La pelea por el botín de los planes sociales

La pelea que se viene observando entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner encuentra en este tema un nuevo capítulo y pone de manifiesto el manejo clientelar ejercido desde el poder.

Cristina en el plenario de la CTA de los Trabajadores que se realiza en Avellaneda y en ocasión del Día de la Bandera.
Cristina en el plenario de la CTA de los Trabajadores que se realiza en Avellaneda y en ocasión del Día de la Bandera.

El debate sobre la administración de los planes sociales que otorga el Estado nacional a los sectores vulnerables de la población se instaló con fuerza en el oficialismo. En los últimos días la relación entre las organizaciones sociales a cargo de la distribución de esos beneficios y los sectores internos del Gobierno mostró un notable enrarecimiento.

Bastó con que la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, criticara en un discurso la por ella denominada “tercerización” del manejo de los planes sociales para que salieran a la luz enormes desinteligencias por el manejo de dicha caja, no sólo a cargo de organizaciones del peronismo sino, también, de sectores de izquierda que habitualmente ganas las calles con manifestaciones multitudinarias.

Todo parece indicar que el principal objetivo de la ex Presidenta es lograr que el manejo de dicha ayuda tenga mayor control de los intendentes y gobernadores de provincia de su propio espacio. Es evidente que en una Argentina con 17 millones de personas pobres la asistencia que llega desde el Estado permite sostener medianamente por encima de la línea de pobreza a muchísimos argentinos. Pero también se sabe que dichos paliativos no van al núcleo más profundo del problema social.

La ayuda social no debería ser otra cosa que un mecanismo de tránsito para quien, por distintas circunstancias, queda temporalmente sin una fuente laboral que le asegure un ingreso.Pero nunca como un modo de vida, puesto que su duración en el tiempo no soluciona la fragilidad social de quien la recibe. Pese a ello la subsistencia planera en muchos casos es sorprendente. En reiteradas ocasiones, desde la Universidad Católica Argentina (UCA), que realiza estudios permanentes sobre la situación social en el país, se alertó que, de no existir planes de asistencia por parte del Estado, el índice de pobreza podría llegar a porcentajes mucho más elevados que los actuales, que son alarmantes.

Sin embargo, apreciaciones del experimentado sociólogo Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, sostienen, en línea con lo que venimos expresando en estas líneas, que el recurso de los bonos de ayuda no dejará de tener siempre sólo un efecto de alivio temporario. “No dejarán de ser más que eso, por lo que no se pueden ver como algo sostenible en el tiempo, ya que se trata de un mecanismo de asistencia que no está fundado”, manifestó en declaraciones periodísticas.

Volviendo al último discurso de la Vicepresidenta de la Nación, se debe tener en cuenta que el mismo puede resultar fácilmente engañoso. Si hubo gobiernos que apostaron por los planes sociales esos fueron los del kirchnerismo, muy particularmente durante las dos presidencias de Cristina Fernández. Por otra parte, el mantenimiento de los planes constituye una forma de mantener una buena base electoral y el dominio de la calle, tradicional herramienta política del peronismo ahora más opacada.

La pelea que se viene observando entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner encuentra en este tema un nuevo capítulo y pone de manifiesto el manejo clientelar ejercido desde el poder. Por ello resulta necesario que en el país se ponga punto final a estas políticas demagógicas y se apueste decididamente por el trabajo genuino.

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