Eclipsados por la lesión de Edinson Cavani, Francia y Uruguay chocarán hoy, desde las 11 de la mañana (hora argentina), por un lugar en las semifinales del Mundial. Luis Suárez y la muralla defensiva celeste contra el vertiginoso ataque galo con Kylian Mbappé y Antoine Griezmann prometen un duelo espectacular.
¿Sin el Matador?
El goleador uruguayo del París Saint Germain tocó el cielo con las manos en el choque de octavos de final ante Portugal (2-1). Dos goles de ensueño y la clasificación lo elevaron más alto que nunca. Pero la caída fue brusca.
Una lesión en su gemelo pone un enorme signo de interrogación a su presencia en el partido de cuartos de final, frente al país que disfruta sus goles todos los fines de semana.
El goleador saltó ayer al campo de entrenamiento en el búnker celeste en Nizhni Nóvgorod y abre una mínima luz a la esperanza, pese a trabajar diferenciado de sus compañeros.
El seleccionador uruguayo pidió en conferencia de prensa “24 horas de paciencia, nada más” para saber si podrá jugar o no un Cavani que tiene en vilo a un país.
En Twitter, la selección publicó fotos del trabajo en el gimnasio con Cavani sonriente estirando a la par de los demás futbolistas.
Cristhian Stuani, delantero del Girona de España, sustituyó a "Edi" tras la lesión ante los lusos y su entrada al equipo sería el movimiento más esperado de Oscar Tabárez.
“Preparo a mi equipo para el caso de que esté Cavani”, dijo ayer el técnico galo Didier Deschamps.
Godín y la muralla celeste
Sin despreciar el poder ofensivo de Uruguay, el mundo alaba su defensa. Un solitario gol recibido en cuatro partidos es argumento más que suficiente para aplaudir al capitán Diego Godín y compañía. “Lo llevan en los genes", destacó Deschamps.
Godín es el patrón de la defensa y junto a José María Giménez, compañero del Atlético Madrid, forman un dúo que es la envidia de muchos y una de sus misiones será controlar a la estrella Antoine Griezmann, también “Colchonero”.
“Para ellos es una ventaja porque le conocen bien, pero Antoine también sabe cómo hacerles daño”, relativizó Deschamps.
Pese a alabar el juego de los “Bleus”, Tabárez se aferró a la esperanza: “Sería maravilloso, no por el sólo hecho de llegar tan lejos, sino por derrotar a un gran equipo”.
Cortar con tanta dulzura
La previa dialéctica venía bien. Antoine Griezmann declaró una vez más su amor por Uruguay, mientras recorría Rusia con termo y mate bajo el brazo.
Pero Luis Suárez le puso en su sitio: “Antoine, por más que diga que es medio uruguayo, es francés y no sabe lo que es el sentimiento de un uruguayo, no sabe la entrega y el esfuerzo que hacemos desde chicos para poder triunfar en el fútbol con tan pocas personas que somos”, lanzó.
Un tren de alta velocidad
Tras una primera fase que provocó ciertas dudas, Francia destrozó a la Argentina de Messi con un fútbol de alta velocidad, con el joven Kylian Mbappé, de solo 19 años, como estilete, con dos goles y un penal cometido sobre él que transformó Griezmann.
Las incorporaciones de los laterales, Benjamin Pavard y Lucas Hernández, también desarbolaron a un equipo albiceleste que tampoco pudo competir en músculo con la medular francesa, formada por Kanté, Pogba y Matuidi (hoy suspendido por amarillas).
Horizonte complicado
El juego encuentra a dos equipos que han ido creciendo en el torneo y que sueñan en grande: Uruguay quiere sumar una estrella en colores y la Francia de Didier Deschamps, capitán en el triunfo en 1998, busca su segunda corona.
Aunque antes de alcanzar la final de Moscú del 15 de julio y tener la posibilidad de luchar por el título, el ganador de este duelo se enfrentará en semifinales al vencedor del otro choque estelar de los cuartos, el Bélgica-Brasil, que se disputará hoy en Kazán.
Muchos amigos en un duelo atrapante
Ya lo advirtió Luis Suárez: “amigos afuera de la cancha. En el terreno de juego uno deja la vida por la camiseta de su país”.
Estrechas relaciones personales pasarán al olvido cuando Uruguay enfrente hoy a Francia.
El capitán uruguayo Diego Godín es padrino de un hijo de Antoine Griezmann, con quien juega en Atlético de Madrid, donde también militan el uruguayo José María Giménez y el francés Lucas Hernández. Suárez será marcado por Samuel Umtiti, compañero en Barcelona, mientras que Edinson Cavani forma dupla de ataque con Kylian Mbappé en París Saint-Germain.
Griezmann tiene una estrecha relación con Uruguay desde jovencito, cuando un DT de ese país, Martín Lasarte, lo hizo debutar en la primera división con la Real Sociedad a los 18 años. En ese mismo club, su compañero de ataque era otro uruguayo, Carlos Bueno. Y cuando llegó al Atlético de Madrid encontró primero al “Cebolla” Rodríguez y después a Godín y a Giménez. Le encanta el mate, es hincha de Peñarol y ha tomado muchas costumbres uruguayas.