China: la calidad es la clave para el vino argentino

Bodegueros mendocinos, importadoras y la mujer que maneja la feria más grande de China dan las claves para vender en el gigante asiático.

China: la calidad es la clave para el vino argentino
China: la calidad es la clave para el vino argentino

Un enorme predio ferial. Un acto de inauguración en su ingreso con copas servidas con champagne. Discursos en varios idiomas. Y adentro, bodegueros, enólogos e importadores que se preparan para la llegada de oportunidades, acomodan las botellas, se sacan fotos entre ellos y no ocultan los nervios.

Así arrancó la Interwine en Guanzhou, o Cantón, la tercera ciudad en importancia en este país, donde desembarcó el jueves casi a la medianoche la delegación mendocina encabezada por el ministro Martín Kerchner. Esta es la edición de "otoño" y termina el domingo. La otra se hace en la primavera, en mayo. Mendoza tiene presencia desde 2012 y según los habitués es la feria de vinos más grande de China.

El pabellón argentino está en el pasillo central, a mitad del recorrido, y se destaca por su cartel identificador, tal vez más alto que el resto y potenciado con postales vitivinícolas. Allí, se reparten el espacio los stands de 12 bodegas, que debieron anotarse y fueron elegidas por el Consejo Federal de Inversiones para estar allí luego de una evaluación. Todas ya exportan y son pequeñas o medianas.

Justo enfrente, del otro lado del pasillo central, está el sector de Chile, como si estuvieran destinados ambos países a convivir mirándose, recelándose.

Walter García acomoda las botellas en el stand de Mi Terruño. Él es el gerente de exportación y en los últimos quince años ha venido ya ocho veces a este país, aunque las anteriores fueron con otra bodega. "Ahora nos ayuda el cambio, es cierto, pero también el mercado chino está más maduro y le queda mucho por crecer. El problema es que los canales de comercialización son informales aún".

En su caso, la gama que traen a este país va de 2,8 a 20 dólares y admite que las ferias en general no sirven para cerrar operaciones, pero sí para mostrarse y generar contactos. La sensación es la misma en el resto de los argentinos pero también en los expositores de otros países.

El piso de los vinos argentinos que se traen a este país, en general, se ubica en torno a los tres dólares. Hay algunos que traen de 1,30, pero la competencia en ese sector es muy dura dicen los mendocinos que intentan conquistar China desde la Interwine.

Martín Cassone, de la bodega que lleva su apellido, cuenta que ha cerrado trato hace un tiempo con un importador que se hizo muy fuerte con el vino italiano y ahora apuesta al argentino. Su incursión comercial en esta tierra comenzó hace un año y medio y ya representa el 20% de sus exportaciones, que son el fuerte de su empresa (sólo destina uno de cada cinco litros al consumo interno).

Cassone atiende la recomendación de su importador: Argentina debe apostar a la gama media y alta, porque en la baja la competencia es cruenta y ya parece ganada por Chile y Australia, entre otros. Por eso su oferta son vinos  de 3 y medio, 6, 12 y 30 dólares. Éste último es exclusivo para China.  "El vino a granel se vende sólo por precio y un centavo de diferencia puede dejarte sin venta, no hay fidelidad", explica.

Del otro lado del pasillo, en la chilena Casa Verdi remarcan que el vino argentino es más caro y que tal vez sea más difícil vender porque se ha focalizado en la marca Malbec. En su caso, exportan hace 15 años y llevan 12 con presencia en este país, con botellas que van de 1,50 a 32 dólares. En las ferias, admiten, no se cierran operaciones, pero la inversión que se hace se recupera.

Wendy Wei es la importadora que cerró trató con Mi Estancia, cuyos dueños, Marcelo y Eduardo Montoya, la rodean frente al stand. La mujer explica que su país está experimentando una transición en cuanto al consumo por el aumento del poder adquisitivo de las familias, que ven en el vino una "novedad", ya que no es parte de su cultura.

Y aunque se muestra encantada con los productos, manda un mensaje a las autoridades: Argentina debe negociar con China un tratado de libre comercio porque los actuales aranceles que deben pagar los productos de nuestro país para ingresar son muy altos y esto le resta posibilidades de crecer.

A su lado, Montoya hijo cuenta que desde hace tres años vienen a este lado del mundo y hace seis meses pudieron hacer la primera venta, que ya hay otro embarque en camino y que en mayo volverán a la Interwine de primavera.

Rita Jia maneja la Interwine y también es una nueva “socia” de Mendoza: ella será la encargada de la base logística que se abrirá en esta tierra, apuntando a la comercialización a partir de sus contactos con importadores.

La mujer, que ayer compartió el acto inaugural con Kerchner y luego llegó junto al ministro al pabellón argentino, remarcó que el 60% del consumo de vino de China está focalizado en Guangzhou y que más del 60% de los importadores también están en esta zona, aunque luego distribuyen a todo el país.

En la feria, más de la mitad del espacio es ocupado por los importadores precisamente, que ofrecen en sus stands vinos de todo el mundo.

Jia dejó un mensaje claro a sus nuevos socios para crecer: Argentina es sinónimo de vinos de calidad premium, que como la carne, el tango y el fútbol deben transmitir un estilo de vida.

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