Una empresa que debe hacer un pago y no tiene fondos suficientes en su cuenta corriente puede llegar a tener que afrontar hoy en la Argentina un costo financiero de hasta el 171,37% anual por realizar un giro en descubierto, es decir, usar un "crédito" bancario de muy corto plazo.
Parece un costo irreal, pero existe. Y en un momento en el que muchas empresas están en crisis y no cuentan aún hoy con dinero para pagar el aguinaldo de mitad de año por la caída de actividad y baja de ventas, estos intereses convierten al financiamiento en un salvavidas de plomo.
Tanto en el Gobierno como en el Banco Central piden calma. Sostienen que las tasas son de emergencia, para salir de la crisis cambiaria, y plantean que todo comenzará a volver a un curso "normal" en el último trimestre del año.
Un adelanto o descubierto en cuenta corriente es un préstamo otorgado por una entidad financiera a muy corto plazo (habitualmente a 30 días) que se origina cuando el titular de la cuenta corriente utiliza más del dinero que tiene depositado en dicha cuenta.
Y además, es una herramienta que las empresas usan mucho. El Informe Monetario del Banco Central indica que en junio el stock de adelantos alcanzó los 161.402 millones de pesos.
Y registró un incremento anual de 57,8%. En momento de crisis, de falta de liquidez, es cuando esta variable más aumenta. Y aquí se sumó el factor aguinaldo.
En paralelo, en junio hubo 242 mil cheques rechazados, de los cuales 188 mil no fueron admitidos por falta de fondos, por un monto de 8.300 millones de pesos, de acuerdo con los datos de la Cámara Compensadora que releva el Banco Central. Esto complicó la cadena de pagos, por lo que el ministerio de Producción impulsó medidas.
Dante Sica hizo un acuerdo con doce bancos públicos para descontar cheques de hasta 90 días a pymes a una tasa final de 29%. Y se puso sobre la mesa un monto total destinado por los bancos de $ 26.000 millones.
Fue una decisión de emergencia dado que las empresas venían descontando cheques con tasas superiores al 50%.
Desde que la gestión Cambiemos comenzó a subir fuertemente las tasas de interés para evitar que los ahorristas vayan al dólar y aplacar la inflación, la situación comenzó a complicarse. Fue el estallido de la crisis cambiaria el 25 de abril lo que actuó como bisagra.
Por ejemplo, el banco Patagonia cobra una tasa nominal anual del 68% por un giro en descubierto, que alcanza al 93,8% si se tiene en cuenta el Costo Financiero Total (CFT). Y si a esto se le suma el IVA, el costo del adelanto o descubierto alcanza al 121,7%, según el tarifario general de la entidad al que accedió este diario.
Eso ocurre si el cliente cumple con los plazos "preacordados" a la hora de abrir la cuenta corriente y aceptar las condiciones. Pero si el cliente incumple con la cancelación, el panorama es más alarmante dado que se reactiva un "refinanciamiento" y el CFT con IVA escala hasta el 153,81%.
El Banco HSBC, en tanto, tiene tasas y costos similares. Pero ya comunicó a sus clientes que se viene un panorama más complicado. Anticipó que desde setiembre el CFT con IVA será de 127,18% para la tasa de acuerdo y del 171,37% para la "tasa de exceso", es decir, para quienes incumplen el plazo de cancelación.
Según datos del Banco Central, las grandes compañías que usualmente utilizan adelantos en cuenta corriente (por más de 10 millones de pesos a sólo 7 días) pagan actualmente una tasa promedio del 51,47% nominal anual.
Esa tasa para los adelantos se ubicaba en el 27,88% el 25 de abril cuando estalló la crisis financiera. Es decir, subió de a medio punto porcentual por cada uno de los 52 días hábiles que pasaron desde entonces.
Las tasas para adelanto o descubierto en cuenta corriente que cobran los bancos suelen ser las más caras de todas las financiaciones.
Préstamos personales y tarjetas de crédito también generan disgustos
Las tasas de interés de préstamos personales y tarjetas de crédito están en niveles récord producto de la crisis. El denominador común es el Costo Financiero Total (CFT).
El CFT puede llegar a casi duplicar las tasas que, para captar clientes, promocionan los bancos o financieras. Y luego el cliente se encuentra con disgustos que no estaban en sus planes.
Las tarjetas que operan en el mercado ofrecen "cuotas sin interés". Estos pagos siempre tienen intereses, que hoy están entre el 49% y el 58% anual, dependiendo del banco emisor y de la marca de las tarjetas, por los convenios que hay entre estos. Al menos los clientes realizan un gasto sabiendo cuánto pagarán en cada cuota.
El problema con los plásticos surge cuando el cliente no puede pagar la cuota completa y abona el "mínimo". En los hechos es una refinanciación y tiene un costo financiero total con IVA incluido que en el promedio bancario llega al 99,7%, independientemente de si son tres, seis, doce o veinticuatro cuotas.
En préstamos personales, también hay "precios" alarmantes. Según un relevamiento de este diario en once bancos, un préstamo de 50.000 pesos a pagar entre doce y veinticuatro meses tiene tasas que van del 42,5% al 76,23% y el CFT puede llegar al 100% anual. Hay variaciones dependiendo de si el cliente cobra el sueldo o no en la entidad.
El Banco Nación tiene un CFT de hasta 59,17% anual. Y entre los bancos privados, el Macro ofrece el mismo préstamo con un CFT de 68,36%; el ICBC, 73,28%; el Galicia, 74,3%; el BBVA Francés, 76,33%; HSBC, 77,6%; Santander Río, 78,3%; Itaú, 84,68%; Patagonia, 91,16%, y el Hipotecario, 98,99%.