Aceite de oliva: la marca Mendoza para la alta calidad cumple un año

El 3 de junio se celebrará la obtención de la primera IG del continente, un recorrido por la industria olivícola local que consolidó el deseos de transformarse en la referencia de Argentina.

Aceite de oliva. El certificado IG también ha contribuido a preservar su excelencia fijando determinadas normativas físico-químicas y sensoriales.
Aceite de oliva. El certificado IG también ha contribuido a preservar su excelencia fijando determinadas normativas físico-químicas y sensoriales.

El reconocimiento de la Indicación Geográfica (IG) otorgado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación al Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) de Mendoza, por su calidad y características comprobadas, el 3 de junio cumple un año. Un momento oportuno para evaluar al avance que ha conseguido la industria olivícola local en materia de producción, de marketing y para observar cuáles son sus nuevos desafíos.

Productores, elaboradores e instituciones han trabajado juntos para mejorar la calidad del producto, incluso han ganado premios internacionales, posicionando al AOVE mendocino en un lugar destacado en la reciente edición del concurso Anatolian IOOC 2023, en Turquía, uno de los certámenes más prestigiosos del mundo, donde 13 de los 21 productos argentinos que fueron galardonados con medallas de oro y plata compartían la IG.

En el medallero global, Argentina se posicionó en el tercer lugar, luego de Turquía y Grecia, y superó a países tradicionalmente fuertes como España, Italia o Portugal. “Para mí, en poco tiempo se ha avanzado en lo comercial, en el marketing y en los envases, pero además generó el agrupamiento de productores, elaboradores e instituciones (universidades, colegios, etc.) para avanzar”, sostiene la ingeniera agrónoma y especialista en olivicultura Mónica Bauzá.

Para la jurado internacional, los aceites mendocinos, tanto en varietales como blends, son de máxima calidad y el certificado IG también ha contribuido a preservar su excelencia fijando determinadas normativas físico-químicas y sensoriales. Según detalló la publicación oficial, el aceite mendocino debe tener un alto contenido de ácido oleico otorgado por la latitud de cultivo y el clima. Presencia de la variedad típica de la zona (Arauco), con un mínimo de 20 y un máximo de 50%, pudiendo aparecer como variedades complementarias: Frantoio, Arbequina, Farga, Coratina, Picual y Corneiki, todas presentes en la zona delimitada.

Mientras que, al avanzar sobre un perfil sensorial para el producto, este debe presentar un frutado intenso, con atributos positivos como el amargo y picante de intensidad media-alta y no debe contar con defectos. Con cuerpo a la boca y en nariz destacar un frutado ligero.

El sello de la Indicación Geográfica permite asegurar la calidad del aceite de oliva
El sello de la Indicación Geográfica permite asegurar la calidad del aceite de oliva

“Me sorprendí el año pasado en Jaén, éramos 30 personas de 18 países; ya habíamos logrado la IG, muchos que no sabían dónde estaba la provincia pero la conocían del mundo vitivinícola; empezamos a dar difusión y Mendoza comenzó a ser un lugar en el mundo de la olivicultura, con una identificación geográfica, que no es fácil obtener, empezamos a fortalecer la imagen de Mendoza donde además de grandes empresas, afloran pequeñas fábricas y almazaras con productos de muy alta calidad”, contó Mónica Mirábile, responsable de la fábrica de aceite de la UNCuyo.

Un hito en la historia

Después de años de trabajo y esfuerzo, la publicación en el Boletín Oficial de la resolución definitiva que otorgó la denominación de origen para el AOVE de Mendoza, representó un hito histórico, porque es la primera Indicación Geográfica para un aceite de oliva fuera de la Unión Europea, después de Túnez. Trabajo que han desarrollado el Instituto de Desarrollo Rural, Asolmen, las universidades y los privados. “El año pasado, éramos nueve empresas las que logramos el sello de la identificación geográfica, pero para la temporada 23-24 aumentó la demanda de certificaciones y se han hecho las auditorías correspondientes desde el IDR, tanto en las almazaras como en las fincas”, puntualizó Mirábile.

El “Protocolo de Producción para Aceite de oliva virgen extra de Mendoza”, fue aprobado por el secretario de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. Con esta medida se garantiza la protección legal del nombre, el producto y el grupo interesado, además de establecer la obligatoriedad del uso de un sello distintivo correspondiente a la IG en todos los productos amparados por la misma.

“El sábado vamos a dar comienzo al segundo año de implementación de la IG y el resultado ha sido altamente positivo. Porque le agregamos un arma más para la comercialización del aceite de oliva de Mendoza y destacamos su calidad con una distinción que es la primera que se da en América Latina”, comentó Mario Bustos Carra. El gerente de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen) agregó que el balance es positivo, porque el año pasado se suscribieron nueve empresas a la IG, “ahora renuevan esas empresas y se suman 12 más, lo que quiere decir que hay un interés y un agregado de valor realmente muy importante”.

Miradas de futuro

Mientras que a la hora de hablar sobre lo premios internacionales, el gerente de Olivicola Laur, Gabriel Guardía destacó que un termómetro que mide la veracidad del trabajo que se realiza en la provincia, “porque nosotros como mendocinos hacemos nuestra IG y podría ser subjetivo decir que tenemos una calidad identificatoria respecto al resto de los aceites, ¿no? Pero ante jurados internacionales, en uno de los concursos más importantes del mundo, valoren tu producto y confluyan en que sos el mejor está hablando de algo mucho más profundo”.

De cara al futuro los distintos actores concuerdan en que se necesita crear una política de incentivos para los productores, para incrementar la plantación de olivos y recuperar el lugar que tenía la olivicultura en Mendoza. “El siguiente paso que hay que dar es plantar más olivos. Crear una política de Estado para incentivar a que los productores puedan volcar cierto grado de sus ganancias, que hoy se destinan a impuestos, en plantar olivos”, señaló Guardía.

Para el empresario la única forma de podamos mejorar Mendoza y de seguir en este camino es el crecimiento de la superficie cultivada. Porque “sin fruta no podemos tener higiene, no hay cultura de trabajo y de labranza. Así que necesitamos fervientemente un plan de estado para ayudar a los productores grandes, medianos y chicos a recuperar nuestra olivicultura perdida”, puntualizó.

El sello de la Indicación Geográfica permite asegurar la calidad del aceite de oliva. El año pasado nueve empresas comenzaron a darle vida a este sello distintivo, tras los estudios necesarios esta temporada serán 20 las empresas locales que integraran el sistema. (Foto Gobierno de Mendoza)
El sello de la Indicación Geográfica permite asegurar la calidad del aceite de oliva. El año pasado nueve empresas comenzaron a darle vida a este sello distintivo, tras los estudios necesarios esta temporada serán 20 las empresas locales que integraran el sistema. (Foto Gobierno de Mendoza)

En el mismo sentido, Bustos Carra marcó que los próximos pasos también dependen de la una política económica que se trace un plan que fije “exactamente hacia dónde nos dirigimos y que nos permita desarrollar planes de exportación, aunque sea a corto plazo”. Una política que sea coherente con respecto a la lucha contra la inflación y al tratamiento de las economías regionales, “respetando las formalidades y la idiosincrasia de cada una. Yo creo que eso es lo mejor que se pudo hacer”, concluyó.

En tanto que Mónica Bauzá agregó que para mejorar la reputación de Mendoza como uno productor de aceite de oliva de gran calidad se deben dar muchos pasos, incluyendo el plantar más olivos de diferentes variedades y “preservar el bosque existente”. También remarcó que de la mano de la mano de las tareas culturales y de los trabajos en las almazaras, también se atienda los gustos del consumidor, porque “es muy importante que el consumidor conozca las cualidades del producto que se elabora, hay que enseñarle lo que es un buen aceite de oliva virgen extra en Mendoza”.

El camino comenzó en 2018, cuando la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen), entidad gremial que agrupa a las principales empresas olivícolas, junto con el IDR, el Panel de Cata de la UNCuyo y numerosos empresarios y referentes del sector, iniciaron el largo proceso de diferenciar el aceite de oliva de Mendoza por su origen. Un primer paso que se consolidó con una marca de identidad y el deseo de recuperar una actividad que supo posicionar a Mendoza como el principal productor de olivícola de alta calidad en Argentina.

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