Uno de los primeros juicios previstos para el año entrante es el que tiene como acusados a una pareja de cartoneros, imputada por matar a dos ancianos durante un robo. El doble crimen fue uno de los más cruentos de 2014: las víctimas fueron arrojadas con vida a un canal de Maipú, donde murieron ahogadas. Los ladrones se apoderaron del vehículo y de otras pertenencias de las víctimas y escaparon.
Alfredo Osorio (22) y su pareja, Carolina Olmos (24), hasta agosto del año pasado eran apenas "cirujas": vivían de cosas que encontraban tiradas en las calles, se movilizaban en una vieja carretela y no tenían antecedentes policiales ni de ningún tipo aunque ambos, según se supo después, tenían graves problemas de adicciones.
Pero el domingo 17 de agosto del año pasado, para la Justicia se convirtieron en asesinos: hay suficientes pruebas en el expediente como para considerarlos responsables de las muertes de los jubilados Paulina Bronzini y Antonio Ortega (ambos de 76 años de edad).
Los sospechosos cayeron horas después de conocidos los asesinatos ya que las huellas que dejaron, al intentar deshacerse del botín, fueron tan elementales que los delataron.
Desde entonces, pasan sus días presos, a la espera de que la Justicia resuelva su situación penal.
El jueves de la semana pasada, se realizó una audiencia en la Séptima Cámara del Crimen donde las partes ofrecieron sus pruebas; tras eso, se decidió que sean enjuiciados durante los primeros meses del año entrante ya que no queda mucho que hacer en cuanto a la instrucción.
Osorio está acusado de homicidio criminis causa y Olmos de partícipe necesario en el doble crimen. Ambos pueden recibir una condena perpetua.
Crimen atroz
Los jubilados Bronzini y Ortega fueron emboscados cuando iban a comer algo en las inmediaciones de la Virgen de Lourdes, cerca de las rutas 7 y 40 del distrito Agrelo, en el departamento de Luján de Cuyo.
Iban en su Citroën C3 al que, según consta en el expediente judicial, se subieron los ladrones. Los cuatro -víctimas y victimarios- fueron hasta un descampado cercano a la planta potabilizadora de la zona de Lunlunta, en el departamento de Maipú.
En ese sitio se produjo el atraco: Osorio despojó de sus objetos personales a los dos jubilados y, ante la resistencia de las víctimas, las arrojó al canal.
Arrojados al agua
Los dos septuagenarios fueron arrastrados por las aguas del canal y, de acuerdo con la necropsia, murieron por asfixia por inmersión.
En la investigación se determinó que Olmos -que para entonces estaba embarazada- no presenció el momento en que su pareja empujó a las víctimas.
Paralelo al hallazgo de los cuerpos, se encontró el Citroën C3 quemado en el Bajo Luján: al auto solamente le faltaban las cuatro ruedas.
Las huellas de los neumáticos llevaron a la casa de los acusados, prueba que se sumó al relato de varios vecinos de la zona que afirmaron haber visto el vehículo robado en la puerta de la vivienda. " Ésta es gente muy pero muy pobre, sin educación, que se dedica al cartoneo y que de un día para otro comete este hecho tan atroz", dijo un investigador tras el brutal asesinato.