Con gran orgullo y luego de mucho esfuerzo Daniela Flores (35) se recibió de técnica universitaria en diálisis en la Universidad Nacional de Cuyo.
En su mente seguramente imaginaba una inserción laboral distinta, pero cuando comenzó su búsqueda tuvo que enfrentarse a varias dificultades y esperar por años para conseguir el puesto que tiene hoy en el Hospital Central. Es que por ser una mujer trans fue discriminada en reiteradas oportunidades, lo que no hizo más que animarla para seguir adelante.
Con un trabajo fijo, es la excepción a la regla de las personas trans, ya que la gran mayoría no logra conseguir empleo. De hecho, en 2017 en Mendoza sólo 4 de ellas estaban registradas en un trabajo formal según se desprende de un proyecto de ley sobre el cupo laboral trans presentado recientemente por la senadora del bloque de la UCR Daniela García. "El resto en su mayoría se dedica a la prostitución como modo de subsistencia ante la imposibilidad de conseguir un empleo formal", se señala en los fundamentos del texto que agrega que comúnmente las personas que forman parte de este colectivo son excluidas del mercado laboral, viendo frustradas sus expectativas de lograr un plan existencial. En la provincia no se sabe cuántas personas conforman este colectivo ya que aún no se cuenta con un registro.
El proyecto de García busca modificar la normativa que regula el régimen de concurso para el ingreso al Estado (Ley N° 9015). La propuesta apunta a que 0,5% de los ingresos aprobados sea ocupado por personas trans, travestis y transexuales, de acuerdo a sus antecedentes educativos y laborales. "Entendemos que hay una vulnerabilidad social muy importante en las personas trans por lo que creemos que deben haber medidas que ejerzan la discriminación positiva dentro del concurso del Estado", explicó la senadora quien destacó como fundamental la instancia previa de capacitación. Por otro lado, reconoció que la medida es un aporte para solucionar una problemática mucho más compleja. "Generar oportunidades de inclusión y equidad es un comienzo", aseguró.
Otras propuestas
Si bien es la última, la de García no es la única iniciativa presentada en la Legislatura para establecer un cupo laboral trans. En 2015 el ex diputado del PJ Alejandro Viadana presentó un proyecto al respecto y en 2016 hizo lo propio la ex legisladora del FIT Cecilia Soria.
Por otra parte, en 2017 el actual senador del FIT Víctor Da' Vila aportó su propio proyecto basado en el que presentó la ex diputada nacional Soledad Sosa en el Congreso Nacional. "Nuestro proyecto busca que el Estado ejerza una suerte de rescate para esta población que tiene una esperanza de vida de 35 años y la mayoría está en condiciones de prostitución", señaló. Consideró que garantizarles el ingreso a un empleo les permitirá un sostenimiento material y se diferenció del proyecto de García al explicar que en su caso no se restringiría el acceso por falta de formación académica o la instrucción. "Porque sería una forma de diferenciar entre los sectores que han tenido una posibilidad de estudiar y los que no", remarcó el senador. Asimismo explicó que se fomentaría la terminalidad educativa una vez que estén en el cargo.
En Mendoza además hay dos municipios que ya cuentan con sus propias ordenanzas al respecto: Las Heras y Luján, aunque este último municipio nunca la reglamentó.
En primera persona
Daniela Flores (35) se encuentra muy satisfecha con su situación laboral pero reconoció que le costó el triple que cualquier persona. "Por eso apoyo y entiendo la importancia del cupo laboral trans", señaló a la vez que aseguró que conoce muchas personas trans que aún con estudios universitarios ejercen la prostitución. En su lucha por conseguir trabajo conoció ciertas herramientas legales que la ayudaron a lograr su cometido, por lo que actualmente está estudiando Derecho en la Universidad Nacional de Cuyo. "Entendí la importancia del Derecho para poder garantizar aspectos fundamentales para poblaciones vulnerables, como al que pertenezco", manifestó.
En la otra cara de la moneda se encuentra Valentina Ochoa (34) quien todavía no ha logrado acceder a un trabajo formal. Ella estudia enfermería y se sostiene gracias al apoyo de su madre. "Yo me quiero insertar laboralmente, pero aun teniendo el secundario y una carrera avanzada todavía no he podido lograrlo", se lamentó. Por eso para ella la implementación del cupo laboral trans sería un gran avance. "Nos daría más posibilidades de tener trabajo y ser iguales a todos, que es lo que más queremos", aseguró la joven.
Para ella además, la problemática para conseguir trabajo se presenta más entre las mujeres trans que entre los varones. "Nosotros sufrimos mucho más discriminación, para ellos es más fácil conseguir trabajo", indicó.
Por la exclusión la esperanza de vida es de 40 años
Para Fernanda "Teté" Urquiza, coordinadora de Diversidad Sexual, avanzar en la inclusión laboral del colectivo trans es una necesidad inminente.
"Una persona trans se encuentra casi exclusivamente con la discriminación, todo se le hace más complicado e inaccesible", subrayó.
Reconoció además la escasa cantidad de personas trans trabajando formalmente. "La esperanza de vida de una persona trans es de 35 a 40 años. Por el inacceso a la educación, a la salud y al sistema, terminan trabajando en la prostitución y detrás de eso se encuentra la trata, la droga y otros factores", manifestó la funcionaria.
De todas formas reconoció ciertos avances a nivel educativo y en la salud que se han venido implementado a través de diferentes programas gubernamentales. "Lo que falta es mayor sensibilización por parte de la sociedad, seguramente que con los proyectos presentados tendremos que llegar a un consenso entre todos y lograr una mejor calidad de vida para los sectores más vulnerables", se esperanzó.
Pocas denuncias
A pesar de las constantes situaciones de discriminación que viven las personas trans a la hora de buscar un trabajo, desde el Inadi reconocieron que son pocas las denuncias que se hacen efectivas. Daniel Di Giuseppe, delegado local del Inadi, recordó que tuvieron un caso el año pasado, pero que es un tema que no suele verse reflejado en las denuncias. "Si bien no hay acceso real al trabajo para el colectivo trans, salvo casos puntuales, encuentran difícil denunciar a un empleador que no quiere darles trabajo", explicó el experto quien detalló que generalmente la discriminación se da durante la primera entrevista laboral.
"Es un problema muy profundo que se debe, por un lado, al prejuicio por parte de la sociedad y por el otro, a las dificultades del acceso a la educación", enumeró Di Giuseppe. En este segundo caso relató que muchos sufren discriminación en sus propias familias, son expulsados de sus hogares cuando son adolescentes y por ello encuentran más dificultades para estudiar y desarrollarse.