Guillermo San Martín: “Todavía está quedando bastante ajo por salir, casi 50% de la cosecha”

El gerente de la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines asegura que los precios este año no son buenos y eso está complicando las ventas.

Plantea que los productores deberían intentar vender el ajo ahora, al mejor valor que consigan.
Plantea que los productores deberían intentar vender el ajo ahora, al mejor valor que consigan.

El año pasado, para esta fecha, el coronavirus obligó a China a frenar sus exportaciones y el mercado internacional se desabasteció de ajo, lo que provocó que los precios subieran y Argentina se quedara sin producto, incluso para el mercado interno. En 2021, en cambio, aún hay 50% de la cosecha sin vender porque los precios son inferiores a lo esperado.

Guillermo San Martín, coordinador general de Asocamen (Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de la Provincia de Mendoza), plantea que los productores deberían intentar vender ahora, al mejor valor que consigan, y planificar una siembra un 10 a 15% inferior a la de esta temporada. De otra manera, podría haber demasiado ajo a fin de año y la sobreoferta bajará más los precios.

-¿Cómo estuvo esta temporada?

-Las expectativas de precios que teníamos en noviembre no se han cumplido. Estábamos esperando que en enero o febrero se recuperara un poco. Y sí, se recuperaron, pero estamos todavía casi un 15% debajo de lo esperado. Tenemos preocupación porque todavía está quedando bastante ajo por salir, casi 50% de la cosecha a enero.

Y la preocupación va por dos lados. Primero, que el productor pueda vender toda su producción. Y segundo, que, si eso no sucede, se va a ver reflejado automáticamente en más cantidad de semilla, que va a terminar aumentando la oferta. Entonces, si esta situación en el mercado se mantiene, la mayor oferta termina profundizando la crisis del sector.

Si los precios este año no han cumplido las expectativas, con una mayor oferta y encima con concentración de ajo morado, los precios van a bajar todavía más en diciembre y enero. Porque lo que va a pasar es que va a aumentar la superficie de morado.

-La pasada fue mejor…

-El año pasado, a esta altura, la oferta china se frenó por la pandemia y eso permitió que se desabasteciera nuestro stock rápidamente y que se recibieran muy buenos precios. Este año eso no va a pasar, pero esperamos que, con algunas acciones que se están haciendo en Brasil para frenar la importación de ajo chino que no paga el antidumping, se pueda tonificar un poco el precio. Y también que acá, con otras que está desarrollando el gobierno nacional para controlar la competencia desleal, se pueda mejorar un poco el precio y de esa forma se empiece a sacar ajo para la venta.

-¿Por qué queda 50% de la cosecha sin vender?

-A finales del año pasado, los precios en Brasil no eran buenos. El productor que puede guardar ajo para venderlo después, a mejores precios, lo hace. Básicamente, estamos esperando mejores precios para poder sacar el ajo. El mercado estaba lento, “enfriado” por toda la oferta china que hubo de julio a setiembre.

A principios de 2020, cuando China deja de vender, automáticamente todos los precios a nivel mundial aumentan. En mayo o junio, el ajo que nos quedaba a nosotros aumentó bastante el precio y se vendió todo a Brasil. De hecho, nos quedamos sin ajo para el mercado interno. Y, de repente, cuando China levanta su cuarentena, no solamente se sacaron de encima ajo del año pasado, sino que empezaron a vender el de la cosecha nueva. Inundaron el mercado y bajaron el precio a la mitad.

En esa época, normalmente, el precio del ajo chino viene subiendo, pero, en 2020, para sacarse todo el stock, bajaron muy agresivamente. En agosto y setiembre está saliendo el ajo brasilero. Entonces, se le puso más complicado a los brasileros que a nosotros, pero esa inercia de precio bajo, por la mayor oferta china, más el ajo brasilero -que también tuvieron que bajarlo para poder vender-, hizo que cuando entró el ajo argentino, estaban tirando el precio para abajo. Estábamos esperando que se vaciara un poco el mercado y que el precio suba para empezar a vender el ajo argentino.

-¿Cuándo podría suceder?

-Se vio algo en el mes de enero. Mejoró un poquito el precio. En diciembre, estábamos un 25% debajo de lo que habíamos esperado y en enero, y todavía hoy, un 15% por debajo. Se recuperó un 10%, pero seguimos con ese 15% abajo. Igual, ahora generalmente se vacía mucho más el mercado y empieza a salir el ajo con más fuerza. Pero el importador brasilero se aprovecha porque uno tiene que vender.

-¿Qué tan extendida está la posibilidad de guarda?

-Hay variedades de ajo que se pueden guardar un poco y otras que se pueden guardar mucho más. Y esas que se pueden guardar mucho más, si el empacador tiene frigorífico, puede esperar hasta julio o agosto, y si le hace un tratamiento con un producto antibrotante, todavía lo puede guardar un poco más.

El problema es que lo que principalmente producimos es ajo morado, que no tiene capacidad de guarda. Y ese es el miedo que tengo, que, con estos calores y estas lluvias, empieza a brotarse. Si no vende el producto, el productor lo va a plantar y no va a producir un ajo de calidad; va a producir más ajo de la misma calidad.

El morado es un ajo que no está diferenciado. Es el mismo que venden los chinos. Es la variedad que más producimos porque es más rústica, más rendidora y necesita menos financiamiento. Pero si lo han tratado y lo tienen en frigorífico, tal vez hasta abril llega. El tema es que muchos productores no tienen acceso a estas tecnologías.

-¿Existe alguna alternativa para ellos?

-Hoy es preferible venderlo como está. Que el productor seleccione las semillas. Que plante lo mejor y no “lo que le quedó”. Porque, generalmente, las semillas que selecciona son el mejor diente y eso hace que obtengan un ajo de mayor calibre. Ante la situación actual es preferible desprenderse del ajo ahora, al mejor precio que le paguen y que trate de producir menos con mayor calidad. Lo ideal sería que plantara un 10 o 15% menos, para que el año que viene haya equilibrio de mercado y precios estables. El mismo productor es el que baja el precio cuando hace más superficie de menor calidad.

¿Cuál es el precio actual?

Lo vamos a poder decir en julio, porque nos manejamos con precios de la temporada. Pero sí puedo decir que estamos quizás un 30% por debajo de la del año pasado y casi 50% por debajo de la 2018-19, que fue muy buena y la caja (de 10 kilos) estuvo por encima de los 25 dólares. Pero no quedó tanto en rentabilidad porque el costo de producción que teníamos era alto.

Esperábamos estar 10% por debajo del año pasado. En noviembre, cuando leíamos los informes de la Embajada Argentina en China, proyectábamos precios un 30% más altos de los que tuvimos en diciembre y 15% más altos en enero. No son precios malos, a los productores se les ha pagado bien por el ajo que ya salió. Pero, en general, el año que viene no es buena la perspectiva.

¿Hay nuevos mercados?

Han estado muy interesantes Estados Unidos y Taiwán para quienes han tenido ajo. Pero no es algo que vaya a ser permanente. Si China no puede ingresar, hay oportunidades, pero son mercados chicos comparados con Brasil. Brasil nos compra más de 100 millones de dólares al año y éstos, 3 o 4 millones de dólares. No nos mueve la balanza, porque lo aprovechan unas 10 empresas de Mendoza y otras tantas de San Juan, que tienen la variedad que ellos buscan, que es el ajo blanco. La Unión Europea, los últimos años, viene bastante tibia. Y Brasil, que es nuestro gran mercado, es el que nos está decepcionando.

-Es decir, que la concentración en una variedad y un mercado complican al sector…

-Una cosa va de la mano de la otra. Tenemos mucho ajo morado porque nuestro principal mercado es Brasil, que lo compra. Y no vamos a la Unión Europea o Estados Unidos porque somos caros y solamente nos compran ajo de muy buena calidad, que todavía es competitivo. Pero si queremos competir con los españoles, en un ajo promedio, no podemos porque nuestro precio es más alto y quizás España hasta tenga mejor calidad. El día que podamos bajar nuestros costos de logística, laborales, vamos a poder recuperar esos mercados y dejarle de mandar todo a Brasil, que es un muy buen mercado, pero ocasiona un montón de problemas.

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