienen un rol muy importante en la economía porque afectan, positiva o negativamente, la competitividad. Nuestro sistema tributario tiene un sesgo anti inversión. En primer lugar, por la alta carga fiscal; en segundo, por la informalidad; y en tercer lugar, por la complejidad del sistema tributario, ya que el federalismo fiscal nos lleva a tener impuestos nacionales, provinciales y municipales.

Si sumamos todo, la Argentina tiene vigente 154 tributos entre Nación, provincia y municipio. Eso da una inusitada complejidad al sistema tributario y espanta inversiones. Me ha tocado reunirme con potenciales inversores que quieren saber cómo son los impuestos en la Argentina.

Los capitales van a donde mejor lo tratan. Y si los impuestos son exorbitantes, nos estamos volviendo muy ásperos. Nosotros tenemos que seducir a los inversores para generar empleo, para que inviertan y se forme el círculo virtuoso que es más inversión, más empleo, más consumo, más actividad económica, menos pobreza, menos planes sociales, menos gasto público.

Hoy venimos de un círculo vicioso, que funciona a la inversa: impuestos excesivos, menos inversión, menos empleo, menos consumo, menos actividad económica, más planes sociales, más pobreza, más gasto público, y vuelve el círculo con más impuestos.

Y la verdad es que hay mucho por hacer. Creo que desde la Nación hay voluntad política. De hecho, en el discurso del presidente en la Asamblea Legislativa tocó el tema de los impuestos. La idea es que de los impuestos nacionales queden no más de seis, pero con eso no alcanza porque después hay que trabajar en las provincias y en los municipios.

César Litvin

- ¿Y cómo se logra trasladar esta voluntad a otras jurisdicciones?

- Lo que aspira el gobierno es a lograr una competencia entre provincias y entre municipios. En el conurbano bonaerense se está empezando a ver levemente esa competencia. Hace poco, el Banco Nación salió de la Municipalidad de La Matanza y se fue a la Municipalidad de 3 de febrero.

El motivo único ha sido justamente el tema impositivo. Y con eso se quiso dar una lección a los municipios que cobran impuestos excesivos. Si la Argentina quiere que la industria nacional sea competitiva y que los productos que exportamos sean competitivos en los mercados internacionales, sí o sí hay que hacer una reforma tributaria profunda que le quite esos dos componentes complejos: alta presión fiscal y alta complejidad por la cantidad de tributos.

- ¿Cuáles son los impuestos más distorsivos?

- Si tenemos que armar un podio, no me alcanzan tres lugares, tengo que poner cuatro. No es un podio bueno y el primer lugar se lo lleva el más distorsivo, que es Ingresos Brutos, un impuesto provincial que no debería existir. No existe en el mundo. Acá se usa IVA, pero, además, Ingresos Brutos, con muchas distorsiones, porque se cobra en cada una de las etapas del proceso económico, con lo cual tiene un efecto acumulativo en el precio final.

Y cuando exportamos nuestros productos, tiene mucha incidencia. No mide si hay ganancias, porque se cobra sobre ventas, y, además, cuando se creó el IVA en la Argentina, se derogó ese impuesto, pero a los dos años volvieron a ponerlo. Entonces, tiene que estar en la mira para que la Argentina pueda ser más competitiva.

César Litvin

El segundo es un impuesto que nació en el año 2001 como transitorio, de emergencia, que es el que se aplica a los Débitos y Créditos Bancarios, y se llama Impuesto al Cheque. Era por un año, pero este mes estamos festejando sus 24 años de vida. Y no sólo grava transacciones, sino que cuando un contribuyente paga Ganancias, Ingresos Brutos o IVA, se cobra Débitos y Créditos sobre esos impuestos.

En tercer lugar, está el impuesto a las exportaciones. La Argentina es uno de los 12 países en el mundo que lo tienen. Los otros son del tercer mundo, y en ese equipo juega la Argentina. Por supuesto que, si ninguno de nuestros competidores ni vecinos tiene ese impuesto -no lo tiene Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay-, exportar desde esos países es mucho más competitivo. Y se traslada hacia atrás. No lo paga el exportador, sino el productor.

Y como no me alcanzan tres lugares, tengo que poner las tasas municipales. Los municipios en los últimos años vienen cobrando verdaderos impuestos que no están autorizados a cobrar, pero los disfrazan de tasas. Cobran un porcentaje sobre el nivel de venta y eso desnaturaliza el concepto de tasa, que se cobra por la prestación de un servicio efectivo.

- ¿Cómo se puede reducir la carga tributaria sin caer en el déficit fiscal?

- El requisito esencial para pensar en una reforma tributaria que baje la presión fiscal es que haya un equilibrio fiscal sustentable. Si hay un superávit sustentable en el tiempo, se puede empezar a bajar los impuestos y en el mediano plazo, no en el corto, va a subir la recaudación por la actividad económica. Ese creo que es el camino que hay que seguir.

César Litvin

- El problema con Ingresos Brutos es que las provincias dependen de esa recaudación…

- Las provincias se acostumbraron a tener un recurso a través de este impuesto que no debería existir, pero que representa en promedio el 82% de sus recursos propios. Entonces, ¿cómo se le saca el chupetín a un nene que está disfrutando de ese dulce? Yo creo que hay que hacer un acuerdo fiscal, pero no como las versiones anteriores, que no tenían penalidades por el incumplimiento de las provincias.

Va a haber que repartir esa torta de ingresos entre Nación, provincia y municipio para que nadie se quede con hambre, pero eliminando todo tipo de gastos superfluos. Obviamente hay que pagar impuestos, pero que sean razonables y bien utilizados en gastos esenciales.

- ¿Y qué pasa con las percepciones anticipadas?

- Eso es un problema gravísimo, porque el 70% de la recaudación de Ingresos Brutos es anticipada. Y esto está desvirtuando la relación entre el fisco y el contribuyente, porque en una relación de un impuesto el fisco es el acreedor y el contribuyente es el deudor. Acá se invierten los roles.

Como hay retención y percepciones, el contribuyente se queda con saldos a favor, que significa que paga de más y se convierte en acreedor del fisco. Y cuando quiere pedir que le devuelvan, tiene que hacer unos trámites que son verdaderos laberintos burocráticos, porque hay poca voluntad de devolución.

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