Viviana Valdivieso tiene 51 años y es conocida –y querida- por todos en Las Heras. Es en calle Patricias Mendocinas al 222, de Las Heras justamente, donde la laboriosa mujer tiene su propia fábrica de chocolate, aquella a la que ha bautizado como “Mi Casita”. “Durante muchos años vivía en el lugar también, por eso le puse ‘Mi Casita’. Y si bien ahora me mudé, el taller sigue siendo donde paso gran parte del día, por lo que sigue siendo ‘Mi Casita’”, resume, siempre con una sonrisa y su característica buena onda.
Y si bien se gana la vida fabricando y vendiendo chocolate, cada Pascua la mujer elabora un huevo de chocolate gigante, el mismo que ese domingo rompe y reparte entre las personas que menos tienen. Siempre lo hizo en el barrio, aunque este año –golpeada por la crisis, como todos los argentinos-, pudo hacerlo en Luján de Cuyo y gracias a que la comuna la invitó a participar de una feria y se hizo cargo de costear los ingredientes.
“Este año no pude hacerlo en Las Heras, para los chicos del barrio, y es algo que me genera mucho dolor. Pero, gracias a la gente de Luján de Cuyo, lo preparé y lo repartí entre los chicos que menos tienen. Ese agregado social no lo voy a dejar de lado nunca”, se sincera la simple chocolatera.
Si bien lleva casi 40 años cocinando, elaborando y comercializando sus productos propios, hace un par de meses, Viviana se graduó de Chocolatier Profesional, un título especializado que le otorga un merecido prestigio y valor agregado a su trabajo. Lo hizo en la Escuela Integral de Chocolatería y Bombonería Ingrid Cuk, ubicada en Buenos Aires. Y para una emprendedora a la que no le sobra nada –ni recursos ni tiempo, en especial-, fue una verdadera odisea.
“Hace 4 años, antes de que empiece la pandemia, me inscribí en la Escuela de Chocolatería de Ingrid Cuk, que es la única y primera que hay en Mendoza. Hacía rato le venía dando vuelta a la idea, porque yo no quería estudiar para chef, sino que quería solamente estudiar todo lo que tiene que ver con chocolatería”, resume Vivi, mientras luce –orgullosa- su título.
La humildad y simpleza son cualidades que no otorga ni garantiza ningún título de grado, por lo que es algo que Viviana adquirió en la escuela de la calle. Y que mantendrá por siempre. Por ello es que, entre sus proyectos –que incluyen profesionalizarse y ahondar en el maridaje entre vinos y chocolates-, también ocupa un lugar importante seguir preparando los huevos de pascua que alegran a los niños –y no tan niños- que menos tienen.
“Voy a seguir capacitándome, porque siempre es momento de aprender y es algo que está bueno. Yo era docente de Primaria y lo fui durante 7 años. Y siempre hacía chocolate, en paralelo. Hasta que un día dejé la docencia y me dediqué solamente a la chocolatería”, ejemplifica.
Un sueño cumplido
La primera vez que Viviana Valdivieso preparó su propio chocolate tenía 14 años. Ese día inició un viaje del que todavía es parte y que, según ella misma reconoce, no sabe dónde terminará.
La mujer sonríe cuando se la compara con Willy Wonka, el chocolatero ficticio inventado por Roald Dahl en su libro “Charlie y la Fábrica de Chocolate” y que luego fue llevada al cine en dos oportunidades (la más reciente y popular, dirigida por Tim Burton y protagonizada por Johnny Depp). Y es que su perfil nada tiene que ver con el de este personaje, soberbio y pedante y con aires de grandeza, aunque –en el fondo- con un gran corazón. De hecho, en esta última virtud es que se puede establecer un paralelismo, aunque para descubrir el gran corazón de Vivi no hace falta sumergirse demasiado.
Más allá de su experiencia y de su trayectoria en estas casi 4 décadas, Viviana Valdivieso se dio cuenta de que nunca es tarde para seguir aprendiendo.
“Empecé a averiguar para inscribirme en la escuela de Chocolatería y, la verdad, no era nada barato. Quedaba en Buenos Aires, por lo que iba a tener que irme y estar allá para hacer el primer y segundo nivel. Empecé a cursar antes de la pandemia, en 2019″, rememora la flamante chocolatier profesional.
Luego se declaró la pandemia de Covid-19 –marzo de 2020-, por lo que Vivi debió reacomodarse y seguir con la carrera de manera virtual. “El cursado terminó en octubre de 2022 y rendimos preparando todos los productos que teníamos que hacer. La carrera es larga, son 4 años y es todo relacionado a la chocolatería, al cacao. De forma virtual, pudimos recorrer Ecuador y otros países, hablar con gente que trabaja el chocolate en todo el continente. Fue una gran experiencia”, rememora Viviana.
Tras completar el cursado en octubre de 2022, llegó febrero de este año y, con él, el momento de rendir y aplicar todos los conocimientos adquiridos.
“Tuvimos que preparar muchas cosas, entre ellas bombones con licores preparados por nosotros mismos. Éramos 11 los de esta camada y rendimos online. Tuvimos que preparar recetas estándares y varios productos de autor, por lo que no teníamos que copiarnos de nada que ya existiera. Yo aproveché e hice un turrón con semillas de chía, ya que la idea y el objetivo es poner en valor cosas regionales. Hice bombones macerados con un licor hecho por mí hace 2 años, de frutos secos (nueces y almendras caramelizadas)”, repasa Valdivieso.
El examen final lo rindió por Zoom, y Viviana Valdivieso se graduó con un 9. “Tuve que preparar todo, tener conmigo y describir el producto. Ingrid es toda una referente y es un honor haberme podido recibir para mí”, acota a emprendedora mendocina.
Emocionada casi hasta las lágrimas, mientras mira su título de Chocolatier Profesional, Vivi no oculta la alegría de haber cumplido este sueño. “De ser una artesana que viene tocando de oído durante muchos años, en base a prueba y error, sentí que tenía que conseguir mí título. Y decidí capacitarme, invertir la plata que pudiera tener en inscribirme, viajar a Buenos Aires y todo lo que hiciera falta”, indica.
Vivi y su fábrica de chocolates
En los 4 años que le tomó completar la carrera de Chocolatier Profesional, Viviana Valdivieso nunca dejó de ser ella misma. No abandonó su fábrica y no dejó de trabajar en lo suyo, de emprender.
Con algo de tristeza resume lo que atravesó durante las últimas pascuas, momento en que no pudo preparar el huevo de chocolate gigante para los niños de su barrio, aunque pudo hacerlo para otros chicos que también están en vulnerabilidad.
“No hace falta decir y resaltar cómo ha aumentado todo, un montonazo. Mi idea era seguir con la tradición que tenemos de hacer el huevo de chocolate gigante en el barrio, pero no tenía dinero para comprar los productos y no pude juntarlo. Coincidió con que me preguntaron desde la Municipalidad de Luján si podía preparar uno para la Feria de Pascuas que hicieron en el Parque Ferri, y ellos aportaron todos los insumos”, explica Viviana.
Además de participar con su stand y sus productos –junto a otros artesanos-, la emprendedora mendocina preparó –una vez más- su tradicional huevo de chocolate gigante. Y, al igual que cada año, lo rompió y repartió entre los niños –y no tan niños- que estaban en ese popular espacio verde lujanino.
“Fue algo hermoso sentir que después de 13 años en que venía haciendo lo del huevo por mi cuenta, para barrio y mi gente, por fin podía llevarlo. Sentí que Luján me reconocía y reconocía mi trabajo. La gente se acercó, se sacó fotos y el huevo solidario se partió en pequeños trocitos y se repartió y compartió con toda la gente que fue”, resume.
No obstante, reconoce que le quedó la tristeza por no haberlo podido hacer en su barrio. “Los chicos pasaban los días antes de pascuas y preguntaban si el domingo iba a estar el huevo. Lamentablemente les tuve que decir que no, que había sido un año difícil y no había podido conseguir lo que necesitaba, me dio una tristeza muy grande”, agrega Viviana.
Seguir profesionalizándose
Su espíritu de emprendedora se mantiene más libre y activo que siempre. Por esto mismo es que, más allá de ser Chocolatier Profesional, Viviana Valdivieso se sigue capacitando y profesionalizando.
“Ya por mi cuenta, y a raíz de distintos pedidos, he empezado a trabajar y preparar huevitos de chocolate con reducciones de malbec. También he hecho maridajes con vino y ahora empecé otra capacitación en la Enoteca, siempre capacitándome. Me quiero especializar en el tema de maridaje con vinos”, acota.
Entre sus trabajos particulares, sobresalen los entre 2.000 y 3.000 mini alfajores que Vivi prepara todos los años –a mano-, con rellenos similares al nutella y a la pasta de maní (también preparados por ella misma). Los productos llevan un baño de chocolate con 60% de cacao y la clienta que le encarga esa preparación a Viviana los reparte a expedicionarios que los llevan al Aconcagua.
“La de Chocolatier Profesional es una etapa que quería terminar. Me costó mucho, ya que nadie te regala el saber. Imaginate que cuando yo viajé por primera vez a Buenos Aires para empezar a cursar, había sufrido un tiempo antes un infarto súbito en el oído, como un ACV, aunque en el oído izquierdo. No escuchaba nada, había perdido el equilibrio y no sabía si me iba a reventar el oído cuando subiera al avión. Pero me animé. Fue mucho sacrificio y durante muchos años, manejarme sola en Buenos Aires, pagar alojamientos. No es fácil, pero ahora sé que tengo muchas más herramientas, más allá de lo que sabía de lo empírico. Tener el título de Chocolatier Profesional es un gran logro. Y no va a terminar ahí, voy a seguir capacitándome”, advierte –y promete- Viviana Valdivieso, la “Willy Wonka lasherina”.