Malargüe está a pleno, viviendo la Fiesta Nacional del Chivo. Juan Agustín Seco (30), en complicidad con el intendente Juan Manuel Ojeda y La Beriso, terminó por dar el toque distintivo que lo catapultó a todos los confines. La otra gran protagonista de una increíble historia romántica es Giuliana Bravo (26).
El miércoles por la noche, el joven se arrodilló delante de su amada y, como un caballero andante, le pidió matrimonio. El detalle es que la declaración de amor eterno fue en medio del recital de la popular banda, arriba del escenario y con Rolando Sartorio (líder del grupo de rock) como testigo junto con las 45.000 personas que colmaron el predio donde se realiza el festival.
"Siempre tuve el sueño de hacer algo grande, distinto para pedir matrimonio a la persona que yo supiera que es el amor de mi vida", reveló Juan Seco.
"No lo podía creer, me salían las lágrimas, me reía. Después todos nos aplaudían y saludaban en la calle. Todavía estamos nerviosos por todo", contó Giuliana Bravo.
Las gestiones con los representantes de la banda las hizo personalmente el cacique malargüino.
Juan convive con Giuliana desde hace más de un año y trabajan a destajo para tener la casa propia. Ambos son separados y tienen hijos. Él, un pequeño de 3 años y ella, una niña de 4. Él es maquinista en la Municipalidad y su amada hace trabajos de depilación y maquillaje. Se conocieron por Instagram y, después de salir por un tiempo, ella aceptó dejar San Rafael, su tierra natal, para vivir en Malargüe con él.
Cuando Juan se enteró que La Beriso sería parte del artistario de la edición 34 de la Fiesta del Chivo, comenzó a imaginar lo que haría, a sabiendas de que a Giuliana le fascina la banda.
"Unos 10 días antes envié un mensaje al intendente Ojeda por las redes sociales para pedirle ayuda y le conté mis planes. Él sólo me pidió un teléfono de contacto y me dijo que después me iba a llamar. Pasaron los días y pensé que no me iba a llamar más, pero ese día recibí un llamado de un número desconocido y me dijeron: 'Soy el intendente, ya lo tengo todo listo'. Y ahí me volví loco. Es más, no había comprado el anillo, le conté a mi mamá, mi hermana me prestó la plata porque todavía no cobraba y lo fui a comprar", relató el feliz novio.
El plan marchaba sobre ruedas. La pareja debía llegar al predio lo más temprano posible, y el jefe comunal pondría a Juan con los representantes de la banda para coordinar todo. El momento clave sería en la canción titulada "Pensamiento".
El detalle es que cuando llegaron a la cola "había dos cuadras y media de gente esperando para entrar y no avanzaba más. El intendente tuvo que enviar a unas personas de seguridad para que me hicieran pasar. Me miraban todos con cara de enojo, como diciendo: '¿Por qué a él sí y a nosotros no?'", recordó Juan.
Una vez que sortearon el último obstáculo, llegó el gran momento. Con muy buena predisposición Rolo Sartorio los hizo subir al escenario. "Estaba muy nerviosa pero pensé que se trataba de una foto, nada más. Ya estaba feliz, pero cuando el cantante le dijo a Juan que agarrara el micrófono, me preguntó si me casaría con él y se arrodilló, fue algo inimaginable. Cuando miré al público y veía todos esos celulares filmando no lo podía creer. Después la gente en la calle nos gritaba 'viva el amor,' 'felicitaciones', nos aplaudían... y la mayoría eran desconocidos. Esa noche no dormimos de los nervios", comentó Giuliana.
"Mirá si decía que no... me moría, y con toda esa gente mirando", dijo entre risas Juan.
Lo cierto es que el hombre cumplió el sueño de su vida y Giuliana vivió un momento que no lo olvidará por el resto de sus días.
¿Para cuándo los confites?
Los planes de la boda están en marcha, fecha no hay por ahora pero le pusieron todas las fichas para terminar cuanto antes la casa que con mucho esfuerzo están construyendo en la zona del barrio Ferrocarril y luego sellarán su amor con el “sí quiero”.
"El intendente Ojeda va a ser el primer invitado", dijo Juan. Giuliana agregó: "Me encantaría hacer algo e invitar a toda la familia, a los amigos, a todo el mundo".
Lo que resta resolver a la pareja, y no es para nada simple, es qué van a hacer con las 45.000 almas que fueron parte de ese instante sin igual, saltaron de alegría junto a ellos y, por supuesto, cómo se los hacen saber a través de las redes sociales. También quieren acompañarlos en la fiesta.