Woody Allen acaba de iniciar en la ciudad de San Sebastián, en el País Vasco (España), el rodaje de su nueva película, convencido de que "probablemente me muera en medio del montaje de una película o en un set, rodando", como declaró hoy en una rueda de prensa.
Según la agencia Efe, presentó su nuevo proyecto, aún sin título, acompañado por el fundador de Mediapro Studio, Jaume Roures, y de parte del elenco con el que filmará desde mañana, las actrices Elena Anaya y Gina Gershon y los actores Sergi López y Wally Shawn.
Allen se mostró distendido y no rehusó ninguna de las cuestiones que le persiguen desde que las denuncias por abuso sexual de una hija adoptiva, fogoneadas por su ex mujer, Mia Farrow, le acarrearon un vacío en su país, donde no pudo estrenar su anterior trabajo "Un día lluvioso en Nueva York", que, sin embargo, llegará a las pantallas europeas y en la Argentina se verá en noviembre.
Todo ese ambiente y sus 83 años no le hacen plantearse la retirada: "Nunca pienso en jubilarme, nunca, no es algo que se me haya ocurrido", explicó, para añadir que trabaja "siete días a la semana".
"No pienso en detenerme, no pienso en movimientos políticos, sociales, no estoy equipado mentalmente para tener una visión profunda de esos conflictos, yo trato de relaciones humanas, de la gente, de la comedia", sostuvo.