La situación del sector tambero de Mendoza, que ya era crítica hace unos años, se ha complicado más en los últimos meses, porque el costo de los alimentos y otros insumos subió al ritmo del dólar, pero el precio de la leche aumentó solo 20% en lo que va de 2018. Aunque no se cuenta con datos oficiales, porque dejaron de relevarse, los empresarios consultados coinciden en que apenas quedan tres tambos en la provincia.
Para intentar sostener su nivel de actividad, las empresas han diversificado su producción. La Alborada, que tiene el tambo en San Martín y la planta elaboradora en Godoy Cruz, sumó a la producción de yogur y dulce de leche, la de quesos cuartirolo, sardo y barra, aunque no han tenido los resultados esperados. Leonardo Güercio, quien tiene un tambo en El Bermejo, también está haciendo pruebas con la elaboración de queso, que le permite aprovechar los remanentes de leche.
Negocio inestable
Güercio comentó que hubo un repunte en la actividad en 2017, porque se estabilizaron los costos y, al ser más rentable, se empezó a producir más. No obstante, hoy están trabajando con menos animales -pasaron de 90 el año pasado a 70 en la actualidad- porque subieron los valores de los alimentos. "Este incremento no se puede trasladar al precio de la leche porque el consumo está alicaído", indicó.
El productor señaló que el precio del maíz, principal ingrediente del balanceado que comen las vacas, subió por el aumento del dólar, lo que hizo que aumentara su valor de exportación y el que tiene en el mercado interno. En los últimos seis meses, señaló, la batea de esta gramínea pasó a valer el doble, mientras la leche tuvo una variación de 20%. Otro tanto ocurrió con las tarifas: el mes pasado recibió la boleta de luz con un aumento de 120% con respecto a junio de 2017, con el mismo consumo.
El principal cliente del tambo Güercio es Yogurlac, a quien se suman algunas heladerías. Antes le vendían a Milkaut, pero cuando dejaron de hacerlo debieron achicarse. Así pasaron de tener 140 animales y producir tres mil litros diarios ocho años atrás a obtener apenas 700 litros de leche por día. Güercio comentó que tienen una fuerte competencia con la leche en polvo que proviene de Córdoba y Santa Fe y tiene un precio entre $ 1 y $ 2 menos por litro.
“Son tres tambos los que quedan en Mendoza; empresas chicas. Hace 35 años eran entre 30 y 40. No somos significativos y no hay perspectiva de que esto cambie por ahora”, planteó. Para que se produjera una modificación, opinó, debería subir el precio de la leche en polvo, lo que aumentaría la demanda y les permitiría incrementar la producción.
Por lo pronto, han empezado a hacer las primeras pruebas para incursionar en la elaboración de queso y aprovechar los remanentes de leche que les quedan, por ejemplo, cuando es feriado. Si esto funciona, podrían tener más animales en 2019.
Valentino Capellano, de La Alborada, es categórico al afirmar que "en Mendoza ya no hay más tamberos" y explica que los tres que quedan tienen muy pocas vacas. "Hace rato que estamos mal y cada vez vamos peor. Seguimos de corajudos que somos", manifestó.
El motivo, coincidió, es que el precio de los alimentos para los animales ha subido mucho y los insumos para la elaboración y las tarifas de servicios públicos, también. Hace un par de años, comentó, pagaba unos $ 4 mil de gas por el funcionamiento de la caldera, mientras ahora está recibiendo boletas de $ 25 mil y un monto similar de luz, por lo que sólo con estos dos servicios debe pagar mensualmente al menos $ 50 mil.
Capellano tiene unas 200 vacas y toda la leche que produce la destina a la elaboración propia de yogur, dulce de leche y, desde hace unos seis meses, queso, que vende en San Martín, ya que allí es donde está ubicado el tambo y es más conocida la marca. Esto, asegura, le permitió que sus empleados estén ocupados, pero no tuvo un resultado tan positivo en las ventas.
De todos modos, señaló que estas dificultades no sólo las enfrentan los tambos mendocinos, sino que incluso los de Santa Fe, que son grandes y tienen entre 300 y 500 vacas, están cerrando. Sin embargo, no supo identificar a qué se debe este panorama y estimó que la gente no compra o no puede comprar y por eso cae el consumo. Lo que sí sabe es que debe ir periódicamente al banco a pagar facturas atrasadas y abonar los aportes en cuotas, por lo que no ve una evolución favorable.
El presente industrial
Yogurlac es una empresa mendocina, ubicada en Las Heras, abocada a la elaboración de postre, yogur con fruta en botella y crema (líquida, chantilly y vegetal). Se abastece de leche de dos tambos mendocinos, de fruta en Palmira y de los envases en Guaymallén. Rubén Ferrero asegura que en 2016 estuvieron a punto de quebrar, que en 2017 tuvieron una mejoría y que estos últimos meses ya han empezado a acusar la pérdida de rentabilidad, pero no como ocurrió entre 2000 y 2016.
“La receta para lograr un repunte fue achicar los gastos fijos y mantener el mismo volumen de ventas, para ser eficientes”, comentó Ferraro, quien destacó que fue favorable que los sueldos del sector se fueran acomodando a la media nacional, mientras durante años se ubicaban en el doble del promedio, lo que complicaba a la industria láctea.
En lo que va del año, sin embargo, hubo una disminución del consumo combinado con un aumento en el costo de los insumos. La leche ha ido variando su precio a la par de la inflación, por lo que registra un incremento de 20%, pero otros elementos necesarios, como los envases, los productos químicos y las esencias, han subido un 80%. Como contraparte, la empresa ha aumentado 10% el valor de sus productos, porque la recesión dificulta una suba mayor y porque otras marcas tampoco han aumentado más.
Pese a este escenario, Ferrari resaltó que la empresa logra llegar a fin de mes sin deudas. Asimismo, planteó que los meses fríos se reducen las ventas de yogur y postre y empiezan a repuntar en agosto. "Por otra parte, antes había una marcada caída en enero y febrero porque la gente se iba de vacaciones, pero ahora Ferraro espera que los argentinos paseen dentro del país y se vayan unos pero vengan otros.
“Una actividad no significativa”
El director de Ganadería de la provincia, Ramiro Zaragoza, señaló que la lechera es la menos desarrollada de las actividades ganaderas en Mendoza y que, de hecho, es casi insignificante. El funcionario, quien asumió hace dos meses, indicó que están trabajando con temas profundos y aún no han encarado el de la producción láctea. Y si bien planteó que lo van a abordar, agregó que se debe definir si se va a fomentar o, por el contrario, concentrar los esfuerzos en otras áreas.
Zaragoza comentó que “los tamberos en Santa Fe tienen dificultades, pese a que cuentan con el alimento a mano, por lo que es de esperar que las complicaciones sean mayores para los mendocinos, que tienen que traer ciertos elementos desde mil kilómetros de distancia”.
A nivel nacional hay una participación más activa del Estado. A pedido de Confederaciones Rurales Argentinas, los ministros de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Santiago del Estero, y funcionarios de Entre Ríos y La Pampa, se reunieron con representantes tamberos para repasar las problemáticas del sector. Se pidió un plan maestro para lechería y obras de infraestructura.
Caída en las ventas y la rentabilidad
De acuerdo a un informe de coyuntura elaborado por el Observatorio de la Cadena Láctea de la Argentina, en el primer trimestre de este año la producción a tambo constante creció un 13,9% respecto a igual período del año anterior.
El precio de la leche informado por la industria para el mes de marzo de 2018 fue de $ 6,02 por litro (3,1% por encima del mes anterior y 15,7% superior a igual mes de 2017). Sin embargo, aclaran que si se actualiza este valor por el Índice de Precios al Consumidor, el valor en marzo fue 7,7% inferior al del año anterior en moneda constante.
En tanto, los datos de la Dirección Nacional de Lechería muestran que las ventas de leche fluida cayeron 1,7% en los dos primeros meses del año, mientras las de leche en polvo crecieron 14,6% y las de quesos 14,9%. Sin embargo, desde el Observatorio de la Cadena Láctea de la Argentina resaltan que el consumo de lácteos fue muy bajo en 2017. La tasa de rentabilidad del tambo promedio, que había logrado un valor razonable de 4,7% para junio de 2017, comenzó a deteriorarse y fue negativa en enero y febrero de 2018.