El 2020 cerró con un incremento en el volumen de las exportaciones vitivinícolas de 26,7%, en comparación con 2019. Las ventas al exterior de vino fraccionado tuvieron un aumento de 5,6% y las de granel de 60,1%. Desde el INV destacaron que Argentina fue uno de los dos países que pudieron lograr esto, ya que los demás vieron disminuidos sus despachos al mercado externo.
El año pasado se exportaron 395 millones de litros de vino, lo que implica que se vendieron 83 millones de litros más que el año anterior. Representa, además, el volumen más alto de la última década. De ese total, 202 millones correspondieron a fraccionado y 193 a granel. De hecho, este último ganó 10 puntos porcentuales en la participación, ya que pasó de un 39% en 2019 a 49% en 2020, mientras que el fraccionado cayó de 61% a 51%.
En la comparativa interanual, las ventas al exterior de vino fraccionado sin mención varietal crecieron un 18,2% y las de varietal, un 4%. En cambio, las de espumoso –algo esperable en un año de pandemia, en el que hubo poco espacio para celebraciones cayeron un 8,2% y las de otros vinos (especial y gasificado) disminuyeron un 48%. En tanto, las exportaciones de granel sin mención de varietal se incrementaron un 44,9% y las de varietal, un 84,2%.
El presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Martín Hinojosa, indicó que son varios los factores que han incidido en este resultado favorable. Uno de ellos es el tipo de cambio competitivo y el otro, producto de una decisión del gobierno nacional, el aumento en los reintegros (aunque ya está vigente también una suba, desde el 1 de enero, de los derechos de exportación).
Si bien cuando comenzó la pandemia pocos podían avizorar que iba a significar una oportunidad para los vinos argentinos, ya que se cerraron los restaurantes y se restringieron las reuniones, el hecho de que las personas, en todo el mundo, pasaron más tiempo en casa, favoreció la recuperación de momentos de consumo. También contribuyó a incrementar las exportaciones que Estados Unidos fijara barreras para ancelarias para varios productos europeos, incluido el vino, lo que se tradujo en mayor competitividad para los locales.
Hinojosa resaltó que otro elemento que incidió en que los datos de ventas al exterior sean mejores de lo que fueron en los últimos años, fue el excelente trabajo que realizó el sector privado para poder ganar mercados con calidad y precio.
El titular del INV subrayó que en 2020 sólo dos países crecieron en volumen y que uno de ellos fue Argentina; en cambio, España, Estados Unidos, Francia e Italia disminuyeron sus exportaciones. Si bien el comercio mundial de vinos ha sufrido pérdidas importantes de valor FOB, nuestro país sólo perdió un 2%, mientras que el promedio mundial de caída fue de 5,8%.
El pasado se perfilaba como un año que podía superar a 2018, récord en exportaciones, pero finalmente no lo logró. De todos modos, Hinojosa planteó que ese 27% de aumento en volumen es muy positivo y aún más si se toma en consideración el contexto internacional y los resultados que tuvieron otros países exportadores.
Enrique Vaquié, ministro de Economía de la provincia, señaló que pese a las restricciones por la pandemia, “trabajamos muy fuerte desde Pro Mendoza para aprovechar las oportunidades que el comercio exterior le daba a Mendoza. Nos planteamos líneas de trabajo: profundizar la presencia de Mendoza en mercados importantes transformando hubs logísticos en plataformas comerciales vinculadas a distribuidores locales. En este punto, el vino fue uno de los productos en el que más nos enfocamos”.
La mirada sectorial
Patricia Ortiz, presidente de Bodegas de Argentina, manifestó que, en cuanto comenzó la pandemia, las exportaciones se frenaron, luego hubo una recuperación y después la curva bajó, para normalizarse. Agregó que esperan que este nivel se mantenga, aunque expresó su preocupación por que el mundo está volviendo a cerrarse. De hecho, Inglaterra es el segundo mercado en importancia, después de Estados Unidos, para los vinos argentinos.
Ortiz comentó que el incremento en las ventas al exterior estuvo liderado por los graneles, pero que ahora no queda tanto stock y habrá que esperar a la fecha de liberación de vinos. Asimismo, apuntó que se produjo una caída en la facturación de las bodegas porque el precio cayó, lo que significa que sacaron más vino, pero cobraron menos.
En cuanto a las perspectivas para los primeros meses de 2021, indicó que dependerá de cómo funcione la vacuna y de cuándo se vaya abriendo nuevamente Europa. Asimismo, hay fiestas como el Año Nuevo Chino –a mediados de febrero- que significan un hito y los países plantean “después de esto, vamos a…”, por lo que habrá que esperar a entonces para ver cómo siguen las negociaciones.
La titular de Bodegas de Argentina añadió que empieza a haber consultas desde Estados Unidos por cabernet y chardonnay, dos varietales típicos de la costa oeste que se vieron afectados por los incendios del año pasado (no sólo se quemaron algunos viñedos, sino que varios más tomaron el aroma del humo).
Alejandro Ballarini, gerente de la Cámara Argentina de Vinos a Granel, señaló que las exportaciones de vino sin fraccionar se vienen incrementando en los últimos tres años. Por otra parte, resaltó que Argentina está volviendo a los precios internacionales y que ha ido mejorando el valor promedio. Así, se pasó de una media de 20 centavos de dólar por el litro de genérico en 2019 a 30 centavos en 2020.
Los datos del INV muestran que, en el acumulado enero-octubre el granel presentaba un crecimiento en las ventas al exterior de 90%, pero en el año completo de 60%. Ballarini explicó que tanto en 2018 como 2019 hubo operativos de venta de vino para destilar en España y que los volúmenes más importantes salieron en diciembre, enero y febrero. De ahí que los porcentajes de incremento, cuando se toma todo el año, hayan sido inferiores, porque la comparación se hace con meses de exportaciones muy significativas. Pese a eso, el volumen de despachos al exterior ha ido creciendo en forma sostenida.
Desde la Cámara Argentina de Vinos a Granel realizaron proyecciones en diciembre, que contemplaban el stock, la nueva cosecha y los eventos climáticos que impactaron en la producción, para poder determinar qué se puede esperar en 2021. Las estimaciones apuntan a que contarán con un volumen exportable menor al de años anteriores y que esto va a repercutir en los precios, que estarán más en la línea de los internacionales y obligarán a tener mayor presencia en los mercados para asegurar la inserción.
Este año perfila como más parecido a 2019 que a 2020 en cantidad de litros, ya que el pasado se exportó 200 millones y éste se estaría más cerca de los 150 o 160 –los 40 millones de litros restantes fueron al operativo de venta a España-, pero con precios similares a los de 2020.