Después de una intensa semana laboral ¿quién no quiere salir a respirar profundo aire puro y desconectarse? Las dos ruedas de la bici son lo que necesitan los cada vez más mendocinos que se adentran por senderos del pedemonte para desafiarse en solitario o unirse a un grupo de ciclistas con el cual es probable que luego compartan más que sólo ese momento. Lo hacen como una actividad más recreativa que deportiva y quizás en eso encuentran "el gustito".
Hace 14 años que Gustavo (47) pedalea. "Antes corría y ya no puedo, pero esto sí porque no tiene impacto y por eso no implica dificultad para quienes tienen un problema así", detalló.
"Es deporte, contacto con la naturaleza y adrenalina; hay situaciones de riesgo, mi cuerpo es amante de la gravedad, me caigo seguido, también me he fisurado cuatro veces las costillas", menciona con una sonrisa divertida. Pero destacó que a 15 minutos de la Ciudad encuentra un ámbito natural y la fauna silvestre que siempre lo sorprende, sin la contaminación urbana.
El mountain bike por senderos ha ido ganando terreno los últimos años y se afianza cada vez con más adeptos. La mayoría son personas de mediana edad, finalizando los 30 años y hasta 50 largos, según cuentan. Sin embargo, la práctica ha sido contagiosa y se han ido sumando muchos jóvenes más cercanos a los 20 años, adultos mayores e incluso niños.
Se trata de una experiencia, casi integral, que va más allá de lo deportivo. Es que según describen quienes la realizan -con relatos que verdaderamente tientan- se trata de conectarse con uno mismo a través de la naturaleza, salir de la vorágine urbana y sorprenderse con lo que tiene y provoca lo silvestre. Los senderos además son un verdadero desafío lo cual es casi como un vicio.
Graciela (43) se inició hace 4 años, Va cuando puede, generalmente todos los sábados.
"Es un disfrute: la práctica deportiva, estar en contacto con la naturaleza, es muy divertido subir y bajar los senderos, es más completo, te vas asociando con distintos grupos, aparentemente vas a ir solo pero siempre encontrás gente que te invita a sumarte", relató.
"Generalmente voy a los de Chacras (de Coria) y tengo un grupo que además va a la montaña pero eso es con más exigencias", destacó.
Se diferencia del ciclismo de ruta porque tiene otros desafíos y por eso hay quienes inician con el primero y luego buscan el segundo. Las salidas pueden durar un par de horas o todo el día.
Mucho más
Pero además de divertido permite el encuentro con personas que llegan hasta estos lugares con las mismas intenciones.
Advierten un crecimiento exponencial muy marcado los últimos 5 años. "Esto, porque está al alcance del bolsillo y al alcance físico de casi todos", dijo Santiago Díaz, director de la escuela de Montaña de Luján.
Consideró que la actividad tiene su propia mística, "implica relacionarse con ese mundillo, se está en un grupo social que genera pertenencia, que contiene y se puede disfrutar del ámbito que lo rodea".
Muchos llegan solos e incluso pedalean así, especialmente quienes van entre semana.
Pero según cuentan, el ámbito y el espíritu son propicios para incorporar a quienes no conocen a la travesía.
Mariano Barrera, subsecretario de Deportes de Luján, contó que los grupos suelen ser menores a los de trekking. En este último caso pueden ser hasta 25, mientras que los ciclistas suelen ser 5 o 6.
Como parte de la experiencia integral, no son pocos los que trascienden el sendero y la bici para trasladar el encuentro al lado de una parrilla, envolverse en el olor a asado o compartir una cerveza que corona el logro.
"Lo más importante es el porrón a la llegada, vamos sólo por eso", acotó con humor Gustavo.
Por eso Díaz consideró: "Son como nuevas tribus urbanas que se acercan a la naturaleza de donde se habían alejado y van con todo el bagaje de lo urbano, empiezan a tener pertenencia y a mimetizarse".
Los lugares elegidos
Los senderos fueron convocando a medida que se instaló su uso. Algunos son huellas de animales, otros picadas de exploración petrolera mientras que las mismas personas con la frecuencia de sus visitas fueron formando otros más. "Los de huellas de animales son chiquitos y serpenteantes, los más divertidos", sumó Gustavo.
El lugar más convocante es Chacras de Coria en Luján, un espacio conocido popularmente como los senderos de Chacras.
Rubén Martínez es uno de los referentes de esta práctica en Mendoza. Contó que fue uno de los primeros en comenzar allí y luego colaboró en el trazado. "Arrancamos en los años 96 y 97, aburridos de andar por las picadas", recordó. Dijo que allí se reúnen unas 2 mil bicicletas por fin de semana.
Barrera estimó que 90% de los ciclistas van a este lugar.
Otro de los sitios muy usado es el zanjón Frías, aunque aseguran que es para los más avezados. El pedemonte en general y la zona de montaña también resultan tentadores.
Potrerillos, Cacheuta, Carrizal, Villavicencio y algunos puntos del pedemonte de Godoy Cruz, pasando el barrio Sol y Sierra, son algunos de los sitios que suelen usarse para explorar en dos ruedas.
Alejandro Arco, director de Deportes y Recreación de la Municipalidad de Godoy Cruz, dijo que estudiaron el terreno y ante la demanda están trabajando en dos senderos allí.
Ya hicieron dos salidas programadas y esperan ofrecer más infraestructura. "Apuntamos a armar la escuela de ciclismo a partir de marzo, para formar chicos en edades tempranas y fomentarlo en todas las edades", comentó.
Conflicto en Chacras
Los senderos de Chacras afrontan ciertas particularidades. Por un lado son los más instalados y ofrecen una gran diversidad de opciones. "Tantas que aunque haya mucha gente no se complica la circulación porque van por diferentes lugares", relataba Gustavo, uno de los ciclistas.
Sin embargo, se trata de terrenos privados lo cual ha traído conflictos con los propietarios que se oponen a tal invasión. "Se meten en lugares privados y la gente no ha entendido que eso es como meterse en el patio de la casa de alguien", señaló Rubén, un referente de la actividad.
Por eso se comenta desde hace un tiempo que hay riesgos de que no puedan seguirse usando ciertas zonas.
Mariano Barrera, subsecretario de Deportes Luján de Cuyo contó que desde 2016 están organizando salidas tanto de ciclistas como de caminantes en la zona. Pero agregó que no han faltado inconvenientes en el último tiempo. También destacó que colocaron señalética y fue pintada de negro, además los propietarios colocan alambrados que son destruidos por los visitantes.
Costos
Bicicletas: desde 15 a 20 mil pesos en adelante.
Calzado: 2.200 pesos. Calza y chaqueta: 3.000 pesos
Carnet: en Luján ofrecen este servicio para asegurar en la actividad, cuesta 100 pesos por única vez y el seguro lo paga la Municipalidad