Nació Gaspar, el bebé de padres mendocinos que llegó al mundo mediante un vientre subrogado

El procedimiento de ovodonación y madre gestante fue realizado en CABA, donde la práctica está regulada. El embarazo se había anunciado en octubre y poco después, durante el casamiento de Damián y Facundo, se dio la noticia de que era un varón.

Facundo y Damián posan en brazos con Gaspar, en sus primeros minutos de vida. El bebé fue gestado a través de Mónica, quien puso su vientre para el embarazo.
Facundo y Damián posan en brazos con Gaspar, en sus primeros minutos de vida. El bebé fue gestado a través de Mónica, quien puso su vientre para el embarazo.

Sano, perfecto, hermoso. Así es Gaspar, el bebé que nació ayer 20 de julio y cuyos padres mendocinos, Damián Murcia y Facundo Retamales, recurrieron a una subrogante llamada Mónica, con residencia en Buenos Aires.

La gestación subrogada (o “vientre de alquiler”) es la práctica por la que, previo acuerdo con otra persona o pareja, una persona queda embarazada, lleva la gestación a término y da a luz a un bebé para que esa otra persona o pareja se conviertan en progenitoras. La práctica solamente está regulada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por eso la intervención tuvo lugar allí.

Felices y todavía sin poder creerlo, los flamantes papás presenciaron el alumbramiento emocionados hasta las lágrimas. Gaspar llegó al mundo para cumplirles un gran anhelo.

Sentimientos que en el mes de abril compartieron con Los Andes en una charla íntima donde hablaron, además, del vacío legal en torno al tema y de la lucha que llevaban a cabo desde hacía tiempo.

Fue en 2020 cuando apareció la opción de subrogar un vientre: investigaron los requisitos en una página de Facebook, leyeron, se interiorizaron y hasta pasaron a integrar un grupo denominado “Subrogación Argentina”.

El bebé mendocino gestado en un vientre subrogado. Sus papás son Damián y Facundo.
El bebé mendocino gestado en un vientre subrogado. Sus papás son Damián y Facundo.

“Buscábamos cumplir un profundo anhelo, aunque la subrogación no era algo sencillo. Como en Mendoza no está regulada, empecé a hablar con personas de CABA”, relató Damián, de 47 años, veterinario. Ninguna mujer los convencía. Todas tenían pretensiones económicas, algo, en definitiva, comprensible.

Luego de 10 días recibió un mensaje de WhatsApp de una mujer de Buenos Aires, madre de seis hijos llamada Mónica. Se presentó y se propuso como gestante. “Noté interés verdadero, me gustó, pero no me animaba a contarle a Facundo, no quería crear falsas expectativas”, evoca.

En una charla profunda, Mónica, que es peluquera, relató su vida a Damián. Nunca había sido gestante por subrogación. Ni ella ni él sabían cómo seguir.

“Empezamos a soñar despiertos, enviamos correo a una clínica para que nos contaran detalles del procedimiento, pasos a seguir y requisitos. En el medio, como si fuera poco, la pandemia”, agrega. Y señala que no conocerla personalmente les generaba dudas.

“Pero averiguamos y supimos que era una buena mujer, nos quedamos tranquilos. Mónica pasó los exámenes médicos y psicológicos realizados por el equipo de fertilización de la clínica. Poco después, ambos viajaron a Buenos Aires para someterse a estudios genéticos. En Ezeiza, la futura gestante y su marido los esperaban.

El embarazo

En abril de 2021 se hizo la primera transferencia de dos embriones. Ninguno prendió. “Fue frustrante por la carga emotiva y, además, teníamos temor de que se arrepintiera”, confesó.

Poco después, en octubre de 2021, se produjo el deseado embarazo con la segunda transferencia del embrión restante. Mónica llamó por teléfono con una alegría inexplicable con el test de embarazo en sus manos.

Casamiento de por medio

Fue un momento mágico”, relató Damián. Cuatro meses después, el 12 de febrero de este año, Damián y Facundo se casaron en Mendoza. Mónica viajó con su familia y fue la invitada de honor. Allí, con una bengala celeste, dieron la noticia de que el bebé sería varón y se llamaría Gaspar.

Mi pequeño pasajero se aloja en mi cuerpo, cerquita de mí corazón. Desde un primer momento se convirtió en su medio de transporte y lo será durante 9 meses. En su transporte tiene todo lo que necesita: amor, cariño, calor, oxígeno, alimento y muchos corazones que lo aman y lo esperan”, escribió la mujer en Facebook.

Mi cuerpo es su transporte; yo su chofer y mi misión es asegurarme que el traslado se de en condiciones; cuidar que las rutas sean seguras para su bienestar; que siempre tengamos el combustible necesario. El sólo tiene que agarrarse fuerte y seguir su viaje”, continuó.

Damián Murcia y Facundo Rematales es una pareja mendocina que realizó una subrogación de vientre con Mónica, una mujer de Buenos Aires.
Damián Murcia y Facundo Rematales es una pareja mendocina que realizó una subrogación de vientre con Mónica, una mujer de Buenos Aires.

Agregó: “Cuando llegue a destino, en esa terminal estarán dos papás esperándolo... Sí, dos papás que compraron su boleto a la vida apostando que sería la aventura más grande de sus vidas. Se aseguraron buscar con el corazón a la persona que los pueda ayudar a llegar a este milagro”.

Por su parte, Eleonora Lamm, subdirectora de Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, dijo a Los Andes que en Argentina no existe regulación de la gestación por sustitución. Aunque se intentó incorporar a través del Código Civil y Comercial y se han presentado numerosos proyectos de ley desde 10 años, ninguno ha prosperado.

“En Mendoza, los casos se judicializan y luego de una sentencia  que autoriza el procedimiento, se provoca el embarazo y se garantiza la filiación respecto de quienes recurren a la gestación por sustitución, desplazando la ´maternidad´ de la persona que gesta, que no es madre, aunque para la ley en principio lo sería.    De allí la necesidad de que intervenga la Justicia”, opinó.

Dijo la funcionaria que en CABA rige un amparo que tiene varios años que llevó a una resolución del Registro Civil y que hace que el procedimiento sea más sencillo y no se requiera una acción judicial.

“Hay unas 70 sentencias en Argentina que autorizan estos casos. La jurisprudencia se muestra muy favorable, pero sigue faltando uniformidad de criterios y la seguridad jurídica que solo garantizaría una ley”, aclaró.

Expresó que nuestra sociedad ha madurado en términos de entender y asimilar lo que implica esta figura. “Son cada vez más las personas que recurren a ella y se necesita una ley que esté a la altura para garantizar la protección de los derechos de todas las personas que intervienen, no solo la filiación de la persona que nacerá, sino también y, especialmente, de la persona que gesta”, amplió.

Finalizó: “Debemos recordar que si nos preocupan los derechos de la persona que gesta hay que brindar marcos que otorguen seguridad y protección. La clandestinidad nunca ha sido una aliada para los derechos de las mujeres y menos cuando se trata de derechos reproductivos, como en este caso”.

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