"¿Estoy entrando a terapia, es por lo del estrés en el laburo? Salgo y charlamos", anticipa Luciana (35) que responde por mensajería instantánea antes de colaborar con su testimonio de trabajadora colapsada por las ocupaciones diarias y seguir atendiendo su celular, que es su oficina portátil.
El caso antes citado es casi una radiografía textual de lo que viene: Los mendocinos somos los más estresados del país. A partir de un estudio realizado por el observatorio de tendencias sociales y empresariales de la Universidad Siglo 21, se conoció que nuestra provincia lidera el ranking de trabajadores con más nivel estrés.
Según la investigación, los resultados arrojaron que Mendoza es la provincia más estresada del territorio nacional con 33 puntos, seguida por Tucumán y Ciudad de Buenos Aires que apenas superan los 30. En tanto, la provincia menos estresada es Corrientes.
Este resultado, que es un índice, se obtuvo a partir de una sumatoria de items tales como los síntomas emocionales, el agotamiento y el cinismo. "Entran en juego estas tres dimensiones relacionadas con el estrés agudo y crónico", explicó Leo Medrano, doctor en psicología y coordinador del estudio de la Universidad Siglo 21. El especialista agregó que al tratarse de un índice, la diferencia entre Tucumán y Buenos Aires respecto de la provincia es muy cercana.
Todo el tiempo
Luciana cuenta que su jornada laboral no tiene un punto de partida claro. Ella es Community Manager (CM)- es decir administra redes sociales- de una institución mendocina de envergadura, por lo que maneja varias cuentas al mismo tiempo y debe estar pendiente de todas ellas a toda hora.
"Tampoco sé cuándo termina. Está mezclada con mi tiempo personal haciendo que los días de semana se traten de trabajar y vivir. El avance de las comunicaciones digitales hace que todo esté mezclado y este gran beneficio - asegura irónicamente- de trabajar sin horarios sin lugar, hace que trabajes en todos los horarios y en todos los lugares", cuenta ya fatigada por recordar su día a día.
Para acompañar este último testimonio hay más datos. Según el informe, 38% de los trabajadores indica que "siempre o casi siempre" que le resulta difícil relajarse luego de una jornada laboral, y 30% señala que cada vez le cuesta más ir a trabajar. Por otra parte, 32.5% señala que se encuentra tan cansado que no puede dedicarse a otras cosas después del trabajo.
"Es muy difícil ponerle límites a jefes sobre el momento en que te puede pedir cosas, incluso con el paréntesis del no hace falta que lo hagas ahora, pero al escribirte por WhattsApp o mandarte un correo, te genera un input en tu cabeza que te queda un pendiente en la cabeza hasta que lo puedas resolver, lo que contamina el resto de la vida", describe la community manager.
Desmotivados
El estudio arroja que los trabajadores mendocinos también se ubican en los niveles más bajos de motivación laboral. De todas formas el primer lugar, es decir, los que están más desmotivados, lo ocupan los cordobeses.
Otro dato interesante es que más de la mitad de los trabajadores del país (50.4%) prefiere irse al extranjero y que el nivel de satisfacción respecto de la vida dentro de una institución o empresa se redujo de 42.4% en 2017 a 34.3% en 2018.
Volviendo a Luciana, dice: "En lo personal, el ritmo de trabajo hace que sientas culpa o algo negativo cuando no acudís a un pedido fuera del horario laboral en momentos de ocio. Así el descanso no es tal. La única posibilidad de justificar el hacer caso omiso del pedido del jefe es estar ocupado".
Diana Calderón, magister en drogadependencia y del programa Educación para la Salud de la mutual de la UNCuyo, Damsu, destacó que las medidas organizacionales que impactan en la salud mental de los trabajadores tienen que ver con el grado de participación que se les da, la opinión, el clima laboral, los controles médicos, el salario, el apoyo social, las capacitaciones o la actividad física, entre otros.
"Se debe revisar cómo el trabajador interpreta la realidad a partir de exigencias externas, como las del jefe, y las internas, que son las propias. En este caso se debe aprender a diferenciar las situaciones que ameritan urgencia y las que no. Estar ansioso por una presentación próxima es normal. Estar resolviendo cuestiones laborales en una juntada de amigos, no", explicó Calderón.
Cansados
Según la Organización Mundial de la Salud, los trabajadores constituyen la mitad de la población del mundo y son los máximos contribuyentes al desarrollo económico y social.
Sin un adecuado nivel de bienestar no es posible que puedan desarrollar sus habilidades, afrontar el estrés normal de la vida, trabajar de manera productiva, y hacer una contribución significativa a la comunidad.
Según indica el estudio una respuesta típica al elevado agotamiento es la aparición de “cinismo” frente al trabajo, un estado psicológico caracterizado por una falta de interés e identificación por el trabajo.
Este mecanismo psicológico permite que, frente a elevados niveles de agotamiento, la persona se vuelva menos sensible a bajar su productividad laboral o tener un bajo desempeño. Al evaluar los niveles de cinismo se observó que el 21.8% señala que cada vez se siente menos involucrado con su trabajo, y el 21.1% duda que su trabajo contribuya en algo interesante, y el 18.1% siente que ha perdido interés por su trabajo.
Luciana, con su relato, grafica en parte esta situación: "Tengo compañeros que tienen horario de entrada y salida lo que hace que terminen su jornada laboral y se desentiendan. En cambio yo, que no los tengo, hace que esté trabajando a cualquier hora, e incluso hasta soy criticada por entrar "tarde" a trabajar".
Aquí es fundamental comprender el rol que juega, que empezó a cumplir sobre todo desde el año 2000, la tecnología que es un factor a considerar ya que los celulares y los mails pueden ser grandes facilitadores pero tampoco permiten una desconexión total.
Dos factores
Calderón, especialista de la UNCuyo remarcó que es más probable que un empleado raso tenga más carga de factores estresantes que un mando medio. "A medida que aumenta el control sobre tu trabajo, es decir, que tenés más poder de decisión sobre el tiempo ocupado, disminuye el estrés".
Para la psicóloga Alicia Montón este problema se da sobre todo cuando los roles implican sometimiento de quienes no tienen jerarquía por parte de quienes sí la tienen.
"Son personas que van hacia el aplastamiento, afecta lo personal. Y no salen de ahí porque sienten que no van a poder. No es lo mismo con personas de cierta jerarquía, que toman decisiones y se posicionan a partir de su deseo", explicó.
Por otra parte, la profesional del DAMSU dijo que no hay que dejar de visualizar el enfoque de género porque aseguró que aún persisten las estructuras que dejan a la mujer en cargos de menor jerarquía con cargas familiares, como el cuidado de los niños o de personas mayores. "Hay muchas más mujeres que hombres en trabajos precarios o trabajos sumamente estresantes, como la docencia, la enfermería o la atención al público", ejemplificó.
Malestar emocional o tensión muscular
Una elevada proporción de trabajadores señaló que la mayor parte de los días experimenta síntomas de malestar emocional tales como dolor o tensión muscular (25.4%), sentirse ansioso o con los nervios de punta (24.7%), cansancio físico (19.3%), inquietud motora (18.7%), sensación de poca energía (16.6%), dificultades para concentrarse (11.8%) y dificultades para controlar la preocupación (10%).
Calderón comentó que los síntomas del estrés pueden manifestarse desde lo físico, lo psicológico y lo conductual. Al respecto de este último punto aclaró: "Una situación estresante provoca desequilibrio. Lo que tratamos de hacer es equilibrarnos por elementos externos, como el alcohol o las drogas para, por ejemplo, poder volver a dormir. Pero son intentos fallidos. Sólo generan alivios momentáneos que generan otros problemas".
¿Y el pico de estrés? Es común hablar de que, ante un cúmulo de situaciones que afectan el bienestar mental se hable de pico de estrés. Expresiones como "no puedo más", estoy "quemado" y "me bloqueé", son algunas de las más frecuentes.
La psicóloga Alicia Montón explicó que, sin embargo, es raro que este fenómeno se presente en personas que están equilibradas. "Puede haber situaciones chocantes y complicadas que en quienes equilibradas no tendrán impacto, al menos en términos de pico de estrés", dijo. Señaló que el golpe de estrés es acumulativo, aunque quien lo sufre pueda no notarlo. "Es común que ocurra que no se dan cuenta que viven estresados. En ese caso hay que hacerles ver cómo se levantan, o como viven ciertas actitudes".