La certeza tras recorrer los primeros metros por calle La Posta es que los grillos nunca desentonan. Jamás. Como si estuvieran organizados para acompañar el paso de los competidores, fueron la banda de sonido de la VII Maratón Nocturna Internacional "Con luz propia, Junín brilla más", que reunió más de 1.500 atletas.
Organizada por la Municipalidad de Junín, la séptima edición de esta competencia contó con un récord de participantes, venidos de distintas provincias e incluso de países vecinos. Algunos llegaron deseosos de competir por el premio mayor, mientras que otros lo hicimos para probar nuestros límites; para empujarlos un poco más allá.
"Es una de las más linda de la provincia", fue la opinión general luego de atravesar ese recorrido que en la ocasión tuvo dos kilómetros más de los habituales 11. El desvío por calle 9 de Julio hasta llegar a calle La Posta para luego pasar frente al edificio municipal hizo más atractiva la prueba.
La noche es un momento cómplice para las más variadas actividades. Y correr con la naturaleza de escenografía, con los ruidos y olores que regalan las fincas y quintas, es uno de ellos y lo convierte en un momento difícil de olvidar. Por eso no sorprende la cantidad de inscriptos en la previa: "Tuvimos que cerrar las inscripciones", confesó Hugo Leucrini, director de la prueba.
Nadie quería perderse la posibilidad de participar y por eso muchos lo hicieron por fuera de la competencia, con el único objetivo de completar el recorrido.
Bienvenida adrenalina
A diez segundos del inicio soy un nudo de nervios. No sé si saltar; gritar o qué. A mi alrededor veo los más variados rituales: algunos estiran músculos, otros se mueven de acá para allá y otros se mantienen concentrados, con los ojos cerrados.
"Vos tenés que arrancar despacio, tranquilo", me dice un cordobés que presiente mis nervios. "No pasa nada", repite. Los 13 k no parecen alterarlo, aún cuando avisa que vino "sin entrenar, pero con muchas ganas de disfrutar el recorrido". A lo largo de la carrera nos pasaremos mutuamente en varias ocasiones, con una sonrisa como único gesto de complicidad.
Para Bernardo Maldonado, Julius Rono y Gustavo Frencia es algo más que eso: es la posibilidad de seguir sumando podios y premios. Por eso no sorprende que en apenas un kilómetro sean los líderes de la columna que empieza a dejar atrás el Estadio Cubierto La Colonia.
Detrás, en categoría Damas, María Ovejero insiste en querer dar pelea (es la ganadora de la V y VI edición), seguida muy de cerca por Rosa Godoy y Carla Vidal. Las tres, en ese orden, completarán un podio que también sumó a Luisa Páez y Virginia Ponte.
Varios kilómetros, y minutos, más atrás, un pelotón integrado por quien escribe estas líneas empieza a disfrutar cada zancada. Lo dicho antes: los grillos marcan el ritmo y solo basta oírlos para saber a que velocidad hay que realizar el tramo. A medida que las luces del Parque Recreativo Dueño del Sol, la meta final, se hagan más grandes, la intensidad irá en descenso.
La marea humana que atraviesa el distrito La Colonia hasta la Ciudad de Junín está compuesta por corredores profesionales, amateurs y valientes que están allí por alguna apuesta sucedida después de alguno exceso etílico.
Algunos prometen no volver a repetir la torpeza de embarcarse en semejante proeza.
Son los menos; el resto disfruta del paso de los kilómetros, mientras a ambos costados de la calle se sitúan vecinos dispuestos a ofrecer un vaso de agua y una palabra de aliento que sirve como combustible para seguir corriendo.
Porque la voluntad es un jardín que debe regarse en cada metro de la competencia.
Suena más fácil parar apenas las piernas indican que todo ha acabado. Sin embargo, pasados los cinco kilómetros, nadie abandona. La concentración se rompe con gritos que llegan desde cualquier lugar, descubriendo la inminencia de Avenida Mitre, la principal arteria del departamento y donde hay una multitud de vecinos esperando el paso del pelotón.
A esa altura, cuando el cronómetro marca casi 40 minutos desde que iniciamos el recorrido, en el Parque Dueño del Sol empiezan los aplausos con la llegada de los primeros competidores. La definición fue para el infarto. Distinta a otras ediciones, esta vez hubo paridad en los metros finales. Fue palo y palo. Maldonado se impuso en su debut y Julius Rono, que siempre está en el podio, dio pelea. Un poco más atrás, Gustavo Frencia, otro que, aunque siempre se ubica entre los premiados, nunca pudo ganar la competencia.
Una eternidad de 4k
A partir del paso por el edificio comunal, el cálculo marca que quedan cuatro kilómetros para la meta. Parece nada, en comparación con el tramo que ya dejamos atrás.
Sin embargo, con el pasar de los minutos, las piernas empezarán a pesar como dos bloques de cemento. El desgaste a esa altura empieza a golpear algo más que el físico: la cabeza. Ya no hay tanta seguridad en completar la competencia y uno comienza a buscar motivación en la palabras que llegan desde la acera.
Casi sobre el final de Avenida Mitre aparece lo que para mi será la vitamina: Facundo, un amigo con quien corrí en anteriores ocasiones, hoy impedido de hacerlo. Paro; lo abrazo y sigo. Ya no queda nada. El cuerpo duele, pero los grillos se encargan de empujarme los metros finales. A esa altura confirmo la certeza: ellos jamás desentonan.
Maratón 4k y caminata familiar
También, y como parte del evento, se desarrollaron una Maratón de 4 kilómetros y una Caminata Familiar que tuvieron su inicio en el edificio Municipal. Más de150 personas se sumaron a la actividad, que tuvo como premisa compartir con la familia el recorrido.
La Maratón mostró un nivel interesante, con una gran cantidad de competidores. En damas, el podio estuvo integrado por: 1° Magalí Canaviri; 2° Amparo Sánchez y 3° Jésica Morales. En varones, el ganador fue Michael Giménez, seguido por Agustín Gómez e Ignacio Morla.