En un contexto de emergencia hídrica –tal como se detalló- la aplicación de estos sistemas reviste una importancia trascendental. Desde el punto de vista del ingeniero agrónomo, además de requerir “ahorrar” agua por este motivo, el sector productivo necesita aminorar los costos, teniendo en cuenta el consumo de electricidad que implica el uso, por ejemplo, de los mecanismos para reservar el recurso hídrico en pozos. “Por eso, mejorar la eficiencia en el riego no sólo impacta en la sustentabilidad del sistema productivo, sino también en la rentabilidad del productor”, explicó el especialista.
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Lo cierto es que a nivel local, consideró González Antivilo, la mayor parte de la superficie agrícola aún se riega por sistemas superficiales, tales como surco y melga. En tanto que una proporción menor utiliza riego presurizado, como aspersión o goteo. En general, aclaró, esto se debe en parte a la inversión inicial que requieren estos sistemas, pero también a la tecnificación de cada explotación y a ciertos factores culturales. De hecho, se estima que en la actualidad el riego superficie sigue abarcando cerca del 90% del territorio cultivado.
Según el tipo de cultivo y el manejo que se realice, serán los sistemas más convenientes a aplicar. Es que si bien la inversión inicial en riego por goteo es considerada alta, el sistema permite mejorar la eficiencia en el uso del agua y los fertilizantes, reduciendo costos a largo plazo. Así lo estimó el especialista y aclaró que en el caso de los cultivos de alto valor y larga vida útil, la amortización del sistema es más viable. “Sin embargo, en cultivos de bajo margen o de ciclo corto, la relación costo/beneficio puede ser menos favorable”, aportó.
Así, desde el punto de vista del especialista, el riego por goteo es más eficiente para el crecimiento de los cultivos, sobre todo si se encuentra bien diseñado y manejado. Esto se debe a que de este modo es posible regar a demanda y evitar períodos de estrés hídrico no controlados, hecho frecuente en el caso del riego superficial. “También facilita la automatización y la aplicación de fertilizantes a través del sistema (fertirriego), mejorando la nutrición del cultivo. Además, en algunos casos, se puede adaptar para ser utilizado en la defensa contra heladas”, recomendó González Antivilo.
Costos
El ingeniero agrónomo indicó en relación a los costos, que dependiendo del tipo de equipamiento y la empresa instaladora, un sistema de riego por goteo puede costar alrededor de 5.000 dólares por hectárea. Sin embargo, además del sistema de riego propiamente dicho, se requiere de otras infraestructuras, tales como una sala de máquinas con bombas y filtros. En ese sentido, acotó que para optimizar su uso, también es recomendable contar con un reservorio de agua, aunque aclaró que estos costos pueden ser prohibitivos para algunos productores. Esto, especialmente en cultivos de menor rentabilidad o en zonas con acceso limitado a financiamiento.
La modificación de la tecnología de riego depende de diferentes factores, indicó el gerente de Indegap. Uno de ellos tiene que ver con la infraestructura disponible, ya que en muchos casos, es necesario adaptar la red hidráulica existente para incorporar un sistema presurizado. El segundo tiene que ver con la disponibilidad de agua, ya que es clave evaluar la calidad y cantidad del recurso hídrico disponible para determinar si el cambio es viable.
En tanto que otra variable a tener en cuenta es la inversión con la cual se cuenta. Esto es porque la implementación de tecnologías de riego más eficientes requiere de financiamiento o apoyo estatal en muchos casos. La capacitación es otro aspecto clave a resolver, puesto que la adopción de nuevas tecnologías no solo requiere instalación, sino también capacitación para un manejo eficiente.
Riego subterráneo tecnificado eficiencia hídrica
El sistema de riego subterráneo permite que el suministro se vea menos afectado por la evaporación. Imagen: gentileza Halpern.
González Antivilo destacó que, en los últimos años, se han lanzado programas de incentivo para la tecnificación del riego, lo cual ha permitido a muchos productores acceder a estas tecnologías. Pero aclaró que más allá de contar con financiamiento, es clave para los productores realizar un plan agronómico y comercial que justifique la inversión. Así, algunas preguntas clave a considerar son: ¿Cuántos kilogramos adicionales de producción necesito para cubrir la cuota de un préstamo? ¿En cuántos años recupero la inversión? ¿Mi sistema de producción está preparado para aprovechar al máximo el riego tecnificado?
Desde ese punto de vista, el especialista indicó que también es importante analizar opciones de financiamiento y buscar asesoramiento técnico para implementar un sistema adaptado a cada realidad productiva.
Financiamiento
Laura Torres, titular del Fondo para la Transformación y el Crecimiento, del Ministerio de Producción, se refirió a las diferentes líneas de crédito vigentes para productores, en relación a la eficiencia hídrica. En ese sentido, una de las que más ha fomentado el Gobierno de Mendoza tiene como principal característica la de permitir un plazo de devolución de hasta diez años, con la posibilidad de solicitar hasta dos años de gracia. En ese período quien solicitó el crédito sólo abona los intereses, en tanto que desde la finalización del segundo año comienza la devolución del capital.
Esa posibilidad, explicó la funcionaria, puede incluir iniciativas destinadas tanto a la instalación de sistemas de riego por aspersión o por goteo, como así también a la realización de impermeabilizaciones y represas. El capital también puede ser utilizado para la instalación de bombas, inclusive aquellas de panelería solar requeridas para equipos de bombeo ya existentes.
"Todo aquello que permita una mejora dentro de lo que son los sistemas de riego está contemplado que puedan ser financiados a través de esta línea de crédito”, aseguró Torres y agregó que otra característica de esta línea es que la totalidad de las tasas de interés son subsidiadas. “En este caso, se establecen tasas de interés crecientes en función del tamaño de la empresa o el productor beneficiado”, puntualizó.
Ya más de 30 bodegas de Mendoza cuentan con paneles solares para generar energía. - Gentileza Clúster de Energía Renovables de Mendoza
En ese sentido, un parámetro utilizado por el Fondo para la Transformación está ligado a la cantidad de hectáreas que el productor tiene cultivadas, no las que posee en total. Así, en función de esas extensiones se establece una tasa de interés aplicable. En el caso de los productores más pequeños, aquellos que tienen hasta 15 hectáreas, la tasa de interés es del 11%. A partir de ese valor sube levemente en las siguientes escalas. De este modo, por ejemplo, aquellos productores que cuentan con entre 15 y hasta 30 hectáreas, en la actualidad, la tasa aplicable es el 18,3%.
Torres aclaró que el interés se calcula como un porcentaje de la tasa activa del Banco de la Nación Argentina y es variable, aunque se actualiza por cada periodo de devengamiento. El hecho de que estas variables oscilen hacia la baja, colaboran a beneficiar a los productores, dijo.
Aclaró en lo referido a las garantías, que se solicitan la del tipo hipotecario, prendaria y aval de sociedad de garantía recíproca. “En el caso de que eventualmente hubiera algún proyecto más pequeño que no superara los 5 millones de pesos, el productor tiene la posibilidad de ofrecer como garantía una fianza personal. Tal como ocurre en un contrato de alquiler, se presenta un garante que tenga o bono de sueldo o que sea propietario de un inmueble”, explicó Torres y detalló que en ese caso la persona debe constatar que es titular de ese bien. En todos los casos, los trámites de realizan en forma virtual y a través de asesores.
En el caso de los créditos, Torres aclaró que los mismos están exentos de IVA y no hay gastos ni comisiones. “Solamente tenemos un gasto al inicio del periodo que se cobra del 1,5% del monto que se desembolsa. Es el único cargo que hay dentro del financiamiento. Todos estos elementos hacen que el costo financiero total de la operación termine siendo muy similar a la tasa nominal anual que tiene el crédito”, detalló.
Por otra parte, la línea de eficiencia hídrica que promueve en la actualidad el Fondo para la Transformación y el Crecimiento permite que se financie con los mismos beneficios todas las instalaciones de los equipos de riego que tengan por objetivo la defensa activa contra heladas. Esto significa que cuando se instalan sistemas de riego por aspersión con esta finalidad -generalmente se instalan los tradicionales más el complemento para la defensa contra heladas-, se aplican las mismas condiciones que para la línea de eficiencia hídrica, con el adicional de financiación de hasta el 100% de la inversión neta de IVA.
“Cuando el proyecto es eficiencia hídrica exclusivamente, la financiación es de hasta el 75%, mientras que si se incluye el componente de defensa activa contra heladas, ese porcentaje se eleva al 100%”, aclaró Torres.
Bajar costos
Desde el punto de vista de Fabián Fusari, presidente de Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de la Provincia de Mendoza (Asocamen), si bien es una realidad “todos los tipos de riegos funcionan para las hortícolas”, en los últimos tiempos las problemáticas ligadas al consumo de energía son las que están marcando los cambios que se requiere efectuar.
Fusari destacó en este sentido que el alto valor de la energía eléctrica es hoy uno de los principales desafíos. “Por lo tanto tenemos que hacer un buen uso de esos recursos para que los costos también puedan ser un poquito más competitivos en el cultivo del ajo”, ejemplificó y detalló que los sistemas de riego más efectivos que está aplicando el sector “están yendo hacia lo que es el riego por goteo, gota a gota, y también el riego por pivot. Eso ayuda a eficientizar mucho, el recurso agua”, aclaró el presidente de Asocamen.
En cuanto al riego por goteo, indicó Fusari, lo ideal es contar un reservorio en el cual recibir el recurso y que sea destinado desde un derecho de agua, un turno, o bien, de una perforación. Agregó que ese tipo de infraestructura ayuda a que sea posible contar con el recurso hídrico o bombear el líquido vital en horas de baja. “Las horas de baja van desde las 11 de la noche hasta las 2 de la tarde y ahí la energía eléctrica es más económica. Entonces, bueno, tener un reservorio ayuda a poder reservar agua con una energía más barata”, detalló Fusari.
En cuanto a estructuras, consideró que depende de dónde provenga el agua, (es decir, si viene de un río de derecho de agua o si viene de una perforación subterránea), va a ser el sistema de filtrado que se necesite. En ese sentido, aclaró que si existe arena en suspensión o limo en suspensión, es necesario filtrarlo, de manera que el agua, al ingresar a las cintas de riego, no genere una obturación, es decir, los goteros.
“El sistema de filtrado es importante. Después a través de cañerías primarias y secundarias y cintas de riego se va distribuyendo por los surcos o lomos donde se van a cultivar las distintas hortalizas”, explicó Fusari al explayarse en los mecanismos que en la actualidad se aplican en los campos donde se cultivan hortalizas.
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Gentileza
Respecto del traspaso de riego por manto por superficie hacia el río, por goteo presurizado, Fusari indicó que ese proceso requiere de infraestructura, ya que es clave incorporar elementos y enterrar las cañerías a través de las cuales se va a transportar el agua. “No es algo imposible”, remarcó y detalló que como en el caso de los cultivos se genera una inversión, esta reconversión implica un gasto significativo: se estima que aproximadamente una hectárea de riego por goteo, (dependiendo de la complejidad del sistema de filtrado y lo que tenga) el valor oscila alrededor de los 3.500 dólares por hectárea.
“Es un costo alto; en la medida que podamos tener llegada a través de distintos créditos habrá más posibilidades”, detalló Fusari y consideró que, de todos modos, esas inversiones, en el caso de poder concretarlas, se van amortizando con el tiempo, ya que es un sistema de riego puede durar diez, quince e incluso 20 años, según el mantenimiento que se logre y el lugar en el cual está expuesto. “Tiene mucha duración, así que es aconsejable ir de a poco hacia ese cambio”, recomendó Fusari.
En el caso del riego presurizado, dijo, la ventaja -ya sea por pivot o por goteo-, es que se genera una muy eficiente distribución del recurso hídrico. De este modo, se logra que el riego sea uniforme en todos los sectores del cultivo, ya que se logra la misma cantidad de agua distribuida, lo cual colabora a la uniformidad del producto que se busca obtener.
“Ayuda mucho a mejorar la calidad y cuando uno tiene calidad también se transforma en un parámetro muy importante a la hora de tomar decisiones por parte de los compradores, o sea, quieren un producto que realmente sea uniforme a la vista, con buenos colores, sabores, aromas. Yo creo que ayuda mucho la distribución del agua para lograr esos parámetros tan importantes en la comercialización”, sintetizó Fusari.
Tecnología de punta
Fernando González Anta, es el titular de la empresa de riego Abatech. Detalló que en los últimos años se ha notado un incremento en la demanda de los servicios que presta la compañía, cuya sede está radicada en Tucumán. Indicó que los avances logrados en materia tecnológica consisten en el manejo y control automatizado de válvulas de riego, informes instantáneos del uso del agua, equipos de fertilización proporcional automatizado, radiofrecuencia, sondas de medición de humedad, temperatura y sales de suelo, como así también plataformas y paneles de control para agilizar la toma de datos y tomar mejores decisiones a la hora de usar el agua.
En ese caso, todos los equipos son dirigidos de manera remota y están conectados a la nube, por lo que es posible controlarlos desde cualquier dispositivo al cual se tenga acceso. Así, con precios variables según cada equipo que se utilice, estos servicios, aclaró González Anta, guardan numerosos beneficios, debido a que cada gota que se emana es controlada, por lo que es posible evaluar el suelo y la cantidad de recurso vital utilizado, midiendo los excesos o deficiencias de una manera más concreta.