El 3 de marzo del 2000, Charly García saltó desde un piso 9 en el hotel Aconcagua. Fueron 18 metros en caída libre en una pileta de 2,40 metros de profundidad.
Se cumplen 25 años del salto de Charly García a la pileta desde un piso 9: el video y por qué saltó el astro. Foto: Archivo Los Andes
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La vida y obra de Charly García fue, es y será por siempre un cúmulo de increíbles y sorprendentes anécdotas. Porque Charly es de esas personas que, como suele decirse, ha vivido la vida. Y, entre tantos momentos icónicos, el del salto desde un noveno piso para zambullirse en la pileta en un hotel de Mendoza es uno de los que quedarán en la inmortalidad.
Un 3 de marzo como hoy, pero del año 2000, Carlos Alberto García Moreno -o simplemente Charly García, a secas- saltaba desde una altura de 18 metros en el Hotel Aconcagua para caer, con una precisión tan asombrosa como temeraria, en la pileta principal del edificio ubicado en calle San Lorenzo de la Ciudad de Mendoza.
“Es la primera cosa deportiva que realmente estoy disfrutando”, afirmó minutos después y con una inexplicable parsimonia en una improvisada entrevista a los periodistas que estaban en el lugar. Mientras hacía estas declaraciones, literalmente como pez en el agua, Charly nadaba de un lado a otro y se sumergía.
En la zona "panda" de la pileta -hablando en mendocino- la profundidad oscilaba entre 1,20 y 1,50 metros, mientras que en la parte más profunda -y donde se estima que cayó, ya que no había nadie en la pileta ni nadie vio tampoco el momento de la caída-, la profundidad era de 2,40 metros. Y lo sigue siendo, de hecho, ya que la pileta sigue siendo la misma.
A 25 años del salto más memorable -e imposible- de Charly García, el repaso de aquel episodio, el recuerdo de quienes estaban en el hotel en Mendoza y las respuestas a la pregunta del millón: ¿por qué salto Charly García? Incluso, una de esas respuestas dada por él mismo.
Durante muchos años, el acceso al noveno piso estuvo cerrado. ¿Por qué? Porque mucha gente iba al lugar sin permiso. De hecho, cuentan los mitos urbanos que varias personas más quisieron hacer "la gran Charly García" y saltar desde esa célebre terraza.
Según quien rememore aquel 3 de marzo del 2000 -y los días previos, que derivaron en esta decisión tan "charlygarciezca" (porque no le cabe otra palabra)-, hay diferencias en el relato. En el documental de National Geographic, el propio Charly García cuenta que había un policía en el hotel en ese momento.
“¿Sabés por qué me tiré? Porque me perseguía la policía. Había un policía abajo. Cuando subió, me dijo: ‘¡Yo soy la policía!’. Y le dije: ‘¿y quién te mandó a no estudiar?’. Me reí mucho”, relata García en este audiovisual. Y agrega que, de joven, se tiraba de los molinos de viento hacia la pileta. “Practiqué. ¿Vos te creés que estoy loco? No, no estoy loco. Tenía un solo salto para hacer”, reconstruye.
El mismo Charly, en una entrevista con Los Andes en 2013, también hizo un repaso por este episodio que dio la vuelta al mundo, y la sigue dando.
“Me di cuenta de lo que hice cuando estaba en el aire. La primera parte del salto -que es cuando todavía estás bajo la influencia de tus músculos- es una cosa. Y después te chupa la gravedad y bajás como un meteorito”, relató García oportunamente. Y concluyó, como quien mira a la distancia a quien fue alguna vez: “Me llevaba la policía por algo que yo no había hecho”.
Aquel mediodía del viernes 3 de marzo de 2000, Mendoza fue el escenario de uno de los hitos que marcaría para siempre la vida de Charly: su recordado salto a la pileta del hotel Aconcagua, desde el noveno piso donde se encontraba alojado y donde -por entonces- estaba ubicada la suite presidencial. La misma en la que dejó su sello personal -alfombras y paredes pintadas con aerosol-, y esa misma donde 12 horas después se alojó el entonces presidente de la Nación, Fernando De la Rúa, quien había viajado para la Vendimia.
Meses después, en el disco "Sinfonía para adolescentes", Charly García y Nito Mestre (en un histórico regreso de Sui Generis), incluyeron dos canciones donde Charly también "explica" qué lo llevó a saltar
“Estaba muy aburrido en mi Mendoza fatal. Dije: ‘¿Qué me falta ahora? ¡Solo aprender a volar! Mirá pendejo, me tiré por vos...” (“Me tiré por vos”. Track 15).
“Me voy a tirar del noveno piso, me voy a tirar al mar. Me voy a tirar sin pedir permiso, me voy a tirar igual...” (“Noveno B”).
Alfredo Lafferriere era por aquel entonces funcionario de Cultura de Ciudad de Mendoza, y fue quien estuvo asignado a acompañar a todos lados a Charly. La gestión se había acordado junto a la Nación, ya que el músico había llegado para tocar en Mendoza la noche del miércoles 1 de marzo en el estadio Malvinas Argentinas junto a Mercedes Sosa y Nito Mestre, como parte del ciclo federal “Argentina en Vivo”.
“La misma noche del show en el Malvinas fuimos a cenar y de ahí terminamos en La Reserva, donde Charly tocó con el músico mendocino Eduardo Mirabelli”, rememoró hace unos años Lafferriere a Los Andes.
Alfredo tiene su propia versión del salto. “La mañana del 3 de marzo, Charly me pidió que llame a su novia -más joven- y me encargó que mandara una limusina al aeropuerto de Mendoza, porque ella iba a viajar. Llamé dos veces y la segunda vez me atendió su mamá y me dijo: ‘dígale a ese depravado (por Charly) que no vuelva a molestar a mi hija’. Cuando le llamé a Charly para contarle, se enojó y me dejó hablando con la prima, que estaba con él en la suite. Y la prima me dijo: ‘dice Charly que se va a tirar a la pileta por la ventana’. Me dejó helado”, rememoró.
Después de cortar con la prima del cantante, el ex funcionario capitalino le llamó al músico David Lebón, amigo de Charly y quien vivía en Chacras de Coria. “Me dijo que me quedara tranquilo, que cuando habían estado grabando con Serú Girán en Acapulco, Charly ya había hecho clavados en el hotel”, agregó Lafferriere.
Casi desesperado, el escolta oficial de Charly se dirigió a la Municipalidad a toda velocidad con el objetivo de desactivar la “Bomba CG”. Pero ya era tarde, porque al llegar se enteró de que Charly ya había saltado.
“Cuando llegué al hotel, había salido de la pileta y había atendido a los periodistas. Lo subimos a una combi hasta el aeropuerto y sacamos un pasaje para el primer vuelo que salía para Buenos Aires”, contó.
Ya con Charly fuera de escena, un escribano se hizo presente para constatar todos los daños que habían quedado en la suite (paredes pintadas con aerosoles y grafitis). “Cuando le llamé a Charly para decirle, me dijo que él no había escrito las cosas que decían, porque ‘ese no era su estilo’”, concluyó entre risas.
Miguel Calabretto, uno de los por entonces empleados del Hotel Aconcagua, recordó hace unos años cómo vivió aquel 3 de marzo de 2000 "charlygarciezco"
“Estaba en el subsuelo y sentí gritos. Pensé que era porque había salido Charly, pero me di cuenta venían del segundo piso. Y cuando salí al patio de la pileta, lo vi haciendo la plancha. Estaba lúcido”, rememoró Calabretto hace unos años. Y agregó que, previo a saltar él, desde la terraza arrojó un muñeco “tentempié” (de esos inflables y que siempre quedan parados) y un porta CDs de madera con forma de gato.
Daniel Gallego, otro de los trabajadores que por entonces se desempeñaba en el hotel céntrico, también recordó el ambiente de aquel mediodía de hace 25 años.
“Había un policía que estaba en la escalera, esperando en la única salida que tenía Charly. Lo habían ido a buscar por un incidente de la madrugada del día anterior; y de repente lo vio venir de abajo, todo mojado. No entendía nada”, rememoró Gallego.
Desde que Charly saltó del noveno piso hasta que bajó toda la efervescencia transcurrieron unos 45 minutos. Sin embargo, el Huracán Charly venía dejando su huella en Mendoza desde hacía días.
La madrugada del jueves 2 de marzo fue la más conflictiva de su estadía. Luego del recital en el estadio mundialista, García y su entorno fueron a cenar y luego al pub La Reserva. “Tipo 2 de la mañana se puso a tocar en un piano e hizo temas de Sui Generis. A eso de las 5:30 o 6, se iba y una mujer le pidió un autógrafo. A su manera, Charly le dijo que no tenía ganas. Y la mujer le tiró un vaso en la cabeza. Charly se puso loco, y empezó a patear sillas. Lo calmamos y volvimos al hotel”, recordó Lafferriere.
Ese mismo jueves por la mañana, Charly fue trasladado a Tribunales ya que la mujer -Gladys del Carmen Navarro- había denunciado que el músico le había arrojado una silla. Estando en la Penitenciaría se rehusó a que le “pinten los dedos”. “Los voy a guardar para tocar mi Sinfonía en el Colón”, argumentó.
Aunque recuperó la libertad y regresó al hotel, Charly quedó procesado e imputado. Pero en octubre de 2002, el músico fue absuelto.
Daniel Raquela es el camarógrafo que inmortalizó los 3 segundos que demoró Charly García desde que partió del noveno piso hasta que aterrizó -en caída libre y en forma de clavado- en la pileta del segundo. “Estábamos junto a Marcos Álvarez haciendo la cobertura para Canal 7”, rememoró en diálogo con Los Andes.
Si bien Daniel y Marcos estaban en el momento indicado, en el lugar ideal; el olfato periodístico tuvo un rol clave. Los dos se disponían a enviar en un remís las cintas de video al canal con material de lo que ya habían filmado y, al igual que otros periodistas, estaban apostados sobre calle San Lorenzo.
“Yo tenía la cámara en el piso y estaba cambiando la cinta. Escuchamos que los fans gritaban, y cuando levanté la vista; vi que se había asomado Charly. Sin pensarlo, apreté REC antes de levantar la cámara. Y ese tiempo fue lo que demoró en enhebrar la cinta. Cuando apunté la cámara a Charly, saltó. Hoy lo veo y no puedo creer haber hecho el encuadre perfecto”, resumió Raquela.
“Desde afuera, nadie vio dónde había caído Charly. Estábamos todos helados, pero nunca corté la filmación”, agregó.
En cuestión de segundos, los periodistas que estaban afuera ingresaron al hotel. “Lo primero que pensé es que había filmado el suicidio de Charly. Nadie más tenía las imágenes de él saltando”, acotó. Y agregó: “Si esa imagen no hubiese estado, nadie lo ve. No es como hoy, que lo hubiesen grabado 40 personas con su celular”.