“La vida de Lazarillo de Tormes”, la novela picaresca más famosa de nuestra lengua, tiene una triste actualidad. Han pasado casi cinco siglos, pero la pobreza sigue existiendo.
Y "De cómo moría y resucitaba Lázaro el lazarillo", de Arístides Vargas, actualiza el tema bajo la luz de la identidad latinoamericana. Es la historia de cómo un niño crece (sobrevive) en la necesidad económica y el desamparo, aprendiendo de familiares, buscavidas e incluso sacerdotes.
Si bien en esta obra Vargas se inspira en la novela anónima que acabamos de mencionar, el texto ahonda en las vivencias y personajes de un lugar ficticio más cercano, Matamandingas, que tiene el sabor (y el calor) de Macondo o el Mato Grosso.
La obra fue escrita hace muchos años en forma de monólogo, y ha sido adaptada incluso para más actores en escena, pero ahora la podemos ver como un unipersonal, donde se despliega el talento teatral de Guillermo Troncoso.
Así lo vimos en septiembre del año pasado, cuando se estrenó en el Teatro Independencia con dos funciones. Y ahora vuelve, después de otras fechas, para dos noches en la Nave Cultural, hoy y mañana.
“Hacemos estas dos funciones para compartir también toda esta alegría con el público”, dice Troncoso, refiriéndose al hecho de que el espectáculo fue invitado para participar en dos importantes festivales latinoamericanos de teatro.
El Festival Internacional de Teatro de Manta y el Festival Internacional de Artes Escénicas de Guayaquil tendrán lugar en septiembre en Ecuador, segunda casa de Arístides Vargas (allí fundó el elenco Malayerba, uno de los más importantes del sur del continente).
“Particularmente, es una obra que a mí me encanta -agrega Troncoso-. Es de esos espectáculos a los que nosotros llamamos ‘redonditos’, porque hay humor, hay risas, pero también hay mucha emoción. Sobre todo con esta poética de Arístides Vargas, que nos muestra no un Lazarillo del 1500, sino uno que se podría encontrar en la esquina de la casa”.
Y él se apropia de un texto que le exige metamorfosearse en diferentes personajes, además de manipular una marioneta, incorporando además la técnica del clown, del mimo, de la danza y el canto. Una proeza por parte de este actor, que es uno de los más destacados que ha dado la provincia (muy aplaudida fue su participación como co-director de la última Fiesta Nacional de la Vendimia, "Constelación del vino").
Hay también un dato curioso, y es que ésta es la segunda versión del Lazarillo que transita Guillermo Troncoso: la primera fue la de Luis María Fittipaldi, que montó anteriormente con Alejandro Pelegrina y luego con Graciela Lopresti.
De ahora en más, el camino es auspicioso para este lazarillo, ya que es el único espectáculo mendocino elegido por el INT este año para integrar su catálogo. Esto le posibilitará darse a conocer en otras provincias durante 2018,
Explica Troncoso: “A mí me gusta ver esto: no solo se importa cultura, como fueron las muestras de Guayasamín o Dalí, sino que también se exporta. Quizás el público no lo sabe, pero hay muchos artistas que han dirigido afuera (hablo del teatro porque es lo que más conozco, pero en la música indudablemente también pasa)”.
Él mismo está dirigiendo un elenco de Bariloche en este momento. “Esta provincia es un polo muy importante de creatividad artística a nivel teatral en el país”, asegura.
La ficha
"De cómo moría y resucitaba Lázaro el lazarillo".
Dramaturgia y dirección: Arístides Vargas. Dirección actoral: Charo Francés. Actúa: Guillermo Troncoso. Asistencia de dirección: Mirta Rodríguez. Asistencia escenotécnica: Dino Cortez. Escenografía y utilería: Rodolfo Carmona. Música original: Joaquín Guevara. Diseño y realización de títeres: Gabriela Céspedes. Diseño y realización de vestuario: Susana Rivarola.
Fecha y hora: Hoy y mañana, a las 21
Lugar: Nave Cultural (España y Maza).
Reservas: 156-465629.