La paritaria vitivinícola cerró con un 12% de aumento para viña y bodega. El salario se actualizará hasta agosto y el precio del tacho de uva también subió.
Foeva y las bodegas acordaron un aumento del 12% en cuotas, con ajustes diferenciados para viña y bodega. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
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Tras varias negociaciones y momentos de tensión, la paritaria vitivinícola finalmente se cerró con un 12% de aumento para los trabajadores de viña y bodega. La Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas (Foeva) logró destrabar el acuerdo luego de intensas reuniones con las cámaras empresarias, que en un principio propusieron excluir a los cosechadores del convenio.
Finalmente, el entendimiento se alcanzó ante el Ministerio de Trabajo, estableciendo incrementos escalonados hasta agosto y el pago de sumas no remunerativas.
Uno de los puntos de la negociación fue el precio del tacho de uva, que se fijó en $555 brutos tras intensas discusiones. Este valor, junto con la actualización escalonada de los salarios, será determinante para la estabilidad del sector en los próximos meses.
La paritaria vitivinícola estableció un incremento salarial del 12% en cuotas para los empleados de viña y bodega. Mauro Sosa, gerente del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, explicó en diálogo con Los Andes que el esquema de actualización será diferente para cada sector.
"La paritaria se cerró para viña y bodega en precio tacho. Para operarios de bodega se cerró de marzo a agosto: marzo y abril un 4% en el bimestre, no 4% mensual, sino 2% mensual. Y así mayo, junio, julio y agosto, también con un 4% bimestral", detalló.
Para los trabajadores de viña, el ajuste también será del 2% mensual, aunque con diferencias en la composición del salario. "En viña hay una parte que es no remunerativa del 0,5% y una parte remunerativa del 1,5%. Si lo metemos todo junto, se puede enredar, pero en términos generales, el incremento es del 2% mensual", aclaró Sosa.
El salario de los trabajadores comenzará a actualizarse con los pagos de abril, dado que el nuevo esquema rige desde el 1 de marzo. Según Sosa, la intención fue fijar un criterio basado en la inflación para evitar futuros desajustes. Sin embargo, desde Foeva sostienen que la discusión se reabrirá en agosto, cuando se evalúe la situación económica y las condiciones del mercado vitivinícola.
El acuerdo actual establece un aumento escalonado, pero la negociación salarial sigue abierta. En agosto de 2025, las partes volverán a discutir una posible actualización, tomando en cuenta la evolución de la inflación y el rendimiento del sector.
Desde Foeva insisten en que el ajuste debe garantizar mejoras reales en los salarios de los trabajadores, mientras que los productores y bodegas advierten sobre la necesidad de mantener costos sostenibles.
El precio del tacho de uva, que quedó fijado en $555 brutos, seguirá siendo una referencia clave en la discusión. El mercado vitivinícola está en constante cambio y la próxima negociación en agosto será importante para definir cómo seguirán los salarios en el sector.